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La asombrosa historia del abanico español

La asombrosa historia del abanico español

Además de un accesorio de moda y una herramienta para refrescarse, el abanico es un claro ejemplo de la creatividad humana y la diversidad de culturas. Esto se debe a que su rica historia pasa por territorios muy dispares, al igual que sus usos, ya que ha sido utilizado como símbolo de autoridad, medio de comunicación, signo de ostentación, detalle ornamental o como parte de la cultura española desde hace siglos. Acompáñanos en este repaso de la historia del abanico en España.

El origen del abanico, una pieza histórica

Abanicos españoles
Abanicos españoles. | Shutterstock

Llegar hasta el origen del abanico es una tarea complicada, pues sus indicios se hallan en multitud de culturas. Si pensamos en los primeros “prototipos”, hay que viajar hasta épocas prehistóricas, cuando se recurría a cualquier objeto para agitar el aire a modo de abanico y reavivar con él las brasas del fuego.

Mucho más tarde encontramos los testimonios posiblemente más antiguos: los útiles que utilizaban los egipcios, babilonios, persas, griegos y romanos para abanicarse. La civilización egipcia utilizaba unos objetos llamados flabelos que eran de gran tamaño y que estaban reservados para las clases más altas. Con ellos demostraban su poder y también se usaban en ceremonias religiosas.

Lo que se conoce más propiamente como abanico tiene sus primeros registros en Oriente, concretamente en China y en Japón, donde estos objetos eran esenciales en sus culturas. Algunos expertos coinciden en colocar la primera presencia del llamado abanico fijo en la China del siglo VIII a. C.

Cuenta una leyenda que, en el país nipón, durante una noche calurosa, un murciélago entró en la casa de un artesano de abanicos con tal mala suerte que se estrelló contra un candil encendido. Como el animal no sobrevivió, sirvió esto para que el artesano sintiera curiosidad por imitar las membranas plegables de las alas del murciélago, naciendo así lo que hoy conocemos como abanico plegable.

La historia del abanico español

Escaparate de Casa de Diego (1858) en la Puerta del Sol
Escaparate de Casa de Diego (1858) en la Puerta del Sol. | Shutterstock

Se estima que los llamados abanicos plegables nacidos en el Sudeste Asiático pudieron llegar al continente europeo por varias vías. Su entrada podría haber tenido lugar en el siglo XII, en el transcurso de las Cruzadas, o quizá fueron los Misioneros Jesuitas quienes introdujeron por primera vez durante el siglo XV estos accesorios por los que la Corte sintió mucho interés.

Sea como fuere, la realeza y las clases altas comenzaron a sentir verdadera curiosidad por este objeto. En el siguiente periodo, en el XVII, comenzó a popularizarse entre personas de todas las clases, siendo un tiempo en la que Francia e Italia competían por la producción de estas piezas. En el territorio español nacen los primeros maestros abaniqueros. Una muestra del tipo de abanicos que existían se ve en La dama del abanico, cuadro de Velázquez elaborado hacia 1635.

Detalle de La dama del abanico de Velázquez
Detalle de La dama del abanico de Velázquez. | Dominio público

Con la llegada del siglo XVIII asistimos al momento de mayor esplendor del abanico, etapa en el que eran de mayor tamaño y de diversos materiales. El gobierno de Carlos II decidió subvencionar esta industria y limitar la entrada en España de abanicos extranjeros. Además, apareció a finales del siglo la Real Fábrica de Abanicos en Valencia como competencia a los italianos y franceses que superaban la producción española. La fábrica se ganó un gran nombre en el sector y contribuyó a oficializar el gremio.

En el siglo XIX, el conocido como «abanico de pericón», que era un poco más grande, se empezó a convertir en un símbolo español. Tanto, que en 1930 Federico García Lorca los nombra en El retablillo de Don Cristóbal y la Señá Rosita, una obra infantil que dice así: «¡Ay!, ¡ay! Será necesario que las muchachas cierren los abanicos y las niñas saquen sus pañuelitos de encaje para oír y para ver las cosas de doña Rosita, casada con don Cristóbal, y las cosas de don Cristóbal, casado con doña Rosita».

Como curiosidad, además de ser una pieza fundamental del vestuario tanto de hombres como de mujeres, con sus distinciones, el abanico también ha servido como instrumento de comunicación, y es que, según sus movimientos, posición y colocación se creó el llamado lenguaje del abanico, un código con el que por medio de gestos las damas de la época se comunicaban de manera discreta con pretendientes o amigos. Por ejemplo, para decir «pienso en ti», la mujer colocaba el abanico en la sien mientras miraba hacia arriba.

El significado cultural del abanico en España

Bailarina de flamenco sosteniendo un abanico
Bailarina de flamenco sosteniendo un abanico. | Shutterstock

Los abanicos españoles son reconocidos en cualquier rincón del planeta y se han convertido en un emblema nacional. De hecho, se ve una clara relación del abanico con el mundo de la moda y, sobre todo, el de las artes.

Desde el siglo XX comenzaron a vincularse con la danza y teatro españoles, especialmente con el flamenco, ya que los bailarines solían, y suelen, utilizarlos además de como elemento estético como una ayuda para crear el ritmo del baile, siendo el complemento perfecto para hacerlo espectacular.

Aunque los abanicos son más típicos de las regiones como Andalucía en las que el calor es más contundente, se encuentran en cualquier parte de España en multitud de formas, tamaños, colores y materiales y son uno de los souvenirs por excelencia para los turistas que nos visitan de otras partes del mundo.

El abanico que cristaliza toda una herencia cultural

Abanico artesanal de España Fascinante.
Abanico artesanal de España Fascinante.

La fascinante historia del abanico español, que habla una lengua de cultura y tradición, ha tomado la forma de un abanico artesanal fabricado en Aldaia, donde el arte de los abanicos se ha perfeccionado durante siglos.

El resultado es una obra que plasma la esencia de España, de sus paisajes de mar y tierra, con un diseño del ceramista y pintor Daniel Zuloaga. Desde España Fascinante ponemos a tu disposición este elegante abanico hecho en España para que puedas decorar tu día a día con arte, color e historia.

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