fbpx

Las mejores escapadas cerca de Bilbao

Escapadas cerca de Bilbao

Las lista de lugares que ver en Bilbao es inmensa. Es una ciudad ejemplo de renovación urbana que conserva las huellas de su pasado más glorioso, pero que ha sabido superar la degradación causada por un desarrollo industrial desenfrenado. Hoy Bilbao es una ciudad que se siente y que se vive, un referente cultural y una base de operaciones perfecta para descubrir un sinfín de lugares interesantes. Vamos a recorrer algunas de esas escapadas perfectas cerca de Bilbao. Estos lugares fascinantes se encuentran a menos de una hora de la capital vizcaína. Cada uno de ellos es diferente al anterior. Pero todos tienen algo que los hace muy especiales, perfectos para una escapada desde Bilbao de solo unas horas o para disfrutar de un día de lo más completo.

Escapadas cerca de Bilbao para todos los gustos

San Juan de Gaztelugatxe, una escapada de película

San Juan de Gaztelugatxe
San Juan de Gaztelugatxe. | Shutterstock

Es imposible comenzar un listado de lugares que visitar en Bilbao de otra manera. Solo hay que recorrer 35 kilómetros para descubrir uno de los rincones más especiales de la costa vasca. El esfuerzo de ascender los 241 escalones hasta lo alto del istmo tiene la recompensa de unas vistas espectaculares. No hay que olvidar esa ermita que parece desafiar al embravecido mar Cantábrico, aunque a lo largo de la historia ha sucumbido a más de un asalto, por lo que el edificio que hoy se ve apenas tiene 40 años.

Convertido en uno de los escenarios de la serie Juego de Tronos, merece la pena admirar San Juan de Gaztelugatxe desde todos los puntos de vista. Dos consejos. El primero, acercarse al cercano faro de Matxitxako para ver su fabulosa silueta desde la distancia. El segundo, dar un paseo por Bermeo, que está a solo unos kilómetros y que es uno de los pueblos más bonitos cerca de Bilbao.

Ea, puerta de entrada a la Reserva de la Biosfera de Urdaibai

Ea
Río en Ea. | Shutterstock

Ea es uno de los pueblos de Vizcaya más singulares. La ría de la que toma el nombre y que separa las calles del casco antiguo es la que le da ese carácter único. Cuatro puentes de piedra permiten atravesar el obstáculo que suponen esos canales, pero no son sus únicos atractivos. Varias iglesias, algunos caseríos tradicionales y unas calas perfectas para olvidarse de todo completan una postal de la que se puede disfrutar a solo 50 kilómetros de Bilbao.

Pero esta localidad es también una buena base de operaciones para adentrarse en uno de los grandes tesoros de Vizcaya: la Reserva Natural de Urdaibai. Es un espacio de una diversidad asombrosa donde se alternan bosques perfectamente conservados, playas salvajes, marismas y ríos. Y precisamente uno de esos bosques alberga una fantástica y singular manifestación artística que ideó en su momento el artista Agustín Ibarrola. Él convirtió decenas de árboles en lienzos en los que plasmar su creatividad. Ahora el bosque de Oma es una auténtica galería de arte a cielo abierto donde se pueden admirar centenares de obras únicas.

Salinas de Añana, paisaje cultural

Salinas de Añana
Salinas de Añana. | Shutterstock

El valle salado de Salinas de Añana está ya en la provincia de Álava, pero desde Bilbao se tarda apenas una hora en llegar a él. Donde hace 200 millones de años solo había mar ahora se puede visitar una de las fábricas de sal más antiguas del mundo. De hecho, excavaciones arqueológicas han permitido conocer que ya se explotaban hace casi siete mil años. Y es solo una de las razones por las que este espacio es Patrimonio Agrícola Mundial.

En las salinas de Añana se abre ante los ojos un paisaje singular formado por plataformas escalonadas en las que se vierte el agua de los manantiales salados de la zona. Agua que llega a través de una red de canales y que al evaporarse da lugar a ese oro blanco que durante siglos fue el motor de esta zona.

Castillo de Butrón, idealismo romántico en piedra

Castillo de Butrón
Castillo de Butrón. | Shutterstock

No hay que alejarse mucho de Bilbao, apenas 20 kilómetros, para llegar a un rincón de cuento. El castillo de Butrón transporta a quien lo visita a la Edad Media, pero realmente la construcción que hoy se puede admirar es mucho más reciente, del siglo XIX. Es una especie de versión española de esos castillos de Baviera que se levantaron siguiendo los ideales románticos y que poco tenían que ver con las función defensiva de las fortalezas medievales.

Conviene señalar sin embargo que donde se alza el castillo de Butrón sí hubo una casa torre y una pequeña fortaleza que se abandonó y quedo en ruinas. Sobre ella se alzó la construcción actual. El castillo no se puede visitar por dentro, pero incluirlo entre las escapadas desde Bilbao imprescindibles es buena idea. No solo porque es uno de los lugares más fotogénicos del País Vasco, también por los bosques y áreas de recreo que lo rodean.

Ruta del Flysch, una clase de geología en vivo

Flysch de Zumaia
Flysch de Zumaia. | Shutterstock

La franja costera entre Zumaia y Deba, en la provincia de Guipúzcoa pero a menos de una hora de Bilbao, alberga uno de los paisajes más sobrecogedores de la costa cantábrica. Es un auténtico capricho de la naturaleza en forma de acantilados en los que se pueden apreciar a la perfección las diferentes capas rocosas que se conocen como flysch. Capas que a veces asoman casi como cuchillos desde la arena de las playas que hay a sus pies.

Pero este Geoparque de la Unesco guarda muchas más sorpresas que unos paisajes de infarto. Algunos estudios científicos han llevado a pensar que la capa más oscura que muestra la roca es consecuencia del impacto de un meteorito. Más concretamente, del que provocó hace 60 millones de años la desaparición de los dinosaurios. Por ello, seguir la ruta del Flysch es un buen plan, divertido y didáctico, para realizar desde Bilbao, que está a menos de una hora.

Lekeitio, sabor marinero

Lekeitio
Lekeitio. | Shutterstock

Dentro de los pueblos más bonitos de Bilbao y alrededores, Lekeitio ocupa un puesto de honor. Es uno de esos pueblos pesqueros que merece la pena pasear con calma para disfrutar de él con los cinco sentidos. Está situado al abierto de los montes Otoio y Lumentza, junto a la desembocadura del río Lea. Por ello, la suya es una de las postales más bonitas de la costa de Vizcaya. También por la isla de San Nicolás, a la que se puede llegar caminando cuando la marea está baja.

No hay que desmerecer su casco antiguo, donde hay que visitar la basílica de la Asunción de Santa María. Se trata de una magnífica construcción que guarda el tercer retablo gótico más grande de España, solo los de las catedrales de Sevilla y Toledo le superan en dimensiones. ¿Qué más hay que ver? El palacio Abaroa y el de Uriarte, la plaza de la Independencia, la torre Turpin o el monasterio de Santo Domingo. Y si después del paseo es necesario reponer fuerzas, los pintxos de Lekeitio son espectaculares.

Hayedo de Otzarreta, uno de los bosques más bonitos el País Vasco

Hayedo de Otzarreta
Hayedo de Otzarreta. | Shutterstock

Adentrarse en el hayedo de Otzarreta es sumergirse en un entorno mágico, casi de fantasía. Es un bosque de colores casi imposibles cuando llegan los primeros fríos y las hojas están a punto de caer. Pero cualquier época es perfecta para recorrer este pequeño hayedo, una de las joyas del Parque Natural de Gorbeia.

No es el único tesoro que esconde esta reserva natural, ya en la frontera con Álava y a solo 40 kilómetros de Bilbao. Para los amanes del montañismo es visita obligada, dado que es aquí donde se encuentra el monte más alto de Vizcaya, el monte Gorbeia, con casi 1500 metros y una inconfundible cruz coronándolo. Para los que prefieran el senderismo, las rutas que lo atraviesan llevan a rincones de enorme belleza, como la cascada de Gujuli o el humedal de Saldropo.

Gernika, una historia que no debe repetirse

Guernica
Guernica. | Shutterstock

Pasear por Gernika es hacerlo por uno de los episodios más trágicos de la historia de España. El 26 de abril de 1937 la Legión Cóndor nazi redujo prácticamente a escombros la localidad y ocasionó un número de víctimas que aún no se ha podido determinar con exactitud. Gernika renació de sus cenizas y se convirtió en ejemplo de lo que nunca debió ser y de lo que nunca debería repetirse: el ataque indiscriminado a población civil.

Parada imprescindible en Gernika es su histórico roble, que desde hace siglos simboliza los Fueros de Vizcaya y las libertades de sus habitantes y que sobrevivió a los bombardeos de la Guerra Civil. Junto a él otro de los lugares icónicos de la localidad, la Casa de Juntas. Pero hay más que ver en Gernika, como el Museo de la Paz o el Parque de los Pueblos de Europa.

Playas de Sopelana, para disfrutar de un día playero

Playas de Sopelana
Playas de Sopelana. | Shutterstock

A lo largo de la costa de Vizcaya se sucede un rosario de playas increíbles para pasar una jornada en familia o para disfrutar de deportes acuáticos. A la hora de plantearse qué hacer en Bilbao, si el tiempo lo permite, merece la pena reservar unas horas o un día completo para disfrutar de sus playas. Las de Sopelana son especiales y están a solo 20 minutos de la ciudad.

Las playas de Arrietara y Atxabiribil, amplias y tranquilas en lo que a afluencia se refiere, comparten arena y están rodeadas de acantilados verticales que les dan una apariencia salvaje. Pero si por algo son conocidas es por sus magníficas condiciones para la práctica del surf durante todo el año. De hecho, son escenario de eventos deportivos de alto nivel.