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Hablar de planes en Huelva es hablar de historia, naturaleza, música, buena gastronomía y playas paradisiacas. La capital onubense es una ciudad que refleja la esencia de la provincia de la mano de su catedral, del muelle del Tinto, del Monumento a la Fe Descubridora o del barrio de Reina Victoria. Pero no hay que alejarse mucho para disfrutar de lugares increíbles, que son los que vamos a recorrer en estas propuestas que recogen algunas de las mejores escapadas en los alrededores de Huelva.
Descubre las mejores escapadas cerca de Huelva
Doñana: la mayor reserva ecológica de Europa
Planear qué visitar en Huelva y no empezar por este tesoro natural es francamente imposible. La gran joya natural de Europa tiene la mayor parte de su territorio en esta provincia. Con una biodiversidad única, en el Parque Nacional de Doñana se descubren paisajes tan diferentes como marismas, dunas, pinares o alcornocales. Y no hay que olvidar que es hogar de especies en peligro de extinción como el lince ibérico o al águila imperial.
Aunque se puede visitar por libre, solo es posible acceder a algunas de las zonas con más valor en rutas organizadas. Los centros de visitantes más cercanos son el de El Acebuche, cerca de Matalascañas, el de La Rocina y el del Palacio de Acebrón, estos últimos cerca de la aldea del Rocío.
El corazón de este espacio que es Patrimonio de la Humanidad está a menos de una hora de Huelva capital. Por eso, la jornada se puede completar con dos paradas imprescindibles. La primera de ellas, esa aldea del Rocío que es lugar de peregrinación. Y, la segunda, la localidad a la que pertenece el parque: Almonte. Es un pueblo de calles blancas y edificios centenarios, como la Iglesia de la Asunción o la Casa Consistorial. Pero tiene otros atractivos, como el Museo del Vino o la interminable playa de Matalascañas.
Una ruta colombina
De la costa onubense partió en agosto de 1492 la expedición capitaneada por Cristóbal Colon. Por ello, una de las escapadas en Huelva más interesantes es la que lleva a sumergirse de lleno en la historia del descubrimiento de América. La ruta puede comenzar en Moguer, localidad natal de Juan Ramón Jiménez. De este pueblo era buena parte de la tripulación de Colón.
La siguiente parada de la ruta sería Palos de la Frontera, a apenas 15 kilómetros de Huelva y de Moguer. Fue allí donde se gestó el primer viaje hacia las Américas y de donde partió la expedición. Aquí es imprescindible visitar las réplicas de las tres carabelas, atracadas en su muelle. El Monasterio de la Rábida, que durante un tiempo fue hogar de Colón, la Iglesia de San Jorge, la Casa Museo de Martín Alonso Pinzón o la Fontanilla de Palos son también visitas imprescindibles en esta localidad.
Aracena y su belleza oculta
Casi cien kilómetros separan Aracena de la capital onubense, pero merece la pena la excursión. En primer lugar, para descubrir uno de los pueblos más bonitos de Huelva. Aracena es una localidad de fachadas encaladas que se esconde en corazón del Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche, un buen lugar para los amantes del senderismo. En lo más alto, destaca la silueta del castillo, que es una magnífica atalaya para admirar el paisaje.
Sin embargo, el segundo motivo para visitar Aracena no se ve desde las alturas, sino que hay que aventurarse en las entrañas de la tierra, justo debajo de ese castillo. La Gruta de la Maravillas es una de las cuevas más espectaculares de España. Sus salas y galerías son una lección de geología, con formaciones espectaculares que el agua ha ido creando durante millones de años.
Minas de Riotinto: un espacio de otro planeta
Solo hay que alejarse 70 kilómetros de Huelva para llegar a un lugar que no parece de este mundo: el Parque Minero de Riotinto. La suya es una estampa casi surrealista donde las diferentes tonalidades de rojo y de ocre lo tiñen todo. Y esa singular belleza se puede apreciar y casi tocar desde un tren del siglo XIX que atraviesa esos paisajes marcianos.
También es posible recorrer parte de una antigua galería minera y llegar al mirador de la Peña de Hierro, desde el que se contempla una mina a cielo abierto que sorprende por su particular colorido. La visita al parque se debe completar con la visita al museo minero y un pequeño paseo por el barrio de Bellavista, la antigua colonia británica en la que residían los dirigentes de la mina. Por todo ello, es una de las excursiones que hay que hacer en Huelva sin excepción, además de un buen plan para una escapada en familia.
Jabugo: parada para los amantes del buen comer
Jabugo es conocido por la producción de ese jamón de cerdo ibérico con denominación de origen al que no hay paladar que se resista. Pero es mucho más que un buen plan para los amantes del buen comer. Para bajar esas buenas viandas, nada como recorrer su casco urbano y deleitarse con la belleza de la Plaza del Jamón, donde se encuentran la Iglesia de San Miguel, el casino y el ayuntamiento. Y una alternativa para los más deportistas es una caminata por Parque Natural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche.
De Huelva a Jabugo hay hora y cuarto de camino, pero no hay que recorrer más de 20 kilómetros para alcanzar desde él algunos de los pueblos más bonitos de Huelva. Por ejemplo, Almonaster la Real, que conserva un interesante patrimonio árabe, entre ellos la mezquita y parte de la vieja muralla y del castillo. También tiene castillo Cortegana, pero lo que le hace único es una peculiar ruta de mosaicos. Y queda hablar de Alájar, con un entramado urbano herencia de la época árabe y un mirador privilegiado hacia la sierra de Aracena: la Peña de Arias Montano.
Las Marismas del Odiel y su riqueza ornitológica
Otro de los espacios naturales interesantes que hay que ver en Huelva es esta Reserva de la Biosfera. Las Marismas del Odiel son lugar de descanso de miles de aves en sus migraciones de Europa a África. Un escenario perfecto para disfrutar no solo de su riqueza faunística y paisajística, también de uno de los atardeceres más bonitos de España, preferiblemente a bordo de una embarcación.
Desde Huelva solo se tarda 20 minutos en llegar a las marismas, de modo que se puede completar la excursión con una parada en Punta Umbría, localidad en cuyo territorio se sitúa este espacio natural. Si hace buen tiempo, es un destino perfecto para una jornada playera. Como lo es también El Rompido, a solo media hora. Este es un pequeño pueblo pesquero con una de las playas más espectaculares de la Costa de la Luz. En media hora se llega desde las Marismas del Odiel
Ayamonte, de camino hacia Portugal
Ayamonte asoma sobre el Río Guadiana. Está a apenas 60 kilómetros de la capital onubense, pero merece la pena desviarse un poco del camino para hacer una parada en Isla Cristina. Esta localidad es famosa por sus playas y por su animada lonja. No en vano es uno de los principales puertos pesqueros andaluces.
Ya en Ayamonte, hay que disfrutar de un paseo por la orilla del Guadiana, río al que se asoma la localidad y que es frontera natural con Portugal. A partir de ahí, la oferta de actividades es amplia. La más relajante, darse un chapuzón en las playas de Isla Canela. Los más aventureros tienen la posibilidad de subir en barco por el río hasta Sanlúcar de Guadiana para lanzarse en tirolina y volar sobre sus aguas hasta aterrizar en Portugal. Y siempre cabe la posibilidad de darse una vuelta por el país vecino de una forma más tradicional; es decir, cruzando el puente internacional.
Una escapada a tierras sevillanas
La ciudad de Sevilla está a una hora en coche desde Huelva. Y solo unos kilómetros más allá se pueden visitar lugares de tanto interés como las ruinas de Itálica o Carmona, uno de los pueblos más bonitos de Andalucía. En esta localidad se conservan huellas de su pasado romano y árabe. No hay que perderse las puertas de Sevilla y de Córdoba, los alcázares, la necrópolis romana o la iglesia prioral de Santa María, entre otros tesoros.
Esta excursión, además, es la excusa perfecta para hacer parada en otro de los lugares que hay que ver en Huelva: el municipio de Niebla. Es uno de los pueblos medievales más encantadores de toda la geografía nacional. Levantado junto al Río Tinto, su castillo y su recinto amurallado son dos fabulosas joyas centenarias que no hay que perderse.
