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Las mejores escapadas cerca de León

Las mejores escapadas cerca de León

A León le sobran atractivos para pasar unos días inolvidables. Historia, cultura y gastronomía se dan la mano aquí hasta conseguir seducir a todo aquel que visita la ciudad. Ahí está su catedral gótica, la Casa Botines o el convento de San Marcos, entre otras joyas arquitectónicas. Y todo ello sin olvidar ese placer que supone probar una gastronomía tan deliciosa como contundente. Además, no hay que marcharse sin explorar la provincia, pues pueden disfrutarse de escapadas cerca de León verdaderamente fascinantes y, en algunos casos, inesperados. Este es un pequeño recorrido por esos tesoros, un aperitivo para abrir boca, porque si hay algo que tiene esta provincia es que siempre sabe a poco.

Planes cerca de León

Castrillo de los Polvazares, herencia arriera

Castrillo de los Polvazares
Castrillo de los Polvazares. | Shutterstock

Es uno de los pueblos más bonitos de León. Un lugar donde da la impresión de que el tiempo se detuvo hace mucho. Al pasear por sus calles empedradas es fácil imaginarse el trasiego de los antiguos arrieros maragatos, personajes de gran influencia que comerciaban con mercancías muy valoradas hace siglos, como salazones o vinos. Hoy ese trasiego lo sustituye el de los viajeros que llegan a Castrillo de los Polvazares atraídos por su belleza y el de peregrinos que realizan el Camino de Santiago.

Pero no hay que dejarse atrapar sólo por el encanto de su calle Real o sus plazas. Este pueblo esconde otros tesoros, como la iglesia de San Juan Bautista, los escudos que decoran las fachadas de muchas casas o sus singulares portones. Y no hay que olvidar su especialidad gastronómica: el cocido maragato. Tiene la particularidad de que se come al revés: primero la carne, luego los garbanzos y, finalmente, la sopa. Después de tan contundente comida, habrá que darse un buen paseo para reunir fuerzas y regresar a la capital de la provincia, que está a algo menos de una hora de camino.   

Faedo de Ciñera, un bosque de cuento

Faedo de Ciñera
Faedo de Ciñera. | Shutterstock

No hay que alejarse mucho de León, apenas 40 kilómetros, para encontrar un rincón de auténtica fantasía. Este pequeño hayedo se reconoció hace unos años como el bosque mejor cuidado de España. Solo por ello merece la pena perderse por sus senderos y recorrerlo sin prisa.

Tal vez en el camino encontremos a la bruja Haeda. Una bruja que, a pesar de recibir poderes del mismísimo diablo, murió por hacer el bien y desde entonces protege a los niños que se internan en el bosque. Mucho más sencillo quizá será encontrarse con Fagus, un magnífico ejemplar de haya casi tan viejo como la bruja Haeda, puesto que se le calculan nada menos que 500 años de vida.

Cueva de Valporquero, una catedral subterránea

Cueva de Valporquero
Cueva de Valporquero. | Shutterstock

Sumergirse en las entrañas de la tierra y sorprenderse con todo lo que la naturaleza es capaz de hacer siempre es un buen plan para disfrutar con niños. León tiene su propio tesoro geológico y está a solo 50 kilómetros de la capital de la provincia. Es la cueva de Valporquero.

Un recorrido de 1300 metros lleva a siete salas decoradas con impresionantes estalagmitas, estalactitas y columnas que muestran el incansable trabajo del agua durante un millón de años. Sus nombres (la Gran Rotonda, la Gran Vía, la Sala de las Maravillas o la Sala de las Hadas) solo dan una ligera idea de lo que en esta cueva espera al visitante porque cualquier descripción siempre se quedará corta. Por ello, es uno de los lugares que sí o sí hay que ver si uno se plantea poner en marchas escapadas desde León.

Parque Natural de Babia y Luna, para perder la noción del tiempo

Parque Natural de Babia y Luna
Parque Natural de Babia y Luna. | Shutterstock

Estar en Babia, en el sentido más literal de la expresión, es un auténtico placer, un lujo para los amantes de la naturaleza, de la historia y de la astronomía. El Parque Natural de Babia y Luna esconde tantos tesoros que merece mucho más que una escapada corta desde León. En sus tierras se descubren varios lagos de origen glaciar en un paisaje abrupto y montañoso. También una de las joyas arquitectónicas de León: el palacio de los Quiñones, hoy convertido en centro de interpretación del parque.

No es todo. Babia es uno de esos lugares en los que aún es posible contemplar el firmamento en toda su plenitud, De hecho, se ha reconocido como Parque Estelar y dos de sus rincones son Reserva Starlight: la Laguna Grande y la ermita de San Bartolomé. Y todo ello a solo una hora de León, ya en la frontera con Asturias.

Colinas del Campo de Martín Moro Toledano, una sorpresa escondida

Colinas del Campo de Martín Moro Toledano
Colinas del Campo de Martín Moro Toledano. | David Perez, Wikimedia

Su nombre es inversamente proporcional a su tamaño. Pero no hay que dejarse llevar por la anécdota. Es cierto que es uno de los pueblos de España con un nombre más largo. También es cierto también que con sus apenas 80 habitantes forma parte de esa España vaciada. Pero, ante todo, es uno de los secretos mejor guardados de León.

Con sus casas de piedra de arquitectura tradicional y sus callejuelas adoquinadas, Colinas del Campo de Martín Moro Toledano está declarado Conjunto Histórico-Artístico. Está, además, rodeado de un entorno de enorme belleza y valor ecológico y es un buen punto de partida para visitar algunos de los puntos mas representativos de la comarca del Bierzo. Todo a 80 kilómetros de León, perfecto para una pequeña escapada.

Los fiordos leoneses, deporte y diversión

Embalse de Riaño
Embalse de Riaño. | Shutterstock

La construcción del embalse de Riaño se considera una de las mayores catástrofes medioambientales de la historia reciente de España. Bajo sus aguas quedaron sumergidos nueve pueblos. Su recuerdo, y también el de la lucha por salvarlos, aún permanece. Pero Riaño se ha reinventado y el embalse se ha convertido en un reclamo turístico, gracias a unas aguas claras que reflejan las cumbres de las montañas que lo rodean y a que sus brazos recuerdan a esos fiordos del norte de Europa.

Recorrer el pantano en barco o practicar deportes acuáticos son solo algunas de las actividades que se pueden realizar. También hay rutas senderistas. Y para los más tranquilos el plan es admirar el paisaje desde el que se considera el banco más bonito de León o desde los diferentes miradores que se reparten en su entorno. Precisamente, cerca de uno de ellos, en el paraje de la Hazas, se encuentra uno de los columpios más grandes de España, con nada menos que ocho metros de altura. Evidentemente, no es solo para niños. 

Viñedos de Valdevimbre, cultura del vino

Viñedos de Valdevimbre
Viñedos de Valdevimbre. | Shutterstock

A menos de 30 kilómetros de León se puede descubrir uno de los rincones más especiales de la provincia. Especial por su significado y, tal vez, por lo inesperado que puede resultar el paisaje. Sobre unos suelos aparentemente pobres se cultivan las vides que dan cuerpo a vinos con Denominación de Origen Tierra de León.

Los amantes de los vinos tienen a su alcance aquí una interesante ruta ecoturística que incluye la visita a bodegas y cuevas para conocer más de cerca el proceso de elaboración de los caldos. Para los que busquen otro tipo de experiencia, en la comarca de Valdevimbre hay diferentes rutas de senderismo de muy poca dificultad perfectas para realizar a pie, en bicicleta o a caballo.

Las Médulas, un paisaje fruto de la mano del hombre

Las Médulas
Las Médulas. | Shutterstock

Es una de las escapadas desde León imprescindibles. En Las Médulas las heridas de una antigua mina de oro a cielo abierto se han cubierto de castaños que crean un paisaje casi surrealista. Rojizos y verdes cubren un lienzo que es Patrimonio de la Humanidad por su singularidad.

De las entrañas de estas tierras los romanos extrajeron oro durante décadas. Excavaron túneles y canales y provocaron derrumbamientos de tierra para encontrar el valioso metal. Aquella mina es hoy uno de los lugares más singulares que se pueden visitar en León, no solo por las vistas (no hay que perderse las del mirador de Orellán), también por esa particular historia que encierra. El esfuerzo que suponen los 150 kilómetros desde León bien merece la pena.

Astorga, arquitectura y gastronomía

Astorga
Astorga. | Shutterstock

Es inevitable. A la hora de plantearse qué visitar en León, Astorga merece un puesto de honor. Y basta con un pequeño resumen para convencerse de por qué no hay que pasar de largo. De la romana Asturica Augusta se conserva la muralla y numerosos restos arqueológicos. Su catedral del siglo XV sorprende por su belleza y sus dimensiones. Y justo enfrente se eleva una de las pocas obras de Gaudí fuera de Cataluña: el Palacio Episcopal.

Pero la capital de la Maragatería, a solo 50 kilómetros de León, es también parada obligada para los amantes del buen comer. Su cocido tiene fama más que merecida y, de postre, una visita al Museo del Chocolate, que recuerda la que fuera una de las grandes industrias de la localidad y que es irresistible en todos los sentidos.

Carrión de los Condes, ya en tierras palentinas

Carrión de los Condes
Carrión de los Condes. | Shutterstock

Aunque la provincia de León puede dar para un sinfín de escapadas, también merece la pena aventurarse por provincias vecinas para descubrir lugares tan interesantes como Carrión de los Condes. Esta localidad de Palencia se encuentra a poco más de una hora de León y ofrece suficientes atractivos como para hacer una visita.

Paso del Camino de Santiago, atesora un fabuloso patrimonio monumental, en su mayor parte religioso. No hay que perderse el monasterio de San Zoilo, la iglesia de Santiago o la de Santa María del Camino. Tampoco la plaza Mayor, la muralla o sus casas blasonadas. Todos ellos son recuerdos de épocas de esplendor en las que esta era parada obligada en la Ruta Jacobea.