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11 ventanas a las profundidades marinas de España

Tortuga en las profundidades de las aguas canarias

El submarinista y pionero del buceo en el país Eduard Admetlla contaba hace 10 años una anécdota en una entrevista en RTVE. Hace unos más de 30 años, cuando el buceo era un deporte totalmente desconocido, un amigo suyo salió vestido de buzo en las costas mallorquinas. Unos policías le detuvieron. Pensaban que era un espía. Por suerte, en la actualidad, nadie resultará arrestado por llevar ese tipo de indumentaria, pues el buceo es ahora un deporte ampliamente practicado en España.

Además, para poder disfrutar de algunas de las muchas especies marinas que moran en estas aguas, no hará falta sumergirse mucho. Buceo, esnórquel, apnea o un simple baño… Cualquier de las opciones servirá para divisar algunas de las más de 10.000 especies marinas del país

Islas Cíes

Islas Cíes
Islas Cíes, en Galicia | Shutterstock

Integradas en el Parque Nacional de las Islas Atlánticas en Galicia, las Islas Cíes se extienden a lo largo de nueve playas de arena blanca y fina. En sus cristalinas aguas es posible avistar tortugas, focas, delfines y, en algunas ocasiones, ballenas. En su superficie también viven una gran variedad de aves, que se pueden contemplar desde los observatorios que se reparten por la isla. 

Playa del Silencio

Playa del Silencio
La playa del Silencio, en Asturias | Shutterstock

A una media hora en coche del bonito pueblo asturiano de Cudillero, muy cerca del pequeño pueblo de Castañeras, pero aislada del mundo, se abre paso la Playa del Silencio. Entre acantilados de más de 100 metros, su situación geográfica, junto a otros factores, convierten al fiero mar Cantábrico en un ronroneante gato. Así, las aguas tranquilas hacen de este enclave un buen sitio para practicar buceo o snorkel, donde uno puede sumergirse hasta los 18 metros de profundidad. 

Islas Medas

Submarinista en las aguas de las Islas Medas
Submarinista en las aguas de las Islas Medas | Shutterstock

Más al este, en la Costa Brava de Cataluña, a menos de un kilómetro de la costa de L’Estartit, emergen del Mediterráneo siete islotes. Son las Islas Medas, un archipiélago que forma parte del Parque Natural del Montgrí y que fue declarado Reserva Marina en 1990. Praderas de algas y especies fanerógamas, un tipo de planta, pueblan los fondos marinos de Medas. Por sus aguas, en las que pescar está prohibido desde 1983, campan a sus anchas animales como el mero, la dorada, la lubina e, incluso, el delfín mular. 

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Islas Columbretes

Las Islas Columbretes
Las Islas Columbretes | Shutterstock

Hace unos dos millones de años los cambios que se produjeron en la corteza terrestre por toda la costa mediterránea dieron lugar a las Islas Columbretes. A 48 kilómetros de Castellón, este conjunto de cuatro grupos de islas volcánicas consta de la calificación de Reserva Natural en sus 19 hectáreas terrestres, mientras que sus 5.500 hectáreas de aguas constan como Reserva Natural. Los escollos, bancos y bajos que pueblan sus profundidades constituyen un importante refugio natural para un gran número de especies submarinas. Destacan la presencia del coral rojo y del alga. 

Cabo de Palos

Dos peces bajo el mar en Cabo de Palos
Dos peces bajo el mar en Cabo de Palos | Shutterstock

Con un acceso más sencillo en comparación con las islas antes mencionadas, el Cabo de Palos, en Murcia, se presenta como una opción muy buena para practicar snorkel, submarinismo o buceo. En 1995 la zona situada entre Cabo de Palos y el Bajo de Fuera fue también nombrada Reserva Marina. Sus fondos rocosos conforman una cordillera submarina que a veces aflora a la superficie y otras llega hasta los 60 metros de profundidad. Estas paredes son el hogar de una inmensidad de especies que se entremezclan con los restos de naufragios que moran en las profundidades. 

Cabo de Gata

Playa de Los Genoveses en Cabo de Gata
Playa de Los Genoveses en Cabo de Gata | Shutterstock

El Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, situado en Almería, constituye uno de los ecosistemas más áridos de Europa y fue reconocido por la UNESCO como Reserva de la Biosfera. En sus fondos marinos la frágil posidonia oceánica, muy sensible a los cambios del medio, se extiende en extensas praderas submarinas. Esta planta alberga a cangrejos, pulpos y moluscos como la nacra, el bivalvo… En sus fondos rocosos la posidonia deja paso a las algas y las nacras se transforman en meros. Sus aguas son limpias y transparentes.

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Playa de la Rijana

Atardecer en la playa de Rijana
Atardecer en la playa de Rijana, Granada | Shutterstock

De aguas claras y cálidas, la playa de la Rijana es una buena opción para visitar a la fauna marina granadina. Escondida de miradas, este trocito de tierra de 250 metros de largo tiene un acceso más sencillo del que puede parecer en un principio. Rijana se halla rodeada de escarpes que se desplazan hasta el fondo marino, que puede llegar a los 15 metros de profundidad. El colorido parablennius pilicornis transita por estas aguas, junto con peces luna, plumeros de mar o pulpos y lubinas. Cerca de la orilla, los sargos y las lisas se agrupan con abundancia, dejándose ver hasta por los bañistas más perezosos. 

Cala Llamp

Varios peces en las profundidades de Mallorca
Varios peces en las profundidades de Mallorca | Shutterstock

Mirar las aguas de las Islas Baleares es como mirar a través de una ventana que da al fondo del mar. Pero, en este caso, el curioso tiene la posibilidad de atravesar la ventana y fundirse con el paisaje, como una criatura marina más. Alrededor de 80 lugares son carne de cañón de esnórquel en las míticas islas del Mediterráneo. Cavernas, cuevas, naufragios… Sumergirse en sus aguas es sumergirse en la aventura.

Una de las calas donde puede practicarse snorkel es la Cala Llamp, una cala rocosa rodeada de acantilados, antesala de la sierra de Tramontana. En estas tranquilas aguas, después de nadar unos 50 metros, un túnel de entre 10 y 15 metros permite bucear a través de él.

Cala Macarella

La cala Macarella en Menorca
La cala Macarella en Menorca | Shutterstock

Una de las playas más famosas y turísticas de Menorca y, probablemente, de las Baleares es la cala Macarella. Rodeada de acantilados y pinos, Macarella se presenta como una opción perfecta para bucear. Grutas y cavidades acuáticas tiznan sus aguas turquesas de colores pardos y estrellas de mar se esconden por sus recovecos. 

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Playa Papagayo

Playa Papagayo
La playa Papagayo, Lanzarote | Shutterstock

En las playas de la cara norte de Lanzarote el viento suele agitar con fuerza un mar que se presenta difícil para la tarea de bucear. Sin embargo, en su cara sur, sí es posible encontrar lugares donde echar un vistazo bajo la superficie. La playa Papagayo es una de las extensiones costeras más bonitas de la isla y, además, presenta buenas condiciones para la tarea. Pejeverdes, coloridas viejas o cangrejos araña aguardan al aventurero en los arrecifes rocosos de la zona. Un pequeño túnel submarino atraviesa una roca, proporcionando aún más juego al explorador. Para ello, mirando al horizonte, solo hay que seguir la pared de la izquierda.   

La isla de El Hierro

Submarinista en las aguas de El Hierro
Submarinista en las aguas de El Hierro | Shutterstock

Con las aguas más cálidas de toda España, a una media anual de 21º, la isla canaria de El Hierro posee condiciones óptimas para el buceo. A escasos metros de sus orillas, fondos de miles de metros bajan hasta los mismísimos infiernos. La Reserva Marina del Mar de las Calmas esconde bajo su superficie grandes cuevas y recovecos, en los que especies del Atlántico Norte se funden con otras tropicales. La morena miliaris, el pez globo o el gallo azul son algunos de los inquilinos que se pueden encontrar.