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La obra de Gaudí que pocos conocen

La obra de Gaudí que pocos conocen

La Cripta de la Colònia Güell se localiza en el municipio de Santa Coloma de Cervelló, a pocos kilómetros de Barcelona. Este templo religioso es una de las obras arquitectónicas más impresionantes del modernista Antoni Gaudí, pero también una de las menos conocidas. A pesar de ser un monumento inacabado, en 2005 fue reconocida como Patrimonio de la Humanidad por su gran valor histórico y artístico.

Este proyecto fue otro de los numerosos trabajos que Gaudí realizó para Eusebi Güell, con quien colaboró a lo largo de toda su vida. A diferencia del famoso Park Güell, la cripta fue el encargo incluso más personal e innovador. El empresario había fundado en 1890, a las afueras de la capital, una colonia industrial para los trabajadores de su fábrica textil. Así, se alejaba del pujante pero también problemático centro urbano. Así, esta obra clave no se sitúa entre las manzanas perfectas, los puestos de flores ni los modernos hoteles boutique de la Barcelona contemporánea. El entorno, una miniurbe, eligió alejarse y contar con viviendas y servicios propios, lugar de culto incluido. La construcción de este templo fue reservada al arquitecto más ambicioso de la Ciudad Condal a finales del siglo XIX.

Exterior de la Cripta de la Colonia Guell
Fachada externa de la Cripta de la Colònia Güell | Shutterstock

Ejecutada entre 1898 y 1914, la Cripta Güell se fundó como Iglesia para los trabajadores de la colonia. Esta fue una obra clave en la trayectoria de Antoni Gaudí, ya que anticipó muchas de las soluciones constructivas que el arquitecto empleó en la Sagrada Familia, con la que llevaba trabajando desde hace años. En la actualidad, la iglesia no ha perdido su carácter religioso y es frecuentada por los más curiosos del modernismo barcelonés.

Un proyecto ambicioso e inacabado

Eusebi Güell dio manga ancha a Gaudí para la construcción de la iglesia, sin imponer límites en el presupuesto ni en el modelo arquitectónico. Tampoco en el plazo de tiempo. Hasta pasados quince años no empezaron las obras del templo, en 1908. Durante todo ese lapso, Gaudí se había dedicado a estudiar las soluciones constructivas tan atrevidas como experimentales que pensaba incorporar.

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Maqueta provisional
Maqueta reconstruida por Rainer Graefe a través del estudio de cinco maquetas originales de Gaudí | Wikimedia

La maqueta del proyecto resultó ser de lo más ambiciosa, tanto que fue imposible culminarla en la vida real por falta de tiempo. Se preveía una iglesia con dos naves, inferior y superior, rematada por diferentes torres laterales y un cimborrio de 40 metros de altura. A través del proceso de construcción, Gaudí fue experimentando con gran variedad de técnicas y detalles arquitectónicos que más tarde utilizaría en la Sagrada Familia.

Superficie plana techo Cripta
La cubierta “provisional” de la Cripta | Shutterstock

Las obras fueron paralizadas en 1914 cuando Eusebi Güell enfermó y sus hijos se hicieron cargo de la finca. La iglesia estaba en ese momento inacabada. Solo contaba con la capilla interior, conocida como cripta, y el porche anexo, sobre el que se tenía que construir la escalinata de acceso al templo. Ya sin Gaudí, se construyó una cubierta provisional y también un campanario, para que al año siguiente se realizase la consagración del templo. Sin embargo, el lugar de culto es a día de hoy comúnmente conocido el nombre de “cripta”.

Una maqueta de lo más innovadora y peculiar

maqueta polifunicular de Gaudí
La ingeniosa maqueta polifunicular de Gaudí | Wikimedia

La Cripta de la Colònia Güell destaca precisamente por la ambición del proyecto en sus diferentes maquetas, sobre todo la polifunicular. Este es un ingenioso instrumento ideado por Gaudí, bajo la ayuda del modelista Joan Beltrán y el carpintero Joan Munné. La maqueta está construida con tela, cuerdas y pequeños pesos, que sirvieron como instrumento para deducir las formas arquitectónicas dictadas por el comportamiento estático del edificio.

El dinamismo de la robusta fachada

Entrada y porche de la Cripta
La entrada a la Cripta | Shutterstock

Pese a quedar inacabada, la iglesia supone un punto culminante en la obra de Gaudí. Por primera vez, de forma unitaria, pone en práctica la totalidad de sus innovaciones arquitectónicas. La Cripta de la Colonia Güell forma parte de la etapa más naturalista de su creador, en la que expresa su gran capacidad creativa. En ella se puede apreciar la combinación del mencionado estilo con las fórmulas de la geometría reglada, a las que confiere libertad en sus formas desafiando las normas estáticas.

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Gaudí consiguió crear una atmósfera magistral propia de un lugar sagrado, a la vez que aplicó un grado máximo de autenticidad. Fiel a su costumbre simbolista, el arquitecto situó el emplazamiento de la iglesia en el punto dominante de la Colonia, integrándose perfectamente en el paisaje. La intención era clara: simbolizar el tránsito del plano terrenal al celestial.

Ventanales de la fachada de la cripta
Combinación de materiales en la fachada externa de la Cripta | Shutterstock

Resulta extraordinaria la combinación de materiales de ladrillo rojo, piedra basáltica y mosaicos dominantes de la estructura. Aunque a primera vista pueda parecer robusta, el color y la luz que adquiere de la cerámica viste de sensibilidad el edificio. Al acercarse a él, destaca también la superficie plana del techo de la cripta, que experimenta y acentúa la forma fluida de los volúmenes por debajo. En 2013, la Cripta de la Colonia Güell se convirtió en el primer monumento Patrimonio de la Humanidad con Certificación Biosphere por la gestión sostenible de sus servicios, incluido como uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas.

El interior de la Cripta

El interior de la cripta
El interior de la Cripta presenta una estructura ovalada que permite la completa visibilidad del altar | Shutterstock

No menos impresionante resulta el monumento por dentro, cuya estructura ovalada permite una visibilidad del altar desde cualquier punto. El centro de la cripta lo ocupan cuatro columnas de piedra basáltica que sostienen el techo adintelado y delimitan el espacio central rodeado por un semicírculo de nueve pilares.

La planta está perfectamente dividida en tres espacios definidos con su nave, coro y dependencias privadas. El conjunto se completa con un enredado programa iconográfico característico de Gaudí y con los grandes ventanales en forma hiperboloide cubiertos con vidrios de colores en forma de pétalos de flor o alas de mariposa.

Pila en forma de concha
Pilas de agua bendita en forma de concha marina| Shutterstock

El mobiliario también es obra de Gaudí, faceta que el catalán plasmó también en la catedralicia capilla de Sobrellano en Comillas. Al respecto sobresalen los bancos con reclinatorio distribuidos de forma circular alrededor del altar mayor. Las pilas de agua bendita también son dignas de atención, debido a su curiosa confección con grandes conchas marinas, procedentes de Filipinas a través de la Compañía Transatlántica del empresario Eusebi Güell.

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La Colònia Güell, referente industrial de estilo modernista

Este conjunto industrial en el que se enmarca la cripta es considerado un referente dentro del conjunto de las colonias industriales existentes. Destacó por sus condiciones de mejora social y por poseer una muestra del estilo modernista aplicado en el ámbito de la arquitectura civil. El empresario Eusebi Güell procuró una mejor calidad de vida para sus trabajadores y, en cuanto a su condición de mecenas de la cultura, dotó a la Colonia de equipamientos didácticos y religiosos de corriente modernista.

Casa del Mestre
Casa del Mestre en la Colònia Güell | Shutterstock

Para ello, encargó a los mejores arquitectos adscritos a este estilo el diseño de la Colonia. Gaudí llevó a cabo el proyecto del conjunto y de la iglesia, mientras que el resto de edificios más emblemáticos fue obra de Joan Rubió, Francesc Berenguer i Mestres y el hijo de este. El resultado fueron edificios amplios y de forma simple, compuestos de materiales como cerámica, hierro y ladrillo. Entre estos destacan Ca l’ Ordal, una casa unifamiliar con un aspecto que recuerda a la típica masía catalana. También el edificio de la escuela y la casa del administrador de la finca, Ca l’ Espinal. En 1990 el conjunto de la Colonia Güell fue declarado Bien de Interés Cultural-Conjunto Histórico.

Modernismo de la Colònia Güell
Ca l’ Espinal | Shutterstock

Las colonias industriales fueron concebidas como organizaciones socioeconómicas cuya finalidad era la producción industrial. Surgieron con la intención de alejarse de los conflictos sociales existentes de la ciudad. De esta forma, se crearon núcleos urbanos industriales para los obreros y sus familias al lado de la fábrica, integrada en la misma propiedad, bajo la tutela económica del empresario de la colonia. Era, a su vez, una garantía para los hombres y mujeres de tener un salario regular en unos tiempos de precariedad económica.