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8 escapadas inolvidables en los alrededores de Santander

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Dicen que Cantabria es infinita y lo confirmamos porque siempre queremos volver. Volver a las villas marineras, a las montañas, a los bosques, a esos pueblos bonitos de Cantabria, a las playas, a las fiestas tradicionales… Hay tanto para elegir que a veces uno no sabe en qué lugar quedarse. Sin duda, la capital es un excelente punto de partida para conocer el resto de la comunidad. Estas son las escapadas imprescindibles que hacer desde Santander.

Las mejores escapadas cerca de Santander

Costa Quebrada, tesoro natural

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Costa Quebrada. | Shutterstock

La primera escapada comienza en la misma ciudad de Santander. Se trata de la costa Quebrada, una franja costera de 20 kilómetros que parte del Faro de Cabo Mayor y termina en el Puerto Calderón, ya en el municipio de Santillana del Mar. Costa Quebrada es un Parque Geológico, uno de los más importantes del mundo, y la verdad es que se trata de un paisaje espectacular. Algunos de los lugares más importantes de Costa Quebrada son las dunas de Liencres o la playa de La Arnía, espacios ideales para los que van a la caza de atardeceres con los que triunfar en Instagram.

Santillana del Mar, parada inevitable

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Santillana del Mar. | Shutterstock

La escapada imprescindible desde Santander es Santillana del Mar. Se encuentra a unos 28 kilómetros de la capital cántabra, por lo que el viaje no nos lleva más de 25 minutos. Una vez allí descubrimos a primera vista por qué es uno de los pueblos más bonitos de España, con sus callejuelas empedradas y sus casonas típicas montañesas.

Santillana derrocha encanto en todos sus rincones y hoy es cabeza de cartel en todo viaje a Cantabria. Sin embargo, hubo un tiempo en que los viajeros llegaban a Santillana del Mar casi por casualidad en busca de uno de sus tesoros más preciados: las cuevas de Altamira, un lugar mítico y que además es Patrimonio de la Humanidad.

Liérganes y sus leyendas

Liérganes
Pueblo de Liérganes. | Shutterstock

Liérganes, ubicada en la comarca de Trasmiera y a tan solo 20 minutos de la ciudad santanderina, es una de esas escapadas que nunca defrauda. Este pueblo con aires medievales y un puente de auténtico cuento atrapa de inmediato por sus casas típicas y sus casonas de indianos. El esplendor de Liérganes llegó entre los siglos XVII y XVIII debido a una fábrica de artillería que hoy se ha convertido en un refugio turístico, todavía sin masificar. Aún hay tiempo de disfrutar de su entorno natural, de su famosa leyenda del hombre pez y de su deliciosa gastronomía.

Comillas no solo es para el verano

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El Capricho de Gaudí, rincón excepcional en Comillas. | Shutterstock

En la Costa Occidental de Cantabria se encuentra la aristocrática villa de Comillas. Desde Santander hay poco más de 50 kilómetros y podemos llegar en 40 minutos a este lugar de ensueño, famoso por ser lugar de veraneo para gente pudiente. Pero tranquilidad, que en la actualidad el veraneo se ha democratizado y todos podemos disfrutar de algunas de sus joyas arquitectónicas como el Capricho de Gaudí, el palacio de Sobrellano o incluso de su bello cementerio.

Por supuesto, también merece la pena darse un pase por la playa de Comillas o disfrutar del ambiente nocturno en verano. Tampoco hay que olvidarse de los alrededores de la villa, ubicada en el Parque Natural de Oyambre. Pero hay que destacar que el encanto de Comillas no se disfruta únicamente en verano. Por ejemplo, una escapada a Comillas en otoño es una experiencia de lo más relajante.

Parque de Cabárceno, escapada en familia

Parque de Cabárceno
Jirafas en el Parque de Cabárceno. | Shutterstock

Otra de las escapadas de Santander es la que conduce al Parque de Naturaleza de Cabárceno. No se tardan más de 20 minutos desde Santander en llegar a este fabuloso parque, que no es un zoológico al uso, pero en el que los protagonistas son precisamente los animales. Jirafas, leones, cebras, guepardos, elefantes… No es solo para niños. Los adultos también se quedarán fascinados por la variedad de animales y por el entorno en el que se encuentran.

Castro Urdiales, una escapada con buen ambiente

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Castro Urdiales. | Shutterstock

Una de las escapadas a menos de una hora de Santander que más nos gustan es Castro Urdiales. Se tardan unos 45 minutos en recorrer los 68 kilómetros que separan a la capital cántabra de esta villa marinera llena de vida y que lleva en pie desde tiempos de los romanos, cuando la llamaban Flavióbriga.

Playa, fiesta, historia y gastronomía esperan al visitante, entre otras cosas. Porque si algo impresiona en Castro Urdiales es la iglesia gótica de Santa María y el castillo-faro que se encuentra justo al lado. Como paso obligado de los peregrinos que hacen el Camino de Santiago, antes y ahora, no nos extraña el buen ambiente que transmite esta villa cántabra.

San Vicente de la Barquera, un pueblo mágico en Cantabria

San Vicente de la Barquera
San Vicente de la Barquera. | Shutterstock

A 58 kilómetros de Santander y en solo 40 minutos se puede llegar a uno de esos pueblos mágicos de Cantabria a los que se quiere volver una y otra vez. Se trata de San Vicente de la Barquera, una villa marinera con una larga historia en la que se observa perfectamente esa combinación infalible de mar y montaña. Tomar el sol en la playa de San Vicente mientras se contemplan las cumbres nevadas de los Picos de Europa es una experiencia inolvidable.

Además, San Vicente de la Barquera se encuentra dentro de ese espacio tan impresionante que es el Parque Natural de Oyambre y su casco histórico cuenta con todo lo necesario para una escapada fascinante: increíble gastronomía, callejuelas empedradas, costumbrismo y su propio castillo. ¿Qué más se puede pedir?

Santoña, mucho más que anchoas

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Faro de Santoña. | Shutterstock

Una bahía, dos playas, unas marismas, un monte con su faro y su fortaleza… No se puede negar que Santoña es mucho más que anchoas, por más que la localidad se haya hecho famosa por este producto típico y delicioso. La escapada nos lleva poco más de media hora desde Santander, aunque muchos viajeros quieren quedarse cuando ven la joya de Santoña: el monte Buciero.

El monte Buciero es un espacio natural muy particular y no solo por su riqueza medioambiental. A sus pies se encuentra el Faro del Caballo, la mayor atracción de Santoña, al que se puede acceder por mar o por una ruta de senderismo. Puede que no se considere un faro bonito, pero no hay ninguna duda de la impresión que dejan tanto el faro como las vistas que proporcionan.