La visita a lo que ver en Jaén puede iniciarse por el Castillo de Santa Catalina. Desde allí, con un poco de imaginación, se aprecia la forma de lagarto de sus contornos en torno al cerro. También se divisa el mar de olivos que se extiende hasta el horizonte. La fortaleza está reformada completamente y en su interior alberga un Centro de Interpretación.
Bajando al centro urbano espera la espectacular Catedral de la Asunción de Jaén (s. XVI-XVIII). De estilo gótico y renacentista, es el mejor templo que ver en Jaén capital. En 1473, en el espacio de la antigua capilla mayor, fue asesinado el Condestable Iranzo mientras rezaba. Por otra parte, el conocido frente catedralicio es obra de López de Rojas. mientras tanto, muy avanzado el XVIII, Ventura Rodríguez concibió la célebre Capilla del Sagrario, en realidad una iglesia complementaria que se culmina en 1800.
Destaca del conjunto el Retablo de Santa Teresa, la imagen de la Virgen de las Angustias y el Cristo de la Buena Muerte. De gran mérito es también el lienzo de Valdés Leal que representa a Fernando III, reconquistador de la ciudad. Asimismo hay un trabajo del pintor Maella que representa a la Sagrada Familia y el relicario de Santa Cecilia. La visita del templo se completa con el rico Museo Catedralicio, que alberga algunas de las obras más importantes que ver en Jaén.
Sorprenden los baños árabes del Palacio de Villadompado, levantados en el siglo XI y reformados. Componen un conjunto único en la península, complementado por su espléndido patio. Hoy es sede de dos museos: Museo de Arte Naif y Museo de Costumbres Populares. Por su parte, la Iglesia del Sagrario (s. XVIII) debe su idea general al gran arquitecto Ventura Rodríguez, que trazó su magnífica bóveda de casetones. Además, incluye pinturas de Mariano Salvador Maella.
Siguiendo con lo que ver en Jaén le toca el turno a la Basílica de San Ildefonso. Su historia está fuertemente imbricada en la capital jiennense. De hecho, su misma fundación está relacionada con un hecho milagroso según el cual la propia Virgen se apareció en el lugar en 1430. En lo tocante a su arquitectura, esta entremezcla elementos góticos, renacentistas y neoclásicos. La construcción cuenta con un cuerpo de tres naves. Mientras tanto, en su interior resalta la imagen medieval de la Virgen de la Capilla. Pedro Duque y Cornejo es el responsable del altar-tabernáculo (s. XVIII).
En la Plaza de la Magdalena se encuentra la iglesia del mismo nombre, de claro sabor tardomedieval. Por suerte, no perdió del todo su portada tras la intervención de Vandelvira, responsable de la nueva torre-campanario, en el siglo XVI. El templo se asienta sobre una primitiva mezquita. Por otro lado, destaca el Hospital de la Orden de San Juan de Dios (s. XVII), cuya fábrica tiene origen medieval. Es notable la portada gótica, que contrasta con la estética ya clasicista de sus patios interiores, auténticos protagonistas de un inmueble que hoy es un centro cultural.
La Torre del Concejo está integrada en la Iglesia de San Juan, de gran antigüedad y que exhibe aún su silueta tardogótica. Al tiempo, el reducido templo de San Bartolomé también se creó en época medieval. De hecho, aún subsiste una pila bautismal de este período. Sin embargo, se reviste con su hermosa portada clasicista en el siglo XVII, del mismo momento que el impresionante Cristo de la Expiración que se conserva en su interior. También es sobresaliente su retablo mayor, ejecutado un siglo antes.
Una de las instituciones eclesiásticas más singulares que hay que ver en Jaén es la Santa Capilla de San Andrés, de 1515, cuyo interior guarda un camarín del siglo XVIII. El espacio combina elementos arquitectónicos y artísticos tardogóticos (mudéjares) con otros clasicistas. Es conveniente recorrer las galerías de su patio renacentista y contemplar sus bellas obras de arte.
Del templo medieval de San Lorenzo permanece el llamado Arco de San Lorenzo. que sirve para enmarcar una imagen de un crucificado muy venerada en la ciudad. De la Iglesia de San Miguel, medieval pero reformada en el siglo XVI, quedan diversos restos. Los principales son su torre, ábside y la portada diseñada por Vandelvira.