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7 escapadas sin coche cerca de las grandes ciudades

Escapadas sin coche cerca de las grandes ciudades

Es habitual tomar una capital de comunidad o de provincia como escenario central a la hora de viajar, pues las grandes ciudades ofrecen múltiples posibilidades que completan la experiencia de conocer un lugar. Propuestas culturales que enriquecen los días, museos que pueden aportar las referencias históricas y una amplia oferta gastronómica repartida en diversos locales. En fin: lo que es una gran ciudad. Todo esto y mucho más.

Pero también en otras muchas ocasiones el viajero inquieto busca conocer los alrededores. Disfrutar de una escapada gratificante por cercanía y posibilidades de desplazamiento, algo posible gracias a las múltiples ofertas y facilidades que se encuentran en Omio. Así que, para quien esté pensando en moverse a cualquiera de estas grandes ciudades de la geografía española, no hay que olvidarse de esos rincones que se encuentran a tiro de piedra.

Barcelona desde un poblado íbero

Barcelona desde el poblado íbero
Barcelona desde el poblado íbero. | Shutterstock

El poblado íbero de Puig Castellar debió ser un poblado importante mientras estuvo ocupado, allá por el siglo VI a.C. Hoy es posible conocerlo partiendo de Barcelona, ciudad que puede observarse desde el cerro que ocupan las ruinas. 4.000 m2 de construcciones que se abandonaron en torno al siglo II a.C., quizá debido a la Segunda Guerra Púnica.

Estas construcciones indican que sus pobladores, dedicados especialmente a la agricultura, pertenecían a una sociedad compleja. El pueblo de los layetanos, que habitaban también terrenos en el valle del Llobregat, levantaron aquí un poblado que, por su posición estratégica, permitía observar los asentamientos cercanos. Como hoy se observa Barcelona y el mar, unas vistas que completan esta escapada histórica.

Patrimonio paisajístico y cultural desde Bilbao

Bosque de Oma y sus bellas pinturas
Bosque de Oma y sus bellas pinturas. | Shutterstock

Kortezubi es uno de los municipios más atractivos de Bizkaia, entre otras cosas porque fue uno de los lugares donde se asentaron los primeros pobladores vascos. Esta zona está habitada desde tiempos prehistóricos, como demuestra la Cueva de Santimamiñe, que fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2008. Conocer esta cueva es una de las razones por las que acercarse a Kortezubi es una buena idea. Otra es el paisaje arrebatador en torno al municipio.

Una tercera tiene que ver con ese bosque que tanto se ha popularizado: el bosque de Oma. Pintado por Agustín Ibarrola, la intención del artista era precisamente conectar las pinturas prehistóricas con el presente del arte. Quedó este lugar tan especial, uno de los más visitados de la provincia de Bizkaia. Puede llegarse desde Bilbao.

De Madrid al cielo de la sierra

Real Monasterio de Santa María de El Paular, en Rascafría
Real Monasterio de Santa María de El Paular, en Rascafría. | Shutterstock

Madrid es una de las ciudades más estimulantes de Europa, pero también puede provocar un cierto estrés en el turista, entre el tráfico, las aglomeraciones y una oferta a veces abrumadora. La solución: buscar una escapada tranquila en sus alrededores para dejar de lado la capital, aunque sea para regresar horas después. Son varias las propuestas que hacer en este sentido, pero estas líneas se quedan con Rascafría.

Porque este pueblo se encuentra en pleno Parque Nacional de Guadarrama, rodeado de naturaleza y con muchas rutas de senderismo, accesibles para todos, que permiten acercarse a la sierra. Montañas, bosques y también, volviendo al pueblo, casitas de piedra en las que refugiarse para disfrutar de la gastronomía y la cultura local. Es una escapada fantástica a la que se puede acceder tomando un autobús.

Santiago de Compostela, más allá del Camino

La villa de Noia está situada en plenas Rías Baixas
La villa de Noia luce así desde la distancia. | Shutterstock

Más allá del Camino de Santiago y de todo lo que significa Santiago de Compostela para la vida peregrina, a apenas media hora, junto al mar, aguarda la villa de Noia. En la ría más septentrional de las Rias Baixas, Noia tiene un casco antiguo que impresiona y una gastronomía típica que, dicen, ofrece la mejor empanada de berberechos del mundo.

Noia tiene, además, la mayor y más antigua colección de lápidas de toda Europa. Más de 500 piezas, reunidas en el Museo das Laudas, fechadas entre los siglos XIV y XIX. Tiene también una leyenda asociada a su iglesia de San Martiño, una leyenda que habla de maldiciones, y otra al propio origen. Cuentan que fueron los descendientes del mismísimo Noé, el personaje bíblico, quienes la fundaron. Casi nada.

Un paseo por múltiples culturas a un paso de Sevilla

Carmona desde el alcázar
Carmona desde el alcázar. | Shutterstock

Apenas una hora separa Sevilla de Carmona, ciudad fortificada que ilustra bien el paso del tiempo en territorio andaluz. Esta localidad está situada sobre una colina de unos 200 metros de altitud. Fue uno de los enclaves más importantes de la Hispania romana y las huellas del paso del Imperio por esta zona todavía son visibles. También la habitaron cartagineses y musulmanes, todos ellos aprovechando el carácter defensivo de su localización.

Un anfiteatro romano, mezquitas y una de las Necrópolis más grandes de España esperan en Carmona. También la conocida como Puerta de Sevilla, una de las entradas a la ciudad que alberga un pequeño pero impresionante alcázar. Pasear Carmona es pasear por la historia.

Los mejores atardeceres de Valencia

Da gusto descubrir el Mediterráneo desde este rincón valenciano
Da gusto descubrir el Mediterráneo desde este rincón valenciano. | Shutterstock

Dicen que los mejores atardeceres de Valencia son los que se presencian en las playas de El Saler, a poco más de media hora de la capital de la provincia. Esta pedanía se encuentra al sur, en un entorno natural privilegiado que limita con el Parque Natural de l’Albufera, esas 21.000 hectáreas de enorme valor ecológico y paisajístico.

Las playas de El Saler son playas de arena blanca y fina, de aguas limpias y tranquilas, de brisa suave. Cuando cae el sol, la postal es de ensueño. Antes de maravillarse con el astro escondiéndose, debe uno tomar una de las rutas senderistas que permiten conocer la zona y disfrutar de este lugar único en la Península. Y comerse una buena paella, claro.

Paisajes diversos y de valor en torno a Zaragoza

Atardecer desde uno de los múltiples rincones del Galacho de Juslibol
Atardecer desde uno de los múltiples rincones del Galacho de Juslibol. | Shutterstock

100 hectáreas son las que componen el Galacho de Juslibol, mucho menos conocido que esa Albufera valenciana pero también poseedor de un enorme valor ecológico. En esas 100 hectáreas, conviven paisajes y realidades tan diferentes como el río Ebro, un antiguo meandro abandonado por este río, lagunas, huertas y la zona esteparia.

Al Galacho de Juslibol se llega de manera sencilla desde Zaragoza, pues se encuentra cerca del barrio rural que es Juslibol. Merece la pena acercarse por cercanía y también por la experiencia que supone, pues conocer este espacio natural supone conocer buena parte de los diferentes ecosistemas que guarda la geografía española.

Artículo realizado en colaboración con Omio.