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Cimadevilla, el barrio imprescindible de Gijón

Cimadevilla, el barrio imprescindible de Gijón

El barrio de Cimadevilla se encuentra en un entorno histórico e idílico, donde pasado y presente se dan de la mano con facilidad. Con el Cantábrico impregnando de sabor y aroma cada calle empedrada, Cimadevilla es una atracción para turistas, pero también para lugareños. En torno a sus edificios de arquitectura tradicional se reúnen para frecuentar los locales más alternativos de Gijón y también aquellos que llevan décadas en pie. Cimadevilla es, en fin, tradición y modernidad. El barrio imperdible de la ciudad asturiana.

Un poco de historia de Cimadevilla

Cimadevilla desde el Cantábrico
Cimadevilla desde el Cantábrico. | Shutterstock

Cimadevilla es el barrio más antiguo de Gijón, su casco antiguo. Tanto es así que todavía se puede disfrutar de las huellas que el imperio romano dejó a su paso. Aún se distinguen los restos de una muralla y unas termas en esta península de Santa Catalina, que tomó su nombre de la antigua capilla de Santa Catalina.

Lo que sobre todo destaca en Cimadevilla, en cualquier caso, es el carácter marinero que caracteriza a todas las localidades que crecen en torno al mar. En este caso, la estética de barrio de pescadores del siglo XIX es la que domina el conjunto. A la hora de hablar de estos hombres y mujeres de mar también hay que señalar el Gremio de Mareantes de Santa Catalina que, creciendo en torno a Cimadevilla, se convirtió en el gremio más antiguo y poderoso de Gijón. Pertenecía a la Hermandad de las Marismas, de la que dependían para establecer unas normas a la hora de realizar su labor. Consistía, básicamente, en guiar a los marineros que llegaban nuevos a Gijón en sus últimos pasos hasta el puerto, para evitar desgracias. Y para ganarse un sueldo, claro.

En los últimos años, las viviendas tradicionales se han rehabilitado, pero no han perdido su esencia. Cimadevilla sigue siendo el barrio más antiguo y tradicional de Gijón.

Las claves del casco histórico de Gijón

Iglesia de San Pedro, la iglesia más antigua de Gijón
Iglesia de San Pedro, la iglesia más antigua de Gijón. | Shutterstock

Como suele suceder con este tipo de lugares, la mejor forma de descubrirlo es sin mapa, dejándose llevar por direcciones improvisadas. Sí hay que anotar ciertos elementos de interés, por si acaso el devenir espontáneo no condujese a esos los mismos. Debe visitarse, por ejemplo, la Plaza Mayor. Desde ésta y tomando la dirección hacia el Cantábrico se descubre el Monumento a Pelayo, una importante escultura del artista José María López Rodríguez que se inauguró en 1891. También el Palacio de Revillagigedo, un edificio barroco del siglo XVIII donde se celebran exposiciones artísticas de arte moderno.

Dejando atrás el Árbol de la Sidra, otro monumento que también debe apreciarse, se disfruta ahora del Puerto Deportivo. Sus cuidadas instalaciones y su bello entorno lo convierten en uno de los más aclamados del Cantábrico. El espigón que cierra el puerto ofrece auténticos espectáculos de olas chocando cuando el mar está bravo. Los atardeceres, por cierto, se deben capturar desde la Cuesta del Cholo, mirando hacia el puerto.

Más rincones. La iglesia de San Pedro, templo gótico del siglo XV, fue la única iglesia parroquial de la ciudad hasta finales del siglo XIX. Se destruyó, como tantos otros edificios, durante la Guerra Civil, pero fue reconstruida posteriormente. También debe mencionarse la Capilla de la Soledad, que data del siglo XVII. Fue la sede de este Gremio de los Mareantes, hoy en día es lugar de recuerdo y celebración.

Un paseo por Cimadevilla no puede concluir sin coronar el cerro de Santa Catalina. En lo más alto, vigilando el barrio y la ciudad, el Elogio del Horizonte de Eduardo Chillida sirve para ilustrar, de nuevo, la fantástica manera en que conviven pasado y presente.

Rincones cercanos a Cimadevilla

Lastres, uno de los pueblos más bonitos de Asturias
Lastres, uno de los pueblos más bonitos de Asturias. | Shutterstock

No hay que marcharse de Gijón sin patearse la ciudad entera, claro. Tampoco sin disfrutar de sus playas: la playa de Poniente o la famosa playa de San Lorenzo, sobre todo esta última, ofrecen panoramas bellísimos. Gijón, con su carácter marinero y su sidra, es una excelente elección para cualquier fin de semana.

Si uno tiene oportunidad de disfrutar de más tiempo en tierra asturiana, no hay que dejar de explorar la zona. Cerca de Gijón se encuentra Lastres, uno de los pueblos más bonitos de Asturias. Continuando por la costa hacia el este, espera Ribadesella, que tiene uno de los paseos marítimos más impresionantes del norte de España. Ambos forman parte de esta propuesta de viaje que lleva a recorrer la costa del paraíso en la tierra.

Por ser la esencia de Gijón, por eso es nuestro Rincón del Finde

Uno no puede marcharse de Gijón sin coronar el Elogio del Horizonte
Uno no puede marcharse de Gijón sin coronar el Elogio del Horizonte. | Shutterstock

Gijón es una ciudad interesantísima y dentro de este atractivo, Cimadevilla suele llevarse todas las miradas. Es el barrio más antiguo de la ciudad, pero es también una muestra del presente cultural de la misma y también de las posibilidades que llegarán con el futuro. Vida social, arte, cultura, historia y belleza, con el Cantábrico siempre ahí. Cimadevilla lo tiene todo.