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El idioma vasco-islandés, una lengua con ballenas de por medio

Reikiavik, Islandia

Un pidgin es una lengua simplificada en la que confluyen aquellas usadas por dos o más comunidades distintas que no tienen una común ni comparten ningún otro idioma ajeno. Por ejemplo, ahora muchas personas de lenguas distintas podrían entenderse por medio del inglés, pero no sería un pidgin. El spanglish sí estaría más cercano al concepto. Generalmente, se han originado en situaciones esclavistas o comerciales, al utilizar mano de obra forzada de las colonias o al intercambiar productos entre un país y otro. Este segundo caso es el del idioma vasco-islandés, desconocida por gran parte del mundo.

Playa negra de Reynisfjara
Playa negra de Reynisfjara | Shutterstock

“Si Cristo y María me diesen una ballena, yo te daría la cola”

El pidgin vasco-islandés nace en la región islandesa de Vestfiröir, al noroeste de la salvaje Islandia. Los pescadores y balleneros vascos que se instalaban por temporadas en la isla eran los que usaban esta lengua, que también tenía influencias del francés y del inglés. Aunque lo más probable es que los vocablos variaran de un individuo a otro, este pidgin quedó documentado en un manuscrito elaborado entre los siglos XVII y XVIII. Este códice se puede encontrar en la biblioteca Arnamagnaeana de la Universidad de Copenhague y reúne dos diccionarios.

En ellos se reúnen, sobre todo, palabras y frases relacionadas con el ámbito ballenero como “Christ Maria presenta for mi balia, for mi presenta for ju bustana”, que significa “Si Cristo y María me diesen una ballena, yo te daría la cola”. También se registran otras expresiones más próximas al día a día que a la actividad en sí, como “For mi presenta for ju biskusa eta sagarduna”, que se traduciría en “Te daré bizcocho y sidra”. No faltaban subidas de tono como la aportada por “Fenicha for ju”, que se traduciría como “Hacer el amor contigo”.

Reikiavik
Reikiavik, Islandia | Shutterstock

La caza de ballenas: el origen del vasco-islandés

El pidgin vasco-islandés fue así el fruto de las buenas relaciones mantenidas entre vascos e islandeses. Pero, ¿cómo surgió esta relación comercial? ¿Qué se les había perdido a los vascos en Islandia?

Parece que ya desde el medievo, en el siglo IX, la población vasca había descubierto en las ballenas una actividad comercial. Así se convirtieron en uno de los primeros pueblos, si no el primero, en lucrarse de la caza del cetáceo. Sin embargo, no fue hasta el siglo XVI cuando esta actividad se extendió por todo el norte de la península. La caza masiva y la rivalidad entre los balleneros les obligó a buscar otros sitios en los que continuar con la industria. Así fue como los balleneros vascos terminaron en Terranova, en las islas Feroe o en Islandia.

Ballena
Una ballena en las aguas de Islandia | Shutterstock

La Spánverjavígin o masacre de los españoles

Mientras tanto, en Islandia, la caza de ballenas era más una actividad más pasiva que activa. Es decir, los nórdicos no las cazaban, pero aprovechaban la carne y los huesos de las que encallaban en las playas. Por ello, la llegada de los vascos, que les pagaban tasas y comerciaban con ellos la carne que cazaban, fue visto como algo positivo. Sin embargo, las relaciones se enturbiaron en 1615 en lo que se conoce en Islandia como Spánverjavígin o masacre de los españoles.

Aquel año las tripulaciones vascas de tres barcos quedaron atrapadas en las costas islandesas durante todo el invierno. Los balleneros, para sobrevivir, tuvieron que recurrir a ciertas fechorías, como el robo de alimentos. Pero la población islandesa tampoco pasaba un buen momento. Así que, entre unas cosas y otras, la cosa no terminó muy bien: más de 30 vascos fueron asesinados a manos de la población local. Además, de formas bastante macabras. Para legitimarlo, los islandeses emitieron una ley que permitía la matanza de los vascos y que estaría vigente hasta el año 2015. Seguramente este fue un buen momento para usar la frase vasco-islandesa “For ju mala gissuna”, cuya traducción sería “Eres un hombre malo”.