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Las vírgenes negras españolas, una tradición misteriosa

Virgen de la Cabeza en Andújar

Normalmente es el blanco inmaculado el color que se asocia a la virgen. La tradición artística occidental, especialmente a partir del gótico, la presenta como un ideal. De las rubias imágenes renacentistas a la candidez del Romanticismo, su color de pelo o ropajes variaban, pero su tono de piel níveo no. Un concepto que se desafía con las vírgenes negras. Estas tallas, muy abundantes en el pasado y de las que hoy quedan 51 en España, siempre han tenido un halo misterioso. Estas son algunas de las más famosas.

Virgen del Pilar de Zaragoza

Virgen del Pilar
Virgen del Pilar. | Shutterstock

El noreste peninsular posee algunas de las vírgenes negras más conocidas de todo el país. Una de ellas es, sin duda, la del Pilar en Zaragoza. Patrona de dicha ciudad, de Aragón y de multitud de cuerpos estatales, su celebración coincide con el día de la Hispanidad, fiesta que protagoniza una colega suya. No llega a los 40 centímetros y es la sustituta de la primigenia talla, perdida en un incendio en el siglo XV. De entonces es la escultura en madera actual, totalmente oscura al igual que el niño Jesús.

Igualmente importante es el pilar donde se asienta. La tradición asegura que está en la posición donde se origino esta advocación mariana. A principios de esta era, la Virgen se le apareció sobre una columna a Santiago mientras predicaba para darle ánimos. Estos elementos y los ángeles custodios de plata de Felipe II son el nexo de unión entre la actual basílica y el templo que la precedió.

Virgen de la Encina de Ponferrada

Virgen de la Encina de Ponferrada
Virgen de la Encina de Ponferrada. | Wikimedia

La actual capital de El Bierzo fue un importante enclave templario, como así lo demuestra su gran castillo. Por eso no es raro que esta parada del Camino de Santiago tenga una virgen negra, que además es patrona de la región. El nexo entre templarios y Salomón explica la querencia que tuvieron por las efigies oscuras estos caballeros. En el Cantar de los Cantares, texto bíblico que la leyenda ata al mencionado rey hebreo, se describe a la Madre de Dios como “negra”.

La talla que se observa actualmente es del siglo XVI. Mientras tanto, la original vino de oriente según el folclore. La ocultó San Genadio, uno de los monjes más famosos del lugar, en el siglo IX/X. Su objetivo era que no sufriera las razias de los árabes. Así permaneció metida en una encina hasta que nada más empezar el siglo XIV un templario que estaba recogiendo madera la halló.

La Almudena en Madrid

Virgen de la Almudena
Virgen de la Almudena. | Shutterstock

Otra patrona oscura, la Almudena tiene una interesante leyenda sobre su descubrimiento. Se cuenta que la figura original llegó en época romana de la mano de Santiago y se guardó en las murallas de la villa madrileña durante la invasión árabe. Algo que las pruebas arqueológicas han demostrado que no puede ser cierto, ya que los primeros muros serían del siglo IX. Así lo asegura la experta sobre esta advocación Mercedes Gómez. Cuando el lugar quedó en manos cristianas, parte del lienzo que la cubría cayó dejando a la vista a la virgen.

Lo más probable es que en realidad la talla primigenia se ejecutara en el siglo XI, tras la conquista cristiana. Su nombre parece provenir del diminutivo de medina, que es el término árabe para “ciudadela”. En todo caso, la escultura que se adora hoy día es de en torno al 1500. De estilo renacentista toledano, se exhibe en la catedral a la que da nombre, junto al Palacio Real.

Virgen de Montserrat

La Moreneta o Virgen de Montserrat
La Moreneta o Virgen de Montserrat. | Shutterstock

La Moreneta es la más famosa de su tipo en todo el país. Se ubica en el extraordinario monasterio homónimo, hito entre curiosas formaciones rocosas. El color de su tez resalta entre el dorado de los ropajes tallados. Del siglo XII, es de las más antiguas de la lista, lo que justifica su pose regia. Sin embargo, la tonalidad de su piel no es la original. Varios estudios apuntan a que en un inicio era blanca. Betunes y coloraciones posteriores le habrían dado el aspecto que luce ahora.

Sea como fuere, este rasgo es ya parte de su identidad, como refleja el sobrenombre por el que se la conoce. El impresionante complejo que la guarda tiene su origen en una ermita de entre los siglo IX y XI. Desde entonces su importancia ha sido mayúscula en la región, llegándose a convertirse la virgen de Montserrat en la patrona de Catalunya.

Virgen de Regla de Chipiona

Virgen de Regla en Chipiona
Virgen de Regla en Chipiona. | Turismo Chipiona

Ubicada en un santuario que en la Edad Media fue fortaleza, la figura de la Virgen de Regla es románico-gótica. Se presenta vestida y profusamente decorada, siguiendo el estilo predominante en el sur. Está probado que recibe adoración al menos desde el siglo XIV. Bajo el castillo medieval hubo una iglesia visigoda. En el 1399 se fundó el actual monasterio agustino.

Más tarde, la devoción que levantó estuvo muy atada a los viajes a América. La cercanía de Chipiona con Cádiz lo justifica. Dentro de España otro templo notable dedicado a ella está en Cadavedo, la Regalina. Actualmente centra las fiestas patronales del lugar en torno a su día, el 8 de septiembre. La procesión que la saca del santuario es el acto más notable y lleva celebrándose desde el siglo XVII.

Virgen de Guadalupe

Virgen de Guadalupe
Virgen de Guadalupe. | Shutterstock

Al igual que su compañera en Zaragoza, esta virgen negra extremeña centra las celebraciones del 12 de octubre. En el caso de la Virgen de Guadalupe, por ser la patrona de la Hispanidad, aunque su día sea el 8 de septiembre. Desde su santuario en Cáceres sirvió como modelo para ser, a través de su inserción por Colón en América, la principal advocación mariana del otro lado del Atlántico.

Su negrura está de nuevo resaltada por su envoltorio dorado. Por qué dicha coloración estuvo tan extendida en la Edad Media no queda del todo explicado. Una teoría apunta a la relación con los ídolos asociados a la fertilidad. En estos el negro era una elección muy común. Por ello, la suplantación de estos símbolos podría ser la razón de que fueran tan habituales. Otra hipótesis, mencionada de soslayo antes, es que en la Biblia existe alguna referencia a que la Virgen tenía una tez oscura. Sin embargo, las figuras no muestran rasgos africanos, sino caucásicos.

Nuestra Señora de Atocha en Madrid

Nuestra Señora de Atocha
Nuestra Señora de Atocha. | Wikimedia

Toca volver a Madrid para conocer a la siguiente virgen negra, la de Atocha. Se trata de la patrona de la Casa Real, rango que adquirió a raíz del dominio de los Austrias. Su historia permite conocer otra de las formas en que se generaron este tipo de tallas a lo largo de la historia de España.

La que hoy se ve es la virgen original del siglo XIII. Por aquel entonces lucía la tonalidad oscura con la que se muestra en la actualidad. Sin embargo, no tardó en volverse blanca, siguiendo los gustos de la época. Para ello, recibió una policromía. No obstante, el cambio en las tendencias hacia el reinado de Carlos I llevó a una última mutación. Sobre la pintura se untó betún que la devolvió su negrura inicial.

Virgen de la Cabeza de Andújar

Virgen de la Cabeza en Andújar
Virgen de la Cabeza en Andújar. | Shutterstock

Como en tantas otras ocasiones, la leyenda dice que un pastor encontró a la Virgen de la Cabeza. Guiado por extrañas luces, llegó hasta la talla a principios del siglo XIII. Esta pasó a ser la principal advocación de Andújar, Jaén, parte esencial de la cultura regional. Sin embargo, durante la Guerra Civil desapareció sin dejar rastro. Un hecho que se solventó poco después, en 1944, con la creación de una nueva escultura que conservó el tono oscuro. Ya en el siglo XX recibió honores papales, concediéndole Benedicto XVI la Rosa de Oro.

Virgen de la Peña de Francia

Santuario de la Peña de Francia
Santuario de la Peña de Francia. | Wikimedia

Un peregrino del Camino de Santiago acuciado por visiones marianas fue el responsable de hallar a la Virgen de la Peña de Francia en 1434. Llevaba años, según la tradición, pululando por su país y España en busca de una talla. Tras ir a Compostela, decidió desandar la Vía de la Plata y en la Sierra de Francia, Salamanca, halló lo que buscaba. Se trataba de una figura románica, que inmediatamente conformó un gran centro de peregrinación, muy accesible desde el trayecto jacobeo.

La Virgen de la Peña de Francia sobrevivió hasta el siglo XIX, cuando tras un robo tuvo que ser sustituida. Los años habían hecho mella en ella y su deterioro era enorme. Sin embargo, el cambio no disminuyó la devoción que levantaba. Por ello, hoy sigue siendo uno de los entornos más visitados de El Cabaco.

Virgen de la Candelaria en Tenerife

Virgen de la Candelaria
Virgen de la Candelaria. | Shutterstock

Conocida por el apodo de la Morenita, es la patrona de Tenerife y las Islas Canarias. Su leyenda es la más curiosa de todo este repaso. Llegó al archipiélago antes de que fuera conquistado por los castellanos. Así, lo más probable es que fueran evangelizadores quienes transportaran la imagen original, gótica. Esta fue hallada por los guanches, dando lugar a un folclore en el que se la identificó como una deidad local.

Ya bajo dominio peninsular, la Candelaria pasó a protagonizar una ermita y más tarde a ser la patrona isleña. Un temporal en el siglo XIX se llevó por delante la talla. Gracias al imaginero canario Fernando Estévez hubo una nueva virgen, basada en la anterior pero de corte neoclásico, que es la que se adora en la actualidad.

Virgen de los Milagros en el Puerto de Santa María

Virgen de los Milagros de El Puerto
Virgen de los Milagros de El Puerto. | Cofradía de la Virgen

Para terminar queda una virgen muy ligada al conocido rey de Castilla Alfonso X el Sabio. Durante sus campañas en el sur de la península, en torno a Sevilla, Santa María del Puerto se le apareció. Así, le animó a tomar la alquería que precedió al Puerto de Santa María y pasó a formar parte de sus Cantigas.

De esta forma, la talla está asociada al paso a la cristiandad del lugar. En sus comienzos no era una virgen negra, sino que estaba pintada para seguir la iconografía más conocida. Sin embargo, el paso del tiempo y la aplicación de capas de material, unida a la moda de oscurecerles la piel, acabó cambiándole el tono.