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Los 10 bosques más grandes de España

Los 10 bosques más grandes de España

El bosque es, desde la noche de los tiempos, un espacio que se rige por sus propias normas. El ser humano suele ser solo un invitado, y desde siempre ha visto en el bosque un lugar donde todo puede suceder. Incluso lo extraordinario. Cualquier bosque puede despertar todos esos sentimientos, pero algunos, por sus impresionantes dimensiones, directamente nos trasladan a otro mundo. Nos internamos en los bosques más grandes de España para desentrañar sus secretos más escondidos.

La magia de los 10 bosques más grandes de España

Más de la mitad de la superficie de España es bosque, y lo cierto es que esa superficie va creciendo, impulsada por el abandono del campo y del aprovechamiento que antaño se hacía de la floresta. Pero si de algo pueden presumir los bosques españoles, más incluso que de su extensión, es de variedad y riqueza. Los diferentes tipos de pinos son los reyes indiscutibles, pero también abundan encinas, hayas, robles y castaños, en una diversidad que es un auténtico tesoro. Veamos cuáles son los más extensos.

10. Riera d’Arbúcies

Riera d’Arbúcies
Riera d’Arbúcies. | Shutterstock

La «riera» de Arbúcies, modesto afluente del río Tordera, es un pequeño milagro de biodiversidad, gracias a la abundancia de agua y la excelente preservación del entorno. Uno de sus mayores encantos es el bosque, el más grande de España de sus características: la mezcla de coníferas y frondosas autóctonas. Cerca de 28 000 km² es lo que ocupa este pulmón en el corazón de Cataluña, en una provincia, Girona, que se cuenta entre las más boscosas de toda la península.

9. Valle del Jerte

Valle del Jerte
Valle del Jerte. | Shutterstock

El Valle del Jerte, en el norte de Extremadura, evoca irremediablemente los colores maravillosos de los cerezos en flor. Pero el verdadero rey es, sin embargo, el melojo o rebollo, que llega a cubrir 35 000 km² hacia la zona de Piornal, Valdastillas y Barrado. Los melojos también marcan aquí el paso de las estaciones con sus colores, pasando del luminoso verde estival a los fantásticos tonos rojizos del otoño.

8. Ribeira Sacra

Atardecer en el cañón del Sil
Atardecer en el cañón del Sil. | Shutterstock

El hipnótico cañón del Sil, con sus aguas legendarias al fondo y la sugestiva forma del terreno alrededor, es el hogar uno de los robledales más grandes de España, con más de 40 000 km² ininterrumpidos de este árbol tan abundante en Galicia. La naturaleza es uno de los grandes atractivos de la Ribeira Sacra de Ourense, pero la unión con la espiritualidad de los templos que salpican esta zona mítica proporciona una experiencia de otro nivel.

7. Sierra de Gata

Sierra de Gata
Sierra de Gata. | Shutterstock

Todo el norte de Cáceres es un paraíso para los amantes de la naturaleza, pero la Sierra de Gata atesora un vasto bosque de pino rodeno o negral, que en algunos puntos se entremezcla con los robledales o con los olivos. La zona es abrupta y variada, con otros rincones tan interesantes como el Castañar de San Martín, el más extenso de Extremadura, cerca del encantador pueblo de San Martín de Trevejo.

6. Sierra Espuña

Parque Regional de Sierra Espuña
Parque Regional de Sierra Espuña. | Shutterstock

Uno de los mayores tesoros naturales de Murcia es sin duda el Parque Regional de Sierra Espuña, en el centro de la región, que cuenta con más de 53 000 km² de pino carrasco pero también con otras especies como encinas, arces y quejigos. Este extremo de la cordillera Bética ofrece espléndidos miradores para admirar el manto verde que lo cubre, pero además está poblado por especies animales tan espectaculares como el arruí, la cabra montés o varios tipos de rapaces.

5. La Riera de Merlès

Piscinas naturales en la Riera de Merlès
Piscinas naturales en la Riera de Merlès. | Shutterstock

La comarca del Berguedà es seguramente la más agreste de la provincia de Barcelona. En estas tierras que miran de cerca el Pirineo, un pequeño afluente del Llobregat, la Riera de Merlès, posee uno de los entornos mejor conservados de Cataluña.

A su alrededor, un impresionante pinar de 56 000 km², el mayor de pino albar en España, convive con especies de ribera como alisos y sauces. Recorrer esta zona protegida tiene muchos premios, como las piscinas naturales que salpican el itinerario, algunas bastante concurridas como la Gola de les Heures, otras más recónditas y solitarias.

4. El Montseny

Parque Natural del Montseny
Parque Natural del Montseny. | Shutterstock

La mole del Montseny, techo de las sierras costeras catalanas, goza de una vasta extensión boscosa que se alarga hasta entrar en la provincia de Girona. Esta montaña siempre ha sido un tesoro para disfrutar de la naturaleza en Cataluña, y el bosque está entre sus mayores alicientes.

No en vano, el Parque Natural del Montseny alberga el encinar más extenso de España, pero también hay hayedos e incluso abetos en la cara norte, además de árboles singulares como el Castanyer de les Nou Branques.

3. Monfragüe

Parque Nacional de Monfragüe
Parque Nacional de Monfragüe. | Shutterstock

Pocos paisajes ilustran tan bien la fusión entre actividad humana y naturaleza como la dehesa, esa fisonomía tan característica de buena parte de España. La mayor de todas no podía estar sino en Extremadura, pero curiosamente convive con la naturaleza más agreste, en el siempre prodigioso Parque Nacional de Monfragüe. Municipios como Torrejón el Rubio, Serradilla o Malpartida de Plasencia son excelentes puertas de entrada a un paisaje que sigue sorprendiendo por su armonía y por ser emblema de un modo de vida secular.

2. Los Alcornocales

Parque Natural de Los Alcornocales
Parque Natural de Los Alcornocales. | Shutterstock

El Parque Natural de Los Alcornocales enlaza varias sierras de poca elevación hasta sobrepasar las 167 000 hectáreas, una enorme extensión que casi ocupa media provincia de Cádiz, desde el estrecho hasta la Sierra de Grazalema. A pesar del nombre, los alcornoques no son la única especie arbórea, sino que encontramos también algunas de las mayores masas en toda España de quejigos, el también llamado roble andaluz.

Parte de estos bosques ocupa profundos valles, en entornos umbríos a menudo envueltos en la niebla. Son los llamados «canutos», una de las estampas más inolvidables de esta parte de Andalucía.

1. Valle de Aézcoa

Selva de Irati
Selva de Irati. | Shutterstock

Seguramente este nombre no es tan conocido como el de la Selva de Irati, pero basta decir que los fabulosos hayedos de Irati forman parte de un entorno boscoso aún mayor, un valle que califican como ‘país de bosques’. La masa ininterrumpida de hayas alcanza los increíbles 174 000 km² de extensión, que desbordan totalmente la Selva de Irati.

Toda esta magnificencia de la naturaleza se expande hasta otras reservas fascinantes como Tristuibartea y robledales como los de Aztapar o Betelu. Una atmósfera de cuento recorre toda esta zona de maravillas, con numerosos rincones en los que el bosque parece hablar al visitante.

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