Rascafría y El Paular se encuentran situados en un marco paisajístico incomparable. En pleno Parque natural de la cumbre, circo y lagunas de Peñalara, entorno que hace de ellas un lugar de interés turístico natural.
El principal atractivo histórico-artístico que ver en Rascafría es su cercano Monasterio de Santa María de El Paular. El proyecto del conjunto del cenobio constaba de tres edificios: monasterio, iglesia y palacio -para uso de los reyes-.
Iniciado por Juan I de Castilla, fue concluido en 1442, bajo el reinado de Juan II. Posteriormente sería remodelado en tiempo de los Reyes Católicos por el arquitecto Juan Guas.
Una cruz de término o mojón, del siglo XVII, indica el acceso. A través del Patio de la Cadena, uno de los más bellos patios monasteriales según la Orden, se accede al Patio del Ave María. Actualmente es el núcleo principal del Hotel de Santa María del Paular.
Este es cuadrado y con dos plantas. La planta inferior cuenta con hermosas columnas toscanas de granito (casi todas originales). La segunda planta es de ladrillo visto. En el centro se sitúa un pilón octogonal con surtidores.
A un lado del Patio de la Cadena se encuentra la Capilla de los Reyes, levantada en el siglo XIV sobre la primitiva ermita. Fue lugar de oración de los reyes que sirvió como primera iglesia de la cartuja. Por lo tanto, es un lugar destacado que ver en Rascafría.
A continuación, se accede al Atrio de la iglesia, cubierto con bóveda de crucería. En el muro oriental del atrio hay un gran bajorrelieve (S. XVI), con restos de policromía, que representa a San Bruno y seis monjes.
A lo largo del recorrido por el monasterio encontraremos también varios escudos -en cerámica, escayola y madera- que contienen siete estrellas. Éstas simbolizan a los fundadores de la Cartuja, San Bruno y sus seis compañeros que se retiraron a Chartreuse (cerca de Grenoble, Francia). Aquí, en el año 1084, fundaron la primera Cartuja.
La Iglesia, con una única nave, tiene planta y exterior isabelinos. Posteriormente se añadió una decoración barroca y rococó. Ésta se puede contemplar en la bóveda de medio cañón con lunetos que cubre la nave, con adornos de escayola policromados y dorados. Es una obra de artífices que trabajaban en el palacio de La Granja.
Pero la verdadera joya de la iglesia de El Paular es el Retablo, de estilo hispano-flamenco. Está labrado en alabastro -algo excepcional en Castilla- por artistas de la escuela de Guas a finales del siglo XV y posteriormente policromado.
Se encuentra dividido en compartimentos donde se representan escenas de la vida de Jesús con una gran minuciosidad de detalles. Mientras en la predela, o parte inferior, se representan escenas de la vida de la Virgen. Siempre en el interior del templo, el Sagrario o Transparente (llamado así por los juegos de luz) se compone de dos estancias detrás del ábside. Está iluminado por siete grandes ventanales de arco de medio punto.
El Tabernáculo, realizado en ricos mármoles, es una complicada creación que ver en Rascafría. Se combinan columnas salomónicas y pilastras prismáticas, ángeles y angelotes, estatuas de Apóstoles y Evangelistas y alegorías de las Virtudes.
En el centro se alza la figura triunfante de Cristo resucitado. También llama la atención la reja de hierro forjado y policromado, de estilo isabelino. Quizá es el mejor ejemplar de esta época que se conserva en España, obra de Fray Francisco de Salamanca. Aparece el escudo de los Trastámara.
Otro elemento destacable que ver en Rascafría es la Sillería del Coro de los Padres (s. XVI). En el año 1883 se trasladó a San Francisco el Grande de Madrid aunque se devolvió. Está tallada en madera de nogal por el segoviano Bartolomé Fernández.
Desde el atrio de la iglesia, a través de una bella portada del gótico florido y una galería de nervadura gótico-trapezoidal, se pasa al Claustro de la monjía. El conjunto claustral se construyó entre 1484 y 1486 por Juan Guas. Isabel la Católica ordenó a Guas que se trasladara a Toledo para iniciar la construcción de San Juan de los Reyes, impidiéndole culminar su obra en El Paular, que finalizaría la familia de los Colonia.
En él, y tras 150 años dispersas a causa de la desamortización, es posible contemplar la serie de Pinturas que narran la vida de San Bruno de Colonia. Con sus diez metros cuadrados son la obra maestra del artista toscano Vicente Carducho (XVII). Las antiguas celdas o casitas cartujanas abren sus puertas a las galerías del claustro.
En el centro, el Jardín-cementerio, donde pueden contemplarse dos templetes, uno octogonal y otro cuadrangular sobre columnas a la derecha. Al fondo, la atrevida Torre de Ventura Rodríguez, de 1200 m de altitud, parece retar a las crestas del Peñalara.
El Refectorio está revestido de una artística sillería gótica de madera de los pinares de Valsaín. El púlpito, para la lectura durante las comidas, parece ser obra del morisco Abderramán de Segovia, el primer arquitecto de El Paular, verdadera mano derecha de Juan II.
En el Claustro de la Recordación (s. XVIII, temlplo que ver en Rascafría), destacamos la azulejería de Talavera, en la que aparece el escudo real y el de la orden cartujana.
El Claustrillo comunica el claustro mayor con el refectorio y la iglesia, permitiendo también el acceso a la sacristía.
La Antigua Capilla Capitular es de estilo barroco. Alberga un retablo de Churriguera, con columnas salomónicas en el cuerpo central, exuberante vegetación y unos mofletudos angelotes.
Finalizada la visita del monasterio, encontramos el Puente de la Reina (s. XVIII). Comunica la cartuja con la Casa de la Madera (también del s. XVIII), antigua serrería del monasterio.
Muy cerca se encuentra el Puente del Perdón. Los monjes lo construyeron para facilitar el acceso a la fábrica de papel. Una leyenda local explica el origen del nombre. Unos milicianos, conocidos como Los Quiñoneros, administraban justicia sin consultar con la corte.
Antes de partir hacia la Casa de la Horca se revisaba la sentencia a los reos. Al llegar al puente, se comunicaba la buena nueva a aquellos que habían sido perdonados, que por fin cruzaban el mismo en libertad.
Frente al Monasterio del Paular se encuentra el Arboreto Giner de los Ríos. Es un jardín botánico con más de 200 especies de árboles y arbustos que ver en Rascafría. El Centro de Educación Ambiental Puente del Perdón organiza visitas guiadas.