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Desde los albores del tiempo, las espesuras que ocultan cuevas, ríos y nieblas al abrigo de las montañas han sido nido de leyendas y todo tipo de criaturas mitológicas. En el caso de España, donde afloran diversas culturas y sistemas de mitos ancestrales, abundan los bosques encantados donde la vegetación se enrosca sobre ruinas milenarias y ancianas criaturas de miradas profundas custodian tesoros que resultan invisibles a quienes no observan con atención. A continuación, penetramos sus territorios con sigilo, sin perturbar la calma de esos espíritus que habitan paisajes umbríos y ajenos al tiempo.
5 bosques encantados donde las leyendas echan raíces
La misteriosa Devesa da Rogueira
Como no podría ser de otra forma, este viaje para perderse entre las sombras de los bosques encantados de España parte de tierras gallegas, donde la mitología y los seres mágicos aún habitan los huecos de los árboles. La Devesa da Rogueira se encuentra al sur de la provincia de Lugo, en la Sierra do Courel y a la sombra del guardián silencioso que es el pico Formigueiros.
Al adentrarse en sus confines, se descubre una riqueza natural vibrante que se manifiesta en una diversidad vegetal que abarca más de 800 especies de plantas. Abedules, acebos, avellanos, castaños, encinas, fresnos, hayas, tejos… Árboles infinitos de colores imposibles pintan un cuadro donde es posible sumergirse en un cuadro onírico de luces y sombras.
No obstante, el hecho de que la Devesa da Rogueira se considere un bosque encantado va más allá de su gran valor natural. En una ruta a través de este paisaje se hallan construcciones misteriosas que evocan relatos de fantasía. Casas de pizarra negra, pallozas y estructuras de piedra invadidas por el musgo, castros celtas… Por no hablar de las huellas prehistóricas que se pueden seguir en sus cuevas y petroglifos, ecos de un pasado que aún resuenan cuando el viento acaricia las ramas. No es de extrañar que este sombrío bosque gallego esté sembrado de leyendas de mouras y trasgos.
El bosque de Beyu Pen, viaje al interior de la mitología asturiana
Entre las localidades asturianas de Santillán y Pen, al son del cristalino arroyo Beyu, discurre una ruta mitológica que franquea un bosque de lo más singular. Este itinerario no solo invita a pasear el verdor de los árboles y la fresca atmósfera de un paisaje guiado por el agua; también permite sumergirse de lleno en la mitología de Asturias, donde conviven bruxas, busgosus y frebas.
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Estas y muchas otras criaturas mágicas habitan el bosque encantado de Beyu Pen, donde la naturaleza y la mano humana han colaborado para crear formas que recuerdan a esos personajes de leyenda. Así, se han aprovechado las siluetas de las rocas y los árboles para poner rostro a seres de la mitología asturiana que se descubren al recorrer la senda, una experiencia sorprendente de baja dificultad que los miembros más jóvenes de la familia suelen disfrutar con especial ilusión.
El Faedo de Ciñera, entre leyendas y brujas
La provincia de León custodia un bosque que en otoño se atavía con rojos deslumbrantes. Se trata del Faedo de Ciñera, un rincón de vegetación frondosa donde el musgo, las hojas y los arroyos susurrantes levantan un escenario que ha dado pie a mil leyendas.
Por ejemplo, se cree que el hayedo era el hogar de una bruja llamada Haeda. El demonio le había otorgado poderes sobrenaturales con una sola condición: debía utilizarlos para hacer el mal.
No obstante, la hechicera se sirvió de esa magia para prender fuego a las montañas con el objetivo de calentar y alimentar a una familia que sufría a causa del frío del invierno. Haeda murió en el Faedo, pero se dice que su espíritu aún vive en el que pasó a ser uno de los bosques encantados más especiales del país.
Lluc, el bosque sagrado de Mallorca
Hay que viajar al norte de la isla de Mallorca para descubrir un enclave que rezuma misticismo. Más concretamente, a la Sierra de Tramontana, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2011.
Esa cualidad mágica, espiritual, se ha manifestado de formas diversas desde tiempos remotos, empezando por la prehistoria, por esa cultura talayótica que halló en Lluc, especialmente en las cuevas de la Cometa dels Morts, un lugar místico donde practicar enterramientos.
La población romana también fue presa del hechizo de Lluc, principalmente dada la abundante presencia de la encina, un árbol que tiene un trasfondo sobrenatural en el mundo clásico. Es uno de los motivos por los que algunos académicos defienden que su nombre proviene del término latino lucus, que significa «bosque sagrado».
Con la llegada del cristianismo, proliferaron en la zona leyendas como la de la Mare de Déu. En la actualidad, el Monasterio de Santa María en Lluc es un importante punto de peregrinaje donde la espiritualidad se hace eco en el paisaje y conecta con las milenarias tradiciones que este encierra.
La magia de la Dehesa del Camarate
En el corazón del Parque Nacional de Sierra Nevada se esconde un auténtico tesoro natural, un bosque mixto ajeno a la intervención humana y coronado por las altas cumbres del paisaje andaluz. Su rico catálogo de especies vegetales, donde destacan los arces, los cerezos silvestres, los fresnos y los robles, hace posible que el otoño traiga consigo un extraordinario espectáculo rojo y dorado que es digno de presenciar al menos una vez en la vida.
Si se ha ganado el apelativo de «bosque encantado», es en parte gracias a una leyenda que atañe la historia de un padre y un hijo que caminaban a través de la Dehesa del Camarate. El pequeño se perdió, y nunca se volvió a saber de él. Cuentan las lenguas que, cuando la niebla tiñe las lindes escarlata del bosque, se escuchan los llantos de un infante cuyo alma errante está condenada a vagar eternamente entre las sombras de los árboles. Un relato escalofriante que pone el punto final a este enigmático recorrido por algunos de los bosques encantados de España.
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