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El castillo negro en cuyos alrededores se homenajea el día en que Tenerife venció a Nelson

Castillo de San Juan de Tenerife

Todas las historias tienen su castillo negro, ese que ejerce como fortaleza siniestra entre la bruma de las montañas o en páramos desolados. Juego de Tronos también tenía el suyo, el Castillo Negro, habitado por aquellos desgraciados y maleantes que se encargaban de la defensa del Muro de los territorios salvajes. Jon Nieve bien lo sabe. España, que no iba a ser menos, también cuenta con uno, pero no está ni en un páramo desolado ni en un clima de frío. Por contra, se sitúa en la cara este de la isla canaria de Tenerife, donde el clima y el paisaje son mucho más halagüeños. En el pasado, esta fortaleza sí cumplió una importante función en la defensa de la isla, pero no contra salvajes, sino contra ingleses.

Vista aérea de Santa Cruz de Tenerife
Vista aérea de Santa Cruz de Tenerife | Shutterstock

El origen de la primera construcción

El nombre real de esta fortaleza es el de castillo de San Juan, más concretamente el de torre costera defensiva de San Juan Bautista. Algunos historiadores adhieren la denominación que finalmente ha calado en la cultura popular, la de castillo Negro, al color oscuro que le confiere su constitución de piedra volcánica. Otros, sin embargo, achacan el apelativo a su proximidad a la playa de arena, igualmente volcánica, Caleta de los Negros.

Sea cual sea el origen del nombre, el castillo de San Juan fue concebido por el ingeniero Leonardo Torriani. En el año 1587 este hombre determinó que debía de haber otras dos fortalezas que flanquearan al castillo de San Cristóbal, una en la Caleta de Negros y otra en Paso Alto, para defender la ciudad de Santa Cruz de Tenerife de futuros desembarcos enemigos.

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Caleta de Negros, Tenerife
Caleta de Negros, Tenerife | Flickr

Sin embargo, debido a diferentes factores, como el de las dificultades económicas, la fortaleza no se empezó a construir hasta el año 1641, bajo la amenaza de invasión por parte de dos potencias sublevadas: Portugal y Cataluña. Cuenta la historia que, para que el castillo Negro pudiera edificarse, el Capitán General Luis Fernández exigió a los tinerfeños una contribución económica. Sumando la reducción de algunos salarios y los gastos de fiestas religiosas, se consiguió recaudar el dinero para su construcción, que finalizó en 1643.

El origen de la forma actual del castillo Negro

Ya en el siglo XVIII, el castillo de San Juan se hallaba al borde de la ruina. Su constante exposición al mar socavó sus cimientos y se hizo necesaria una reforma, que se acometió en 1765. Fue entonces cuando se le dio al castillo Negro su aspecto actual: se trata de una torre cilíndrica de unos ocho metros de altura y 30 metros de diámetro. Su acceso está delimitado por un foso, que se puede sortear con un puente levadizo de madera. Estaba defendido por siete cañones.

Cada 25 de julio tiene lugar en torno al castillo, declarado Patrimonio Histórico de España y el mejor conservado de la isla, la recreación de la gesta del 25 de julio de 1797. Este hecho histórico de tintes heroicos cuenta como Tenerife y sus gentes consiguieron frenar la invasión británica capitaneada por el célebre Horacio Nelson.

Castillo Negro de Tenerife
Castillo Negro de Tenerife | Shutterstock

La Batalla de Santa Cruz de Tenerife

En 1797 la marina británica acometía la misión de someter al archipiélago canario al mandato de la Corona británica. El contralmirante Horacio Nelson, que comandaría años después la batalla de Trafalgar, capitaneaba la incursión. En el lado opuesto, el general Antonio Gutiérrez de Otero dirigía las Milicias Canarias, un contingente de hombres formado en su mayoría por los propios vecinos de la isla.

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Después de dos intentos fallidos, algunos británicos consiguieron desembarcar en el muelle de Santa Cruz, con la intención de tomar el castillo de San Cristóbal. La consiguiente batalla se desarrolló principalmente en los alrededores del castillo de San Juan y terminó con la derrota de los invasores, cuyos heridos y supervivientes fueron tratados excelentemente por Gutiérrez. Nelson fue herido por el conocido como cañón Tigre, disparado desde San Cristóbal. Aunque consiguió recuperarse, sí perdió un brazo.

Ilustración de Horatio Nelson
Ilustración de Horatio Nelson | Shutterstock

Los chicharreros celebran la gesta desde el año 2008. Para ello, los autóctonos se visten con fieles reproducciones de uniformes y armamento de la época y recrean la célebre victoria en la que unos campesinos vencieron a la mismísima marina británica