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8 embalses increíbles que sorprenden por motivos diferentes

embalses, 8 embalses increíbles que sorprenden por motivos diferentes

El agua es fuente de vida y por nuestra climatología, en España somos muy conscientes de su valor. Tal vez por ello somos el país de Europa con mayor número de presas y embalses, más de 1200 repartidos por toda la geografía nacional, según datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Muchos son de pequeñas dimensiones, otros son obras faraónicas que han anegado comarcas enteras. Y algunos de ellos son especiales, ya sea por su tamaño, su historia, su entorno o por su riqueza natural. Este es un breve recorrido por algunos de ellos.

Descubre los embalses más impresionantes de España

Embalse de La Serena, el más grande de todos

Embalse de La Serena
Embalse de La Serena. | Wikimedia

Dos comarcas extremeñas reúnen el territorio con más kilómetros de costa interior de España. Hablamos de la Siberia y de la Serena. Es en esta última donde se construyó el embalse más grande de España, segundo de la península ibérica y tercero de la Europa occidental. Se inauguró en 1990 y tiene capacidad para más de 3200 hectómetros cúbicos. Es una obra colosal que muestra cómo la mano humana es capaz de intervenir en el paisaje y trasformar una zona árida en una especie de mar interior.

Hay infinidad de puntos desde donde admirarlo casi a vista de pájaro y disfrutar de unas vistas espectaculares. Pero tal vez una de las más especiales es la que se aprecia desde el Castillo de la Puebla de Alcocer. El embalse guarda, además, un pequeño secreto: la rotonda más grande de España, y también la más bonita para muchos. Es el Cerro Masatrigo, una singular elevación de forma cónica que se alza en medio del embalse y que está unida a sus orillas por dos puentes.

Embalse de Almendra, la presa más alta

Embalse de Almendra
Embalse de Almendra. | Shutterstock

La altura de su presa da auténtico vértigo, nada menos que 202 metros desde los cimientos. Es por ello la más alta de España. También hay que añadir que toda la estructura del muro de contención tiene más de tres kilómetros de longitud. De hecho, es uno de los embalses más grandes del país, con más de 2600 hectómetros cúbicos de capacidad. Desde tierra o desde el aire, la imagen del Embalse de Almendra corta la respiración: a un lado de la presa se contempla ese profundo desnivel en el terreno y, al otro, un espejo de agua que parece infinito.

El Embalse de Almendra está en tierras salmantinas y es el Tormes el río que lo nutre. Solo una curiosidad: su función es la de generar energía hidroeléctrica, pero la central está a nada menos que 15 kilómetros. El agua llega a ella a través de un tubo de 7 metros de diámetro excavado en la roca.

Embalse de Proserpina, el más antiguo

Embalse de Proserpina
Embalse de Proserpina. | Shutterstock

Si es uno de los embalses más impresionantes de España no es por su capacidad, y tampoco por su altura, sino por su historia. Este embalse tiene dos mil años de antigüedad. Lo construyeron los romanos en el siglo I a. C., muy cerca de la antigua Emérita Augusta, la actual Mérida, a la que surtía de agua potable. Por ese motivo, forma parte del conjunto arqueológico emeritense, que es Patrimonio de la Humanidad.

Aunque a lo largo de su historia el Embalse de Proserpina ha sufrido diversas remodelaciones, todavía podemos admirar su estructura de 21 metros de altura y 9 contrafuertes. Y si es un lugar de visita obligada no es solo por su enorme interés histórico, también por su bonito entorno y por su playa artificial, donde se puede disfrutar de una jornada de lo más relajante cuando aprieta el calor.

Embalse de Riaño, situado en los ‘fiordos leoneses’

Embalse de Riaño
Embalse de Riaño. | Shutterstock

El entorno del embalse de Riaño sobrecoge por su belleza. Lo flanquean algunos de los picos más imponentes de los Montes de León, que se reflejan en unas aguas cristalinas y crean un efecto visual casi hipnotizador. Pero ese paisaje que hoy es escenario perfecto para disfrutar de deportes acuáticos tiene un pasado oscuro. Los habitantes de la comarca lucharon sin descanso por evitar que las aguas se tragaran sus casas y su forma de vida. Sin embargo, sus esfuerzos fueron en vano, porque en 1987 nueve pueblos fueron engullidos por el pantano.

Pero lo que parecía el fin para esta comarca leonesa no fue más que un principio. El agua se llevó esos pueblos, pero transformó la zona en uno de los paisajes más espectaculares de Castilla y León. Varios miradores permiten admirar las vistas de los bautizados como ‘fiordos leoneses’. Un escenario de singular belleza que ha conseguido que un territorio condenado a morir sea hoy un referente de turismo rural.

Aldeadávila, la joya de las Arribes y uno de los más altos

Presa de Aldeadávila
Presa de Aldeadávila. | Shutterstock

En su recorrido fronterizo con Portugal por la provincia de Salamanca, el Río Duero serpentea entre profundos y oscuros cañones de granito. Es ahí, en el corazón del Parque Natural Arribes del Duero, donde se construyó el que es uno de los embalses más impresionantes de España por su sobrecogedor paisaje. No puede extrañar que haya sido escenario de películas como la oscarizada Doctor Zhivago, La cabina de Antonio Mercero o la sexta entrega de Terminator.

Su presa, una de las más altas del país con sus 139,5 metros de altura, se puede contemplar a la perfección desde los miradores que hay en las cercanías. La postal es difícil de olvidar, aunque para ello sea necesario superar la sensación de vértigo. Merece la pena admirar el paisaje no solo desde lo alto, también desde las aguas del embalse. Hay pequeñas embarcaciones que recorren las Arribes hasta cerca de la presa y permiten sumergirse de lleno es un escenario por momentos fantasmagórico, pero de una riqueza natural espectacular.

Embalse de Mequinenza, el ‘mar de Aragón’

Embalse de Mequinenza
Embalse de Mequinenza. | Shutterstock

Es el Río Ebro el que nutre al Embalse de Mequinenza, en territorio de Zaragoza. Su costa tiene más de 500 kilómetros, así que el sobrenombre de ‘mar de Aragón’ no parece exagerado. Es más, este embalse, uno de los más grandes de España, se ha convertido en uno de los lugares de disfrute preferidos por los aragoneses.

A lo largo de sus orillas se han desarrollado paisajes muy diferentes que son hábitats de un sinfín de aves y otras especies. Y sus aguas son un pequeño paraíso para los pescadores ávidos de batir récords en busca del siluro más grande, porque en él se han pescado ejemplares de más de 2,5 metros.

Pero el privilegiado entorno del Embalse de Mequinenza da para mucho más: recorrer sus orillas en bicicleta, practicar senderismo por sus alrededores, navegar por sus aguas o darse un chapuzón en alguna de sus playas. Y aún queda visitar la histórica ciudad de Caspe, donde hay que hacer parada en la Colegiata de Santa María la Mayor y en el castillo del Compromiso.

El Embalse de Valdecañas y su tesoro oculto

Dolmen de Guadalperal
Dolmen de Guadalperal. | Wikimedia

Muchos embalses españoles sumergieron pueblos enteros en el momento de su construcción. El de Valdecañas, en Cáceres, ocultó además un pequeño tesoro: el Dolmen de Guadalperal. Su estructura tiene forma de túmulo, de ahí que se le haya bautizado como el ‘Stonehenge español’. Pero ¿por qué hablamos en presente? Porque cuando las aguas del pantano bajan, esta joya megalítica vuelve a quedar al descubierto.

El Embalse de Valdecañas, al que llegan las aguas del Río Tajo, está en el top 10 de los embalses más grandes de España por su capacidad de 1446 hectómetros cúbicos. Pero, aunque no esté en cabeza de la lista, es espectacular especialmente por los paisajes que lo rodean. De hecho, está junto al Geoparque Villuercas-Ibores-Jara. Y a ello hay que sumar sus playas artificiales, auténticos oasis para huir del calor extremeño.

Embalse de Guadalest, contraste verde y turquesa

Embalse de Guadalest
Embalse de Guadalest. | Shutterstock

Embalses pequeños, muy pequeños si los comparamos con esas otras faraónicas obras de ingeniería civil, también pueden ser espectaculares. El Embalse de Guadalest es solo uno de los muchos ejemplos que salpican el territorio español. Desde lo alto, sorprende el contraste entre el intenso color de sus aguas, el verde de la vegetación que lo rodea y las siluetas de las sierras que lo esconden.

Verlo desde el pueblo del que toma el nombre es solo una forma de disfrutarlo. Rodearlo a pie para admirar su riqueza natural, darse un baño en sus aguas o practicar deportes acuáticos son algunas de las formas de descubrir este pequeño paraíso en el corazón de la provincia de Alicante.