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¿Cómo es posible que un monumento vegetal de un T-Rex se haya convertido en emblema de Vigo? Es una pregunta que muchos se hacen. Esta historia sólo puede explicarse desde la actualidad, desde el contexto de la época del Internet y todo lo que la caracteriza. Desde la viralidad y los memes, también desde la retranca gallega, porque una cosa y otra hicieron nacer al Dinoseto.
El Dinoseto, un boj, un arbusto de tres metros de altura que se colocó por error (dijeron) en uno de los barrios más sofisticados de Vigo. Para los vigueses que transitaron por sus calles a primera hora de la mañana fue imperativo, por la curiosidad y la gracia, tomar fotografías de este dinosaurio que apareció de un día para otro. Apenas estuvo una hora allí colocado, pero fue más que suficiente.
Un poco de historia del Dinoseto
El emblema de Vigo nació en plena campaña electoral, cuando su alcalde estaba poniendo guapas las calles de la ciudad. Uno de sus objetivos era embellecer las rotondas de diferentes barrios y la calle de Rosalía de Castro fue la elegida para diseñar el arbusto que se llevaría todas las miradas.
Cuentan, dijeron en su día, que de pronto apareció ahí. Una mañana de mayo de 2015, había un dinosaurio de boj en una rotonda de Vigo. Los vigueses, siempre sirviéndose del humor, tomaron fotografías de esta particular creación y en apenas unas horas éstas habían invadido las redes sociales. El arbusto se retiró más pronto que tarde, pero nadie podía olvidar una figura que ya había sido bautizada como Dinoseto. Quién hubiera imaginado que iba a pasar a formar parte de la historia de la ciudad.
Pronto empezaron las campañas en redes sociales y las peticiones al ayuntamiento para que el Dinoseto volviera y además lo hiciera por todo lo alto. Lo querían en el centro de Vigo, donde todo el mundo pudiera admirarlo. Desde arriba comprendieron que lo que habían considerado un error desafortunado era ya un fenómeno, así que el Dinoseto volvió. Hoy puede verse, en efecto, en el centro de la ciudad. Es uno de los emblemas de la misma.
Las claves del emblema de Vigo
Desde entonces, el Dinoseto ha estado presente en la vida de los vigueses. Ganó fama en el continente, protagonizó campañas de publicidad de todo tipo y su rostro se hizo con el monopolio de los souvenirs de la ciudad. Colocaron frente a su figura, cuando ya se encontraba en la Plaza de la Princesa, un photocall para que la gente pudiera fotografiarse sin dañarlo. Seguramente hoy en día sea el punto más visitado de Vigo.
Tuvo un hijo. Meses más tarde se descubrió que Dinoseto era, en realidad, Dinoseta, aunque el nombre no varió porque había sido elegido por reclamo popular y ya se había asentado. Durante muchos meses, más de los que en principio estaba previsto, un huevo bajo el arbusto señalaba que pronto serían más en la familia de dinosaurios vigueses. Dinosetiño terminó naciendo, aunque fuera más tarde de lo esperado.
Caminando por #Vigo nos hemos encontrado con Dinoseto, todo un icono de esta bellísima ciudad. pic.twitter.com/oMgMEPTO7v
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) May 16, 2016
Han pasado años desde entonces y el fenómeno ha decrecido hasta convertirse en normalidad, una rutina, para los habitantes de Vigo. Hay quien, claro, todavía se pregunta cómo nació esta idea de colocar un dinosaurio en la ciudad y qué objetivo perseguía, pero sobre todo hay costumbre. No sucede lo mismo con los turistas, que todavía hoy contemplan sorprendidos su existencia.
Rincones cercanos al dinoseto
Vigo es una ciudad con una gran vida social y cultural, por lo que recorrer sus calles alejándose de este rincón concreto es siempre una buena idea. Entender su historia y sus peculiaridades es también obligatorio cuando uno se desplaza hasta allí. La ría de Vigo es la más profunda y meridional de las Rías Baixas y en torno a ella pueden descubrirse lugares como Moaña o Redondela.
Hacia el norte uno disfrutará del impresionante paisaje de la Costa da Vela, donde se respira el Atlántico entre rutas de senderismo, faros con historia y las Islas Cíes al fondo. Una mañana o una tarde entre sus acantilados, sus playas y sus cabos es una experiencia fantástica para quien disfrute de la naturaleza.
Para quien prefiera descubrir más enclaves gallegos de interés, el sur ofrece la escapada que necesita. A media hora de trayecto en coche se encuentra Nigrán, en el corazón del Val Miñor, un municipio lleno de contrastes con parroquias tan atractivas como Panxón, que tiene una de las playas más bonitas del sur de Galicia, o Gondomar, en el interior.
Si se continúa bajando por la costa se llegará a Baiona, que tiene atracciones y paisajes también para todos los gustos. Lo cierto es que hablar de Galicia siempre es hablar de rincones cercanos que merece la pena visitar.
Porque es cultura de una ciudad, por eso es nuestro Rincón del Finde
El Dinoseto es pura cultura porque nació de lo ya mencionado: la retranca viguesa y las particularidades de la época actual, también de una ciudad, que han permitido que tengan un arbusto de un dinosaurio. Visitar su photocall es entender un poco mejor Vigo, que, al margen de esto, bien merece un paseo tranquilo. Una visita a sus tabernas clásicas, el disfrute de una gastronomía exquisita y el descubrimiento de sus alrededores. Además, se acerca la Navidad y las luces se encienden. No hay mejor momento para visitarla.
