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Las lágrimas de un rey por Valencia

¿Por qué el día de la Comunidad Valenciana se celebra el 9 de octubre?

Desde mediados del siglo XIV, la Comunidad Valenciana celebra cada 9 de octubre su día. Es un día de marcada importancia en una historia que comenzó cuando se decidió su conquista y que terminó con un monarca besando el suelo de la capital al hacerla suya. Este relato que aúna batallas, pesares y templarios sirve hoy como celebración de lo común. Para festejar este territorio que un día hizo llorar a un rey.

Un poco de contexto

Jaime I de Aragón, conquista de Valencia
Jaime I de Aragón, conquista de Valencia. | Basilio, Wikimedia

Este rey es Jaime I de Aragón, el Conquistador, que nació en el año 1208 y se crió entre templarios. La historia de la Orden del Temple con la Corona de Aragón, de la que ya hemos hablado en profundidad anteriormente, es muy rica y ha determinado en buena medida la historia del país. Por poner un ejemplo que compete, tal vez sin esta educación religiosa y militar que recibió Jaime I, la Comunidad Valenciana no sería lo que es.

Porque Jaime tuvo siempre un carácter batallador y expansivo que le llevó lejos. Concretamente, a estas tierras del sur de Aragón con las que sus antecesores sólo habían soñado. Tras la conquista de Mallorca y el resto de islas del archipiélago balear, Jaime puso su mirada sobre Valencia. No tardó en lanzarse a su conquista.

Una conquista cocida a fuego lento

La conquista de tierras valencianas no fue una empresa fácil. Todos los detalles que la caracterizaron están aquí referidos, por lo que no es necesario entrar en ellos. Basta con saber que duró largos meses y que los ánimos de los ejércitos de Jaime I flojearon prácticamente desde el principio. Ni siquiera fue suficiente estímulo que el rey repartiese de antemano los territorios que aún no había conquistado.

Su estrategia siempre fue una: sitiar las poblaciones, fortalezas y castillos más importantes para llevar a sus habitantes al límite y lograr su rendición. Tuvo efecto y todos los rincones valencianos fueron, poco a poco, cediendo.

También Valencia, una vez que Jaime I rodeó la capital, ofreció su rendición con condiciones. Por entonces, el rey Zayyan dominaba la ciudad y parecía esperar la benevolencia de Jaime I. Éste rechazó su propuesta sin contemplaciones y a finales de abril de 1238, después de mucho tiempo incitando a tropas de diversos lugares a unirse a su guerra, cercó Valencia.

Besando el suelo de Valencia

Casco antiguo de Valencia
Casco antiguo de Valencia. | Shutterstock

No fue hasta finales de verano cuando el reino musulmán se sometió a la victoria de Jaime I. No hubo, en este tiempo, grandes batallas, solo presión y resistencia. Finalmente, el 29 de septiembre de 1238, tras firmar un acuerdo para poner fin al conflicto, Valencia capituló. Diez días más tarde, en esta fecha señalada, Jaime I entró en la ciudad.

Fue él mismo quien dejó testimonio de lo que sintió cuando esto sucedió. En sus crónicas Llibre dels Feyts escribió sobre la emoción de conquistar un territorio extremadamente deseado. Tanto lo deseaba que una vez que las puertas se abrieron para él, bajó de su caballo y, con lágrimas en los ojos, besó esa tierra que ya le pertenecía.