Visita del exterior del edificio
La Catedral es el icono pétreo de la ciudad que a su alrededor se desarrolló. Se puede ver desde cualquier punto de la ciudad. Para preservar esa imagen la normativa impide la construcción de edificios que dificulten su visión.
Orientada al oeste está su entrada más conocida. Posiblemente sea de lo primero que ver en la Catedral de Santiago. Esta es la fachada del Obradoiro, que se encuentra en la plaza del mismo nombre. Lo que se ve es el producto de dos fases constructivas —románica y barroca— que a pesar de sus casi seis siglos de diferencia se han fusionado con éxito.
Esta extraordinaria obra fue encargada al arquitecto Fernando Casas y Novoa para proteger el Pórtico de la Gloria (que era la antigua fachada románica) del deterioro que estaba sufriendo por las inclemencias meteorológicas. Esa intervención se concluyó en 1750 sin que su autor pudiera verla terminada. Esta fachada fue muy criticada por los contemporáneos, que no eran partidarios de tapar el templo románico y el Pórtico de la Gloria con un “retablo” barroco.
Con el paso del tiempo, la fachada se ha convertido en el icono de la arquitectura barroca española. Tienes que ver en la Catedral de Santiago el Pórtico de la Gloria que fue diseñado por el Maestro Mateo y labrado a lo largo de veinte años, entre 1168-1188. Además de su evidente belleza, es un relato teológico destinado a impresionar y adoctrinar a los fieles. Tiene mensajes precisos sobre el Apocalipsis de San Juan y otros textos del Antiguo Testamento.
Esta obra maestra de la escultura románica está compuesta por tres arcos de medio punto que se corresponden con cada una de las naves de la iglesia. Cada arco está sostenido por pilares con columnas adosadas. El arco central es el mayor y el único que posee tímpano, y está dividido por una columna central —el llamado parteluz— con la figura de Santiago. Desde luego, es algo muy hermoso que ver en la Catedral de Santiago.
En el centro del tímpano, se muestra el Pantocrátor (la imagen de Cristo en posición de majestad) mostrando en las manos y en los pies las heridas de la crucifixión. A los pies del parteluz, hay una pequeña estatua que se denomina el “Santo de los Croques”. Se ha especulado que pudiera ser autorretrato del autor del pórtico: el Maestro Mateo. Se denomina así porque se extendió la absurda tradición de darle tres croques (golpes con la cabeza) y pedir un deseo. Afortunadamente el obispado no permite ese ritual que tanto daño causó a la estatua. Todas las figuras del grupo estaban pintadas; pero el efecto del paso del tiempo sobre los pigmentos y esos gestos absurdos eliminaron el color.
La fachada barroca de granito y vidrio está formada por tres cuerpos simétricos: el central y dos torres que lo flanquean. El cuerpo central presenta una estructura en forma de pirámide con columnas que lo dividen en tres partes. En la inferior es donde están las tres puertas de acceso; la puerta central está adintelada bajo un arco de medio punto. La parte superior de la fachada consta de grandes ventanales acristalados que dejan entrar la luz en el templo. Y en lo más alto del cuerpo central de la fachada, un frontón curvo y partido, decorado con una escultura del apóstol Santiago representado como peregrino.
Las torres que flanquean el cuerpo central son las llamadas “torre de las Campanas” (orientada al norte) y la “de Carraca” (que da al sur). Las dos son idénticas. A medida que ganan altura ambas torres se van estrechando y la parte superior aparece perforada, rematándose con chapiteles. Recomendamos detenerse, ya que tienes que ver en la Catedral de Santiago estos detalles.
Las singularidades de éste edificio incluyen también a su habitantes. Hasta hace algunos años en la torre de las Campanas —a la que hay acceso desde el tejado de la catedral— residía un sastre encargado de las vestimentas religiosas. Éste llegó a criar cerdos y varias gallinas en pleno tejado.
La fachada de Platerías es el acceso sur, que da al crucero de la catedral. Se construyó entre 1103 y 1117 bajo el mando del obispo Gelmírez; en ella participaron tres escultores: el maestro Esteban, el maestro del Cordero y el maestro de la Traición. Es de estilo románico, de granito y mármol, y consta de una doble portada en la que se da cabida a muchas esculturas; dichas obras se estima que originalmente estuvieron pensadas para decorar la fachada de Azabachería. El tímpano de la puerta izquierda está dedicado a las Tentaciones de Cristo; allí se encuentra la célebre figura de la mujer adúltera, que es la escultura más conocida de la fachada de las Platerías. El tímpano de la puerta derecha está dedicado a la Pasión de Cristo ( escenas dedicadas al prendimiento, la flagelación y la coronación con espinas); así como otras variadas: la creación de Eva, Cristo en su trono, el sacrificio de Isaac y la Adoración de los Reyes Magos.
La fachada de la Quintana tiene dos puertas. La llamada Puerta Real —que recibe ese nombre porque por ella accedían los reyes de España a la catedral de Santiago— es de estilo barroco. Fue iniciada bajo la dirección de José de Vega y Verdugo en 1666 y finalizada por Domingo de Andrade en 1700; éste realizó sus grandes columnas, una balaustrada con grandes pináculos, todo decorado con racimos de frutas y trofeos militares. Sobre el dintel de la puerta se encuentra el escudo real. La entrada más cercana a las escalinatas de la plaza es la llamada Puerta del Perdón; está generalmente cerrada con una reja y se abre sólo los años jubilares, el día 31 de diciembre del año anterior. Sobre esta puerta se está la imagen de Santiago y sus discípulos. En la parte inferior, a los dos lados de la puerta hay veinticuatro figuras de profetas y apóstoles.
Hacia el norte está orientada la fachada de Azabachería. El portal románico fue construido en 1122 por Bernardo y fue demolido tras haber sufrido un incendio en el año 1758. Se salvaron muy pocas cosas pero algunas de las esculturas recuperadas fueron colocadas en la fachada de Platerías. Se construyó una nueva con elementos de estilo barroco —obra de Lucas Ferro Caaveiro— y neoclásico —obras de Domingo Luis Monteagudo y Clemente Fernández Sarela—; finalizándose en el año 1769. En la parte superior de la fachada la estatua de Santiago tiene a sus pies en posición de oración a los reyes Alfonso III y Ordoño II.
Visita al interior
Si fuéramos en año jubilar y entráramos a la catedral por la antes mencionada Puerta del Perdón de la fachada de la Quintana, al pasar un pequeño patio, se llega a la Puerta Santa; y a través de ella se entra al deambulatorio alrededor del altar, situado debajo del ábside del templo. Se identifica por su decoración y por estar debajo de una vidriera; hacemos esta precisión porque esa puerta interior se suele confundir con la Puerta del Perdón.
La catedral de Santiago de Compostela está concebida como un templo de peregrinación. La planta es de cruz latina: el brazo mayor tiene 92 metros de longitud y el transepto o brazo menor tiene 70. Consta de tres naves, la central de 10 metros de anchura y las laterales de 5 metros. Posee una cabecera semicircular con girola, que hace de deambulatorio por detrás del altar y en la que se abren cinco absidiolos. En el transepto hay cuatro capillas absidiales, dos a cada lado de la cabecera.
La nave central mide 22 metros de alto, está cubierta por una bóveda de cañón reforzada con arcos fajones y se sostiene sobre pilares cruciformes con medias columnas adosadas que se prolongan hasta el arco fajón. Se comunica con las naves laterales a través de arcos de medio punto. Las dos naves laterales están cubiertas con bóvedas de arista y la tribuna (sobre las naves laterales) con bóveda de cuarto de cañón. El crucero está cubierto por un cimborrio gótico sobre pechinas y pilares cruciformes; tiene una altura de 32 metros. También en la nave central se disponen dos grandes órganos que en el año 1978 se fusionaron en uno único (al que se le incluyeron mecanismos electrónicos e informáticos).
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