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Qué ver en Costa Brava: pueblos medievales y playas de ensueño

Qué ver en Costa Brava: pueblos y calas de ensueño

Si por algo es famosa España fuera y dentro de sus fronteras es por el buen tiempo y sus increíbles playas. Pocos lugares que puedan defender este hecho como la increíble Costa Brava. Con un kilométrico litoral lleno de calas que bañan la región catalana, este lugar es imprescindible en las vacaciones de muchas personas. Playas perdidas en mitad de la vegetación, ruinas de la época de los romanos, reservas naturales que son la envidia de toda la península y pueblos que parecen sacados de películas. Qué ver en Costa Brava no es una pregunta tan sencilla de responder, porque esta zona está llena de sorpresas por descubrir.

Qué ver en Costa Brava: pueblos y calas

Cadaqués

Cadaqués
Cadaqués. | Shutterstock

A la hora de hablar de Costa Brava, quizá lo primero que viene a la cabeza es un pueblo de casitas blancas sobre un fondo de calas cristalinas y un cielo azul y soleado. Esto, ni más ni menos, es el pueblo de Cadaqués, un lugar paradisiaco que se ha convertido en el icono de toda la zona. Situado a solo unos kilómetros de la frontera con Francia, este lugar llegó a conquistar al mismísimo Salvador Dalí. Ya solo pasear por sus calles y disfrutar del negocio local y de las terrazas es un pan estupendo para el verano pero, sin duda, su mayor atractivo es su playa, llena de calas de aguas claras que invitan al baño.

Calella de Palafrugell

Calella de Palafrugell
Calella de Palafrugell. | Shutterstock

La Costa Brava está llena de encanto y de historia. Si fue en Cadaqués donde Dalí quiso instalarse durante una temporada, Calella de Palafrugell no se queda atrás. Se dice que es donde Joan Manuel Serrat compuso su canción Mediterráneo, ya todo un himno. Este lugar es un pequeño pueblo de pescadores perdido en la costa que, durante julio y agosto, reúne una gran cantidad de turistas. Fuera de temporada, conserva ese aire bohemio de años atrás. Una parada imprescindible para aprovechar al máximo todo el litoral. 

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Cap de Creus

Postal de Cap de Creus
Postal de Cap de Creus. | Shutterstock

Los pueblos de casitas blancas y barcos de vela son preciosos, pero no es lo único que enamora de la Costa Brava. Además de su oferta gastronómica y sus destinos rurales, también están sus parques y reservas. Una de las más destacadas es el Cap de Creus, al norte del Golfo de Rosas. Se trata de una zona muy rocosa que esconde en su interior decenas de calas sin apenas gente. El choque entre el verde de la naturaleza y las aguas cristalinas enamora a los visitantes. 

Illes Medes 

Islas Medes
Islas Medes. | Shutterstock

El clima Mediterráneo baña buena parte de las costas de España. Su ecosistema se ha sabido conservar muy bien en esta zona, brindando paisajes inigualables y dando lugar a parques que hoy en día están protegidos, como el parque natural del Montgrí, las Islas Medas y el Bajo Ter. Aquí no solo se pueden encontrar pueblecitos donde parar a comer y darte un baño, sino que también hay una gran oferta de actividades. En especial en Illes Medes, donde se encuentra uno de los fondos marinos más ricos de la península, siendo parada obligatoria para los amantes del submarinismo. Los más valientes verán también dos barcos que naufragaron a finales del siglo XX.

Blanes

Blanes
Blanes. | Shutterstock

Junto con Cadaqués, Blanes es otro de los pueblos de la Costa Brava más característicos y visitados. Se encuentra a tan solo una hora de Barcelona. Este pueblito pesquero ha ganado mucha fama ya que hoy en día tiene una gran oferta turística, pero también porque tiene grandes atractivos, como su Jardín Botánico Marimurtra. Este lugar fue diseñado por el naturalista Carl Faust y hoy en día tiene una de las cúpulas más bonitas con vistas al mar. Además, saliendo un poco del núcleo del pueblo se pueden encontrar auténticas calas paradisíacas como la de Sa Forcanera.

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Cala S’Alguer, en Palamós

Palamós
Palamós. | Shutterstock

Este lugar fue declarado Bien de Interés Cultural en 1972, y no es para menos. Hay muchos enclaves que han ganado gran popularidad por su belleza y su entorno, y cala S’ Alguer es uno de los pocos que han sabido conservar su esencia y permanecer aún anclado en otra época. Se trata de una pequeña cala escondida que cuenta con un pequeño complejo de casas de pescadores. Estas son antiguas, de colores, y se encuentran a la orilla de una playa de agua cristalina y piedra. Además, este lugar sigue camuflado por la vegetación y la montaña.

Ciudad Romana de L’Escala

Ruinas de Empuries
Ruinas de Empuries. | Shutterstock

Si se piensa en Costa Brava, lo primero que viene a la cabeza son playas, pero esta costa es mucho más que eso. Buena muestra de ello es el complejo arqueológico romano que hay en  L’Escala. Se trata de las ruinas de Empúries, que datan del año 545 a.C. Está considerada por muchos la ciudad más importante de la época en la península, al ser la puerta de entrada de la cultura latina y griega. Estas ruinas muestran hoy en día los cimientos de lo que fue la antigua ciudad, prácticamente intactos. Se pueden visitar durante todo el año.

Peratallada

Peratallada
Peratallada. | Shutterstock

No hay que olvidar que, a pesar de su localización, la Costa Brava no solo destaca por su mar sino que tiene pueblos de interior que están cargados de historia y que parecen sacados de una película de época. Peratallada es uno de los mejores ejemplos. Declarado Conjunto Histórico, hay registros de este lugar desde el siglo X. Se trata de una pequeña ciudad empedrada con una clara influencia feudal. Sus callejuelas, arcos y muralla están muy conservadas. Cuenta con un palacio que todos los años recibe a millones de turistas que se alejan del mar para disfrutar de este pueblo rural.

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Port de la Selva

Port de la Selva
Port de la Selva. | Shutterstock

Otro de los pueblos imprescindibles que visitar en un recorrido por la Costa Brava es Port de la Selva, un lugar lleno de actividades y de atractivos históricos. Por un lado, se pueden encontrar numerosas calas con olas para todos los amantes de los deportes náuticos. Cuenta con casas de pescadores convertidas en terrazas para disfrutar después del baño. Además, el pueblo está sobre una importante pendiente. Muy cerca se puede encontrar el bonito monasterio de Sant Pere de Rodes, así como el castillo de Sant Salvador de Verdera, desde donde se pueden tener unas increíbles vistas de toda la zona.

Vila Vella

Tossa de Mar
Tossa de Mar. | Shutterstock

Ubicado en Tossa del Mar, este lugar es una antigua fortaleza de la época medieval. Desde lo alto de sus siete torres de vigilancia se pueden obtener vistas de toda la playa y sus pintorescos barcos de vela. Fue declarado Monumento de Interés Histórico en los años treinta y desde entonces recibe miles de visitas al año.

Pals

Pals
Pals. | Shutterstock

Para terminar esta lista de los encantos que tiene la Costa Brava, no podía faltar otro de los pueblos medievales más populares de la zona. Se trata de Pals, una villa medieval ubicada cerca de Peratallada y Begur. Este lugar conserva a la perfección su pasado con murallas y torres como el de Les Hores. Además, en la parte más alta de Pals se puede encontrar el mirador Josep Pla, en honor al escritor, desde donde se puede obtener una panorámica impresionante de esta maravillosa Costa Brava.