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Las mejores escapadas cerca de Madrid

Las mejores escapadas cerca de Madrid

La lista de planes y escapadas cerca de Madrid puede ser infinita, mucho más si tenemos en cuenta que no hay que alejarse demasiado de la capital para disfrutar de Aranjuez, El Escorial o La Granja de San Ildefonso, tres reales sitios maravillosos. O que no hay que hacer muchos más kilómetros para pasear por otras tantas ciudades que son Patrimonio de la Humanidad, como son Ávila, Toledo y Segovia.

Pero en esta ocasión vamos a dejar a un lado esos destinos que se recomiendan en cualquier listado sobre qué hacer en Madrid. En su lugar queremos proponer lugares fascinantes pero diferentes que están a menos de dos horas en coche de la capital. El camino puede ser algo más largo, pero merece la pena disfrutar de todas y cada una de estas escapadas desde Madrid.

Planes en los alrededores de Madrid para disfrutar con todos los sentidos

Sepúlveda y las Hoces del Duratón (Segovia)

Hoces del Duratón
Hoces del Duratón. | Shutterstock

Cerca de Sepúlveda, los meandros del río Duratón serpentean entre paredes rocosas que alcanzan alturas de hasta 100 metros. El panorama, visto desde lo alto del cañón, es simplemente sobrecogedor. Pero también hay que mirar al cielo para disfrutar de un espectáculo bien distinto: el vuelo de los buitres leonados que anidan en las rocas. Todo ello hace de esta una de las mejores escapadas desde Madrid, especialmente para los amantes de la naturaleza.

Inevitablemente, la excursión por las Hoces del Duratón abre el apetito. Así que nada como dirigir los pasos hacia Sepúlveda para degustar su famoso lechazo asado. Con fuerzas renovadas, aún queda dar un paseo por las calles empedradas de la localidad para sumergirse en su ambiente medieval. En el recorrido esperan iglesias y la antigua cárcel, así como los restos de la muralla y del castillo. Fin de la escapada y regreso a la capital, que está ahora y media de camino.

Sigüenza (Guadalajara)

Catedral de Santa María
Catedral de Santa María. | Shutterstock

Con un largo pasado, y a solo hora y media de la Madrid, Sigüenza está considerado como uno de los pueblos medievales más bonitos de España. Su rico patrimonio monumental está encabezado por el castillo y la Catedral de Santa María, un templo-fortaleza que comenzó a levantarse en el siglo XII y cuyo interior alberga la famosa escultura del Doncel. Pero Sigüenza no es solamente medieval. También es renacentista y barroca, y para verlo solo hay que pasear por su Plaza Mayor o admirar el Palacio Episcopal.

Los planes en Sigüenza no acaban con el recorrido por su casco histórico. A un paso se encuentra el Parque Natural del Río Dulce. Aquí, el cauce fluvial discurre por un profundo cañón que se puede recorrer a través de varios senderos. Y con un poco de suerte, entre las rocas o surcando el cielo, es posible observar algún buitre o águila real.

Rascafría (Madrid)

Real Monasterio de Santa María del El Paular
Real Monasterio de Santa María del El Paular. | Shutterstock

El Real Monasterio de Santa María del El Paular fue la primera cartuja de Castilla. Los monjes encontraron en este lugar un lugar de retiro incomparable. Y sigue siéndolo más de seiscientos años después de su fundación, tanto para los monjes benedictinos que lo habitan y como para quienes deciden aislarse por unos días del mundo en su hospedería.

El monasterio es el gran tesoro de Rascafría, y uno de los rincones que visitar en Madrid para huir del ruido, de las prisas y de los humos. Pero, además, aquí todo invita a caminar para sumergirse en un entorno maravilloso. Solo hay que cruzar el puente del Perdón para llegar al bosque finlandés, donde abedules, chopos y acebos crecen junto a una pequeña presilla del Río Lozoya. Y en una ruta de ocho kilómetros se llega a uno de los rincones más bonitos de la Sierra de Guadarrama: la Cascada del Purgatorio, que son en realidad dos caídas de agua que forman el Arroyo del Aguilón.

Consuegra (Toledo)

Consuegra
Consuegra. | Shutterstock

Cerca de Madrid es posible seguir los pasos de Don Quijote, y Consuegra es una de las paradas obligadas. En su Cerro Calderico se alinean doce molinos de viento, aquellos en los que el ingenioso hidalgo veía gigantes. Y junto a ellos se alza el castillo, con sus tres recintos defensivos. A los pies del cerro, el casco histórico de Consuegra esconde otros tesoros, como su ayuntamiento, la Iglesia de Santa María la Mayor o el edificio de Los Corredores.

Consuegra, que está a 130 kilómetros de Madrid, tiene además dos citas importantes que recuerdan su pasado y sus tradiciones. Por un lado, la feria Consuegra Medieval, que se celebra en agosto. Por otro, la fiesta del producto más famoso que dan sus tierras y que se celebra en octubre: la Rosa del Azafrán.

El castañar de El Tiemblo (Ávila)

El castañar de El Tiemblo
El castañar de El Tiemblo. | Shutterstock

Para quienes disfrutan especialmente de las estampas otoñales, uno de los mejores planes desde Madrid se encuentra en tierras abulenses, pero a menos de cien kilómetros de la capital. El Tiemblo esconde un bosque que, cuando llegan los primeros fríos, se transforma en un paisaje casi de fantasía. Sus miles de castaños se tiñen de todas las tonalidades imaginables de amarillo y de ocre. Los rayos de sol apenas consiguen atravesar las hojas y sumergen al entorno en una atmósfera mágica.

Recorrer el castañar de El Tiemblo es un plan perfecto para disfrutar en familia. Lo es por la belleza del lugar, porque los recorridos por él no tienen gran dificultad y porque los niños lo pasan en grande recogiendo del suelo esos pequeños erizos que no son más que las castañas envueltas aún en su zurrón.

Olmedo (Valladolid)

Olmedo
Olmedo. | Shutterstock

A muchos les puede sonar su nombre por el célebre caballero que protagoniza una de las obras más conocidas de Lope de Vega. Y en esta localidad se le rinde merecido homenaje en un recorrido sensorial en el palacio bautizado con su nombre. Pero, además de escenario teatral, Olmedo, a hora y media de Madrid, es una localidad de larga historia. Un pasado que se puede descubrir a través de su la muralla, de la Iglesia de Santa María del Castillo o de la de San Miguel.

Pero Olmedo tiene otro atractivo maravilloso: el Parque Temático del Mudéjar. En él se pueden contemplar una veintena de monumentos de Castilla y León reproducidos a escala y con una precisión asombrosa, desde los castillos de Coca y de la Mota a la soriana ermita de San Saturio o la iglesia de San Salvador de Toro.

Buitrago del Lozoya (Madrid)

Buitrago del Lozoya
Buitrago del Lozoya. | Shutterstock

Situado a poco más de 80 kilómetros de la capital, Buitrago del Lozoya es uno de los pueblos más bonitos de Madrid. Desde la distancia, la suya es una postal espectacular, puesto que su recinto amurallado se levanta en un meandro del río del que recibe el nombre. Precisamente, una de las actividades imprescindibles es pasear por la parte alta de la muralla para admirar unas vistas maravillosas de la sierra.

Ya en superficie, se descubren rincones de enorme interés como el castillo o la Iglesia de Santa María. Pero hay una parada obligada para los amantes del arte: el Museo Picasso, con una magnífica colección de obras del artista malagueño. Pero ¿cómo llegaron a Buitrago del Lozoya? Tiene su explicación. Eugenio Arias fue barbero y amigo del pintor durante décadas. Como fruto de esa amistad, Picasso le fue obsequiando con algunos de sus trabajos. Arias era natural de Buitrago, y al fallecer cedió su colección al municipio que le vio nacer.

Segóbriga (Cuenca)

Anfiteatro de Segóbriga
Anfiteatro de Segóbriga. | Shutterstock

Segóbriga fue una ciudad romana que floreció gracias a la extracción de lapis specularis, un yeso cristalizado traslúcido que se utilizaba como vidrio para las ventanas. El yacimiento se encuentra en el cerro de Cabeza de Griego en Saelices, a poco más de cien kilómetros de Madrid. Las excavaciones realizadas en las últimas décadas nos permiten contemplar el teatro y el anfiteatro e imaginar cómo era la ciudad a través de los restos del foro, de las termas, o de la necrópolis.

Y a solo unos kilómetros, se encuentra Uclés, localidad con uno de los cascos históricos más espectaculares de Cuenca. En lo alto de un cerro destaca la figura de su monasterio. Tan imponente es, que se le conoce como ‘El Escorial de la Mancha’. Si a ello añadimos el castillo, la muralla y algunas casonas mobiliarias, merece la pena hacer un alto en el camino hacia Segóbriga.

Barrancas de Burujón (Toledo)

Barrancas de Burujón
Barrancas de Burujón. | Shutterstock

Es una de las escapadas desde Madrid más singulares porque lleva a descubrir un paisaje que a mucho recuerda al cañón del Colorado. Y cierto parecido tiene, salvando las distancias y, evidentemente, el tamaño. Llegar a las Barrancas de Burujón desde Madrid lleva poco más de una hora, y ya en un primer vistazo se descubre que el suyo no es un paisaje común.

Durante miles de años, las aguas del Río Tajo han erosionado el terreno arcilloso hasta dar forma a unos espectaculares, caprichosos y rojizos cortados. Una senda de apenas cuatro kilómetros y escasa dificultad y varios miradores permiten admirar un paisaje que al atardecer parece de otro planeta.

San Martín de Valdeiglesias (Madrid)

Pantano de San Juan
Pantano de San Juan. | Shutterstock

Madrid tiene playa. Y si el tiempo acompaña y hay ganas de darse un baño solo hay que dirigirse a San Martín de Valdeiglesias. Allí se encuentra la Playa de la Virgen de la Nueva, a orillas del Pantano de San Juan, rodeada de un entorno de pinares maravilloso y, además, con bandera azul.

Pero, si San Martín de Valdeiglesias está en cualquier lista de lugares que ver en Madrid, no es solo por su playa. Aquí hay un castillo, el de la Coracera, y un lugar mágico, el Bosque Encantado, donde setos y arbustos adquieren la forma de personajes fantásticos y que es perfecto para visitar con niños.

Y todavía hay mucho más que hacer en esta localidad que está 75 kilómetros de Madrid. Por ejemplo, degustar sus excelentes vinos, practicar senderismo por sus alrededores o visitar los Toros de Guisando, aunque estos se encuentran ya en tierras abulenses.