La llamada “sierra de Madrid” desde junio de 2013 se protegió con el nombre de Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama. Comprende un total de 33.960 hectáreas repartidas entre las provincias de Madrid y Segovia; conexión para la vertiente de Segovia.
La sierra de Madrid reúne un conjunto de ecosistemas de gran diversidad ecológica que se extienden sobre la Sierra de Guadarrama, en el centro de España. Ejerce de frontera natural entre las dos provincias que contienen las dos vertientes del parque; su macizo principal son los Montes Carpetanos, presididos por la cumbre del pico Peñalara, el punto más elevado de la sierra de Madrid.
Uno de los principales lugares de excursión son las lagunas: Grande, de los Claveles y de los Pájaros; todas ellas se nutren de aguas de origen glacial. El clima de la sierra de Madrid es húmedo y frío, lo cual facilita la aparición de múltiples ríos y arroyos que recorren los diferentes valles del conjunto. En las cotas de menor altura encontramos varios embalses: Lozoya, Campillo, Riosequillo… en algunos de los cuales es posible bañarse y practicar la vela. Cuenta con varias zonas de interés paisajístico como el conjunto granítico de la Pedriza del Manzanares (perteneciente también al Parque de la Cuenca Alta del Manzanares).
Vegetación y fauna
La vegetación de la sierra de Madrid incluye bosques de encina, fresno, pino salvaje o rebollo. En las zonas de alta montaña predomina el matorral. La fauna de la sierra de Madrid es muy importante; se pueden encontrar cabras hispánicas, ciervos, corzos, jabalís, zorros y gatos monteses. Su expansión ha sido tan importante que se han debido de organizar batidas para matar un número de piezas y evitar que se dañase el manto vegetal de muchas zonas. Los embalses han atraído a numerosas aves acuáticas; también es posible observar en la sierra de Madrid rapaces como el águila imperial, los buitres negros y leonados, así como los milanos.