El Macizo de Montserrat —en el que se encuentra enclavado el célebre monasterio— envuelve en un maravilloso entorno uno de los principales centros de peregrinación de España. El parque natural se crea en 1987 abarcando un total de 7.689 hectáreas de extensión.
El Macizo de Montserrat es uno de los grandes hitos naturales del principado, pues su montaña es la más famosa, representativa y transitada por senderistas y peregrinos. El característico perfil serrado del Macizo de Montserrat es fruto de un proceso geomorfológico de erosión que ha ido creando durante milenios sus famosas grietas, cuevas y redondeadas agujas. Se trata además de una unidad montañosa aislada y completamente diferenciada de su entorno próximo, característica que acrecienta todavía más su carácter icónico. La máxima altura del macizo de Montserrat se encuentra en los 1.236 metros del pico Sant Jeroni.
Vegetación y fauna
La flora de éste parque natural es la característica de la mayoría de los ecosistemas mediterráneos, destacando el bosque de encina, pino, arce, boj, roble, madroño o tejo.
Aunque por efecto de la presión del hombre la fauna del macizo de Montserrat se ha visto notablemente disminuida, todavía abundan ejemplares de especies como el jabalí, la ardilla o la cabra salvaje; esta última reintroducida en el macizo de Montserrat durante la década de los noventa del siglo XX. También pueden observarse aves como el zorzal, el tordo, la paloma tórtola o el vencejo.