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Todo lo que deberías saber la primera vez que haces el Camino de Santiago

Alto de San Roque, estatua cerca de Cebreiro

Ofrecido por: Viajes camino de Santiago

El entorno senderista más conocido de Europa, quizá del mundo, es el Camino de Santiago. Desde que se revitalizara a finales del siglo XX, cada año el número de peregrinos ha ido aumentado hasta alcanzarse una nueva edad de oro jacobea. Una opción que combina lo espiritual y lo cultural a partes iguales, pero cuya realización a veces parece demasiado compleja. En realidad lanzarse a buscar Santiago es muy fácil aunque se sea principiante. Solo hay que tener en cuenta unos cuantos elementos básicos y atreverse a ello.

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Plaza del Obradoiro. | Shutterstock

Las distintas formas de llegar a Santiago

Un elemento que suele hacer dudar a los peregrinos es con quién hacer el Camino de Santiago. En este sentido, no se ha de tener ningún miedo. Es viable tanto ir solo como acompañado. En las rutas que se señalan más adelante los servicios son muy abundantes, así como los compañeros que uno se encuentra andando o pedaleando. Además, siempre está la opción de ir con un grupo organizado. Otra compañía muy especial puede ser el perro. Todo depende de las preferencias personales.

Botas, bordón, mochila y gorra suelen componer la imagen típica del peregrino. Una estampa asociada al andar, el medio de transporte más usado por aquellos que hacen el Camino de Santiago. Más del 94% de quienes lo hacen usas sus pies para avanzar. Además de las más popular, es también la alternativa más sencilla. La infraestructura jacobea está encarada a esta modalidad, que permite llevar un ritmo pausado y disfrutar al cien por cien de los lugares que se transitan. En resumen, si se gusta de ver pasar la vida lentamente, poder estar atento a cada metro que se recorre, esta es la opción ideal.

Pero hay más posibilidades. La segunda es la bicicleta. Esta suele requerir más experiencia que el andar, así como algo más de preparación física. De practicar cicloturismo de forma relativamente asidua, la mayoría de las rutas jacobeas son más que asumibles. La experiencia se encara más al ámbito deportivo, como es lógico, y acorta en mucho la llegada a la plaza del Obradoiro. Aunque ver a ciclistas es muy habitual, contemplar un peregrino a caballo es raro. En todo caso, es una alternativa reconocida por la Catedral, aunque dada su especialización requiere encararla de una forma totalmente particular.

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Frómista es un lugar jacobeo por excelencia. | Shutterstock

Las mejores rutas jacobeas para principiantes

De los muchos trayectos posibles para un principiante del Camino de Santiago, hay unos cuantos que destacan por tener una gran infraestructura y una orografía contenida. Solo hay que tener en cuenta que hace falta hacer 100 kilómetros andando o 200 en bici para obtener la compostela. En todo caso, se recomienda realizar al menos dos semanas para disfrutar una experiencia completa.

Camino Francés

El más famoso de todos, el más recorrido y el mejor preparado. Es ideal para iniciados tanto si se hace un mes desde Roncesvalles como si se sale desde Sarria. Físicamente, presenta pocos escollos, siendo el más notable el ascenso a O Cebreiro. La red de albergues es excepcional y permite dividir las etapas casi como a uno le dé la gana. Además, está muy bien cubierto por agencias. Cuenta con una enorme afluencia, por lo que es fácil hacer nuevos amigos. Además de los ya mencionados, Logroño, Burgos o León son puntos de partida ideales para asumirlo.

Camino Portugués

La salida desde Tui es una de las más recorridas por quienes hacen el Camino de Santiago por primera vez. Con posibilidad de alargar el inicio al país vecino, se trata de una opción bien conectada, bonita y sobre todo de dificultad física muy baja. Padrón o Pontevedra son alguno de los lugares más señeros del Portugués. Entre rías y monte, cada vez es más popular.

Camino Inglés

Ferrol es la salida más habitual para este trayecto que usaban los británicos. Llegados en barco al puerto gallego, descendían por Betanzos y Pontedeume hasta la capital gallega. Un recorrido de gran belleza y muy propicio para un Camino de Santiago corto. Gracias a ello es una primera toma de contacto muy buena, antes de lanzarse a rutas más largas o complicadas, como el Primitivo, el Sanabrés o el del Norte.

Durmiendo en el Camino

Aunque la más recomendable, el albergue no es la única manera de dormir en el Camino de Santiago. En la actualidad es posible adaptar el descanso según gustos y cartera. Lo más barato es quedarse en los albergues públicos o de asociación, lo que hace la mayoría. No admiten reserva, por lo que en épocas de alta afluencia es buena idea tirar de privados. Estos son algo más caros pero suelen estar mejor acondicionados. En caso de querer privacidad, hostales, pensiones y hoteles son la alternativa. La elección marcará el presupuesto. Lo más económico, ir de públicos austeramente, sale por unos 200 euros desde Sarria.

Albergue Camino Santiago
Los albergues son los hospedajes más comunes del Camino Santiago. | Shutterstock

A la hora de escoger donde dormir también hay que contar con la planificación de etapas. Resultan de gran ayuda tanto asociaciones de Amigos del Camino locales como agencias organizadoras. Normalmente, solventan cualquier duda al respecto, así como las de preparación. En general, 20 kilómetros por cada una está bien. Una avanzada edad o un muy bajo estado de forma pueden solventarse bajando a 15 los kilómetros por día. Siempre es mejor empezar un poco más adelante que forzar la máquina. Además, hay tiempo de repetir y plantearse retos mayores.

Preparar el Camino de Santiago: de casa al sendero

La preparación para el Camino de Santiago es más fácil de lo que parece. Así, la primera recomendación es que una vez se haya elegido la ruta y se tengan escogidas las fechas se consiga el transporte para llegar al punto de salida. Respecto a comprar los billetes de vuelta también, hay que plantearse bien la cuestión. De tener un itinerario y fecha de llegada fijadas e inamovibles, lo mejor es tener el transporte de vuelta atado. Lo mismo se aplica para Caminos cortos, de hasta diez días, o en temporada alta. Si se hacen más largos o se tiene más libertad de llegada a Santiago, es posible buscar la vuelta entre diez días y una semana antes de acabar. Como en otras cuestiones, depende de cada uno.

El entrenamiento es aconsejable siempre. Por ejemplo, de ir bicicleta es casi obligatorio probarse. Andando, las rutas propuestas tienen una dificultad baja, por lo que no hace falta demasiado para completarlas. En este sentido, el error más común en peregrinos principiantes es forzarse demasiado. Los primeros días pueden llevar a lesiones si se exige demasiado al cuerpo. De este modo, hay que ser realista tanto en la planificación como en la ejecución. Asimismo, el Camino supone un entrenamiento continuo y suele conllevar un gran salto físico una semana después de empezar.

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Camino por el famoso Puente de Órbigo, parte del Camino Francés. | Shutterstock

Tras ello hay que atar el material necesario para el Camino. La prioridad siempre es llevar lo menos posible, nunca más del 10% de lo que pese uno antes de empezar. En cuanto a la mochila, ha de ser anatómica y llevar ajuste lumbar. Para no sobrecargarse, mejor no escogerla de más de 45 litros. El calzado es esencial. Para los caminos propuestos para principiantes, basta con unas zapatillas de caña baja impermeables y unos calcetines antiampollas. En cuanto a bastones, depende del estilo de andar de cada uno, pero ayudan a aligerar las subidas y bajadas. Es suficiente con unos plegables, que pueden guardarse de no ser usados.

No hace falta llevar más de dos o tres mudas, así como unas chanclas, cantimplora, toalla, gel de baño y un impermeable. En Galicia es habitual que llueva incluso en verano. De dormir en albergues, hay que llevar también saco de dormir, mejor si es ultraligero. Betadine, gasas, aguja e hilo o un bañador son alternativas recomendables para completar el equipaje. También chocolate o frutos secos, perfectos para reforzarse en ruta con rapidez. Respecto a la documentación, además de la necesaria legalmente hay que hacerse con una credencial, que rellena da acceso a la compostela. Después, lo único que queda es vivir el Camino.

Agencias especializadas como Viajes Camino de Santiago facilitan mucho el llevar al cabo la planificación y el Camino, ocupándose del alojamiento, el transporte de los equipajes o hasta el comienzo de la etapas o la presencia de guías profesionales para hacer un trayecto totalmente acompañado.