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El monasterio de vértigo al abrigo de un castillo medieval en Girona

Monasterio de Sant Pere de Rodes

Con sus sucesivas reformas y ampliaciones, el Monasterio de Sant Pere de Rodes es una maravilla de la arquitectura románica catalana. Un complejo monacal de gran envergadura y con una historia igual de compleja. Un lugar que no puede dejar indiferente a nadie, tanto por su belleza como por las tierras en las que ancla sus raíces: en el norte de la provincia de Girona.

La fascinante historia del monasterio

Monasterio Sant Pere de Rodes con la Costa Brava al fondo
Monasterio Sant Pere de Rodes con la Costa Brava al fondo. | Shutterstock

Una historia compleja, como la que suele acompañar a los grandes monumentos religiosos del país. Por ello no resulta fácil conocer con exactitud el momento de su construcción. Las primeras referencias de este inmenso templo datan del año 878. Sin embargo, no fue hasta 945 cuando el lugar fue reconocido como abadía benedictina independiente. Ampliaciones y reparaciones se sucedieron a lo largo de los siglos XI y XII, periodo durante el cual el lugar adquirió su silueta lombarda tan característica.

Fue en el siglo XVII cuando inició su decadencia, siendo finalmente abandonado por los benedictinos en 1793. Aun así, ya en 1345, la peste negra hizo sus estragos en el templo, llevándose consigo la vida de 24 monjes. El temor a los ataques corsarios, la falta de donaciones y el aislamiento del lugar hicieron lo suyo. A pesar de las vicisitudes, las restauraciones llevadas a cabo durante el siglo XX devolvieron su dignidad a esta maravilla del románico catalán.

Descubrir el Monasterio de Sant Pere de Rodes y su castillo

Vista aérea del Monasterio Sant Pere de Rodes
Vista aérea del Monasterio Sant Pere de Rodes. | Shutterstock

Desde las celdas del monasterio pueden observarse bellas vistas, donde el ojo atisba la sinuosa Costa Brava. Un mirador privilegiado donde disfrutar de la bahía de Llansá y del Port de la Selva, al norte del parque natural del Cap de Creus. Desde la lejanía, y también desde el interior, sorprenden las torres, la del campanario y la defensiva. Dos guardianas que acogen al visitante con sus muros de piedra recios y perfectamente ensamblados.

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Terrazas, escaleras y edificios a diferentes alturas permiten que el monasterio se adapte al escarpado terreno en el que se sitúa. En el corazón del conjunto, el claustro y la iglesia albergan un tesoro románico donde se pueden observar bellas columnas y capiteles. También cabe destacar la portalada, obra del Maestro de Cabestany.

Patio interior del Monasterio Sant Pere de Rodes
Patio interior del Monasterio Sant Pere de Rodes. | Shutterstock

En lo alto de la montaña, las ruinas del Castillo de Sant Salvador de Verdera observan el panorama. Esta antigua fortaleza medieval fue, durante muchos años, la protectora del conjunto de Sant Pere de Rodes. Su ubicación estratégica a 670 metros sobre el nivel del mar permitía prevenir los ataques desde este frente, por lo que sirvió de atalaya y defensa contra la amenaza de asaltos piratas. Una auténtica joya en un entorno de vértigo que añade valor y emoción a un rincón sumamente especial de Girona.

También puedes leer este artículo en inglés y francés.

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