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Las mejores escapadas en los alrededores de Girona

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Girona es una ciudad fantástica. Esconde joyas como su catedral, que posee la nave gótica más ancha del mundo, o como su judería, la mejor conservada de Europa. Los baños árabes, la muralla o las coloridas casas que cuelgan sobre el río Oñar son otras paradas obligadas. Aunque hay mucho más que hacer en Girona. Si te alejas algunos kilómetros de la ciudad, podrás disfrutar de un abanico de posibilidades más amplio todavía: playas increíbles, naturaleza, historia, arte y gastronomía. La lista es enorme y esta es solo una pequeña selección de planes y escapadas que no puedes perderte cerca de Gerona.

Planes para todos los gustos cerca de Girona

Un recorrido por los pueblos medievales del Bajo Ampurdán

Peratallada.
Peratallada. | Shutterstock

El Bajo Ampurdán reúne algunos de los pueblos más bonitos de Girona. Calles empedradas, castillos, iglesias góticas y arcos de piedra convierten el paseo por ellos en un pequeño viaje en el tiempo. Pals, Begur, Peratallada o Monells son visitas imprescindibles. Elegir solo uno es complicado, todos son diferentes y todos tienen algo especial. ¿Lo mejor? Solo unos pocos kilómetros separan unos de otros y en menos de una hora se llega a ellos desde la ciudad de Gerona, de modo que la visita es inexcusable.

Pasear entre volcanes: La Garrotxa

La Garrotxa.
La Garrotxa. | Shutterstock

No hay muchos lugares en la península en los que puedas pasear entre volcanes. La zona volcánica de la Garrotxa es una de ellas. En su territorio se cuentan 40 conos volcánicos y una veintena de coladas de lava. Aunque hay mucho más que descubrir: la iglesia de Santa Margarida, que se alza en el centro del cráter del volcán del mismo nombre; la Fageda d’en Jordà, un hayedo de aspecto mágico, o Castellfollit de la Roca, un pueblo que se asoma a una vertiginosa roca volcánica.

Si te encanta la naturaleza, esta es una de las mejores escapadas desde Girona que puedes hacer. En el parque natural existe un buen número de rutas que revelan todos sus secretos. Son ideales para recorrer a pie, a caballo o en bici y también para disfrutar en familia. Además, la distancia desde la capital de la provincia es de apenas una hora.

Besalú: uno de los pueblos más bonitos de España

Besalú.
Besalú. | Shutterstock

Ya desde la distancia se percibe que Besalú no es un pueblo como otros. Un singular puente románico angular, con siete arcos desiguales y una torre fortificada de 30 metros de altura en su parte central te recibirá a tu llegada. Al atravesarlo, te adentrarás en un casco histórico medieval perfectamente conservado.

Un paseo relajado por sus callejuelas te llevará a descubrir bellos ejemplos de arquitectura románica, como la antigua iglesia del monasterio de Sant Pere, la de Sant Vicenç, la iglesia-hospital de Sant Julià o la casa Cornellà. Si hay un rincón especial en Besalú, es la judería. En ella se encuentra la Mikve, la antigua casa de baños rituales judíos, una de las pocas que todavía conservamos de la época medieval de nuestro país. Besalú es, por lo tanto, otro de los pueblos que tienes que ver en Gerona, mucho más si tenemos en cuenta que está a menos de 40 kilómetros de esta.

Una escapada para seguir los pasos de Dalí

Cadaqués.
Cadaqués. | Shutterstock

Si te fascina el arte, debes incluir en tus planes en Girona una pequeña ruta para recorrer aquellos lugares en los que Salvador Dalí dejó su huella. El orden es lo de menos, pero en la ruta no pueden faltar tres paradas imprescindibles. La primera de ellas es Cadaqués, un precioso pueblo de casas blancas y aires marineros que fue hogar del pintor. Allí, en la cala de Portlligart, se puede visitar la que fuera su casa, hoy reconvertida en museo.

La siguiente parada en la ruta será Figueres. Es en su localidad natal donde se encuentra el Teatro Museo Dalí, un delirio surrealista que se aprecia ya en el singular diseño de sus fachadas. En el interior, te espera una atmósfera onírica y una magnífica colección de obras del artista.

Los restos de Salvador Dalí reposan en la cúpula del Teatro Museo. Sin embargo, los de Gala, su esposa y musa, lo hacen en el castillo de Púbol. El pintor se lo regaló en 1969 y allí dejó también la huella de su singular creatividad. Merece la pena incluirlo en la ruta para admirar el sorprendente contraste entre la sobriedad exterior y el derroche de imaginación de su interior.

Una excursión al lago Banyoles

Lago Banyoles.
Lago Banyoles. | Shutterstock

A la hora de plantearte qué visitar en Girona, tienes dos posibilidades bien diferentes para practicar tus deportes acuáticos favoritos. Por un lado, el Mediterráneo y la Costa Brava. Por otro, el lago más grande de Cataluña, el de Banyoles. Visitarlo es un plan perfecto para un día en familia. En él es posible darse un chapuzón refrescante, pasear en barca, practicar remo o, simplemente, dar un tranquilo paseo mientras admiras las vistas, que son espectaculares. Te damos una razón más para incluirlo en tus planes: está a menos de 30 kilómetros de Gerona.

La belleza salvaje del cabo de Creus

Cabo de Creus.
Cabo de Creus. | Shutterstock

El Parque Natural de Cap de Creus, a hora y media de Girona, marca el extremo más oriental de la península ibérica y es un deleite para todos los sentidos. Se trata de un espacio de acantilados escarpados que se asoman al mar, calas de aguas cristalinas y paisajes dalinianos. El parque, el único marítimo-terrestre de Cataluña, está surcado por una red de senderos que te permitirán descubrir todos sus tesoros, al menos los terrestres. Para disfrutar del resto, tendrás que ponerte las gafas de buceo.

Sin embargo, para admirar la mejor vista del cabo de Creus es necesario ascender las laderas de la sierra de Rodes. Allí se alza uno de los grandes tesoros del románico catalán, el monasterio de Sant Pere de Rodes. La construcción es una magnífica obra de ingeniería, puesto que se alzó sobre terrazas para poder adaptarse al terreno.

Las ruinas grecorromanas de Empúries: 2500 años de historia

Ruinas grecorromanas de Empúries.
Ruinas grecorromanas de Empúries. | Shutterstock

Hay pocos lugares en España donde es posible admirar ruinas griegas y romanas en un mismo espacio. Empúries es uno de ellos. Aquí se establecieron los griegos en el siglo VI a. C., una pequeña colonia que no tardó en convertirse en próspero puerto comercial. Tres siglos más tarde llegarían los romanos. De hecho, esta fue su puerta de entrada a la península ibérica. Hoy en día, en este magnífico complejo grecorromano puedes seguir las huellas de ambas civilizaciones y descubrir restos de antiguos templos, del foro, del anfiteatro o una interesante muestra de mosaicos, entre otros tesoros.

Las ruinas de Ampurias están en el golfo de Rosas, a menos de 50 kilómetros de Girona. Por ello, la visita es una excusa perfecta para explorar esta zona. Pasea por la historia de la localidad de Rosas mientras visitas el castrum visigótico, la antigua ciudadela o el castillo de la Trinidad. A pocos kilómetros de distancia encontrarás los canales de la lujosa y exclusiva Empuriabrava y la belleza del Parque Natural dels Aiguamolls de l’Empordà, el segundo humedal más grande de Cataluña.

Tossa de Mar: un baño en la Costa Brava

Tossa de Mar.
Tossa de Mar. | Shutterstock

Cualquier plan en Girona debe incluir una visita para disfrutar del Mediterráneo, incluso si es breve. Tossa de Mar, a tan solo 45 minutos de la ciudad, tiene algo especial porque reúne lo mejor de la Costa Brava: un casco histórico medieval maravillosamente conservado y unas playas idílicas.

Pasear por su Vila Vella, con su muralla, sus torreones y sus callejuelas empedradas, es una delicia. Para descansar del paseo, no hay nada como un baño en esa playa que se extiende a los pies de su castillo medieval. No puedes marcharte sin degustar alguna de las delicias gastronómicas de esta localidad, como el cim i tomba, un delicioso guiso de pescado. Ya que hablamos de gastronomía, te contamos un dato curioso: en Tossa de Mar es habitual aderezar guisos o elaborar salsas con un ingrediente poco habitual, como es el chocolate.

Senderismo por el Camí de Ronda

Camí de Ronda.
Camí de Ronda. | Shutterstock

El Camí de Ronda discurre entre las localidades de Blanes y Portbou, en paralelo al litoral. Antiguamente servía de nexo de comunicación entre las localidades de la Costa Brava y también para controlar el contrabando y el estraperlo. En el presente, el camino se ha dividido en diferentes tramos para convertirse en una de las rutas senderistas más bellas del litoral mediterráneo.

El Camí de Ronda se extiende a lo largo de 140 kilómetros y se puede realizar en varias etapas. Sin embargo, si no hay tiempo o fuerzas, siempre se puede elegir un solo tramo. Los hay de escasa dificultad y corto recorrido, como los que discurren entre Blanes y Lloret de Mar o entre Platja d’Aro a Palamós.

Una excursión a la comarca de Osona

Vic.
Vic. | Shutterstock

Hay escapadas desde Girona que se adentran en la provincia vecina, Barcelona. Una de las más interesantes tiene como escenario la comarca de Osona. Su capital, Vic, conserva magníficos vestigios medievales. Además, esta comarca esconde pueblos tan encantadores como Rupit i Pruit o rincones como el salto de Sallent, que con sus más de 100 metros de caída es el más alto de Cataluña.

Si todavía te queda algo de tiempo, siempre puedes incluir en estas escapadas desde Girona una excursión a Francia. Por ejemplo, Perpigñán está a poco más de hora y media y llegar a Narbona solo te supondrá media hora más de camino.