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Gorg Blau, un paraíso entre las montañas de Mallorca

El agua de un intenso azul de Gorg Blau

La más grande de las Islas Baleares es un lugar siempre asociado al turismo. Junto a Ibiza, Formentera y Menorca, incluso Cabrera, Mallorca es uno de los mayores atractivos del Mediterráneo español. Precisamente por ello suele asociarse a calas paradisíacas y deportes naúticos. No obstante, sus desniveles e interior también guardan parajes espectaculares. Sin llegar a las alturas volcánicas de las Islas Canarias, la sierra de la Tramuntana permite perderse entre torrentes y fosas. Junto a la cota más alta de estas montañas se halla el embalse de Gorg Blau, un enclave de calma belleza que no se debe confundir con el hito de Girona con el que comparte nombre.

Entorno de Gorg Blau en Mallorca
Entorno de Gorg Blau en Mallorca. | Shutterstock

El reciente paisaje de Gorg Blau

Aunque parezca que es un lago tan natural como el de Sanabria, Gorg Blau surgió a principios de los 70. Mallorca solo posee dos embalses y este es uno de ellos. El lugar se inundó entre 1971 y 1972. Un plan inicial preveía más, pero al final solo le acompañó el de Cúber. Las razones es que en un primer momento se quería generar electricidad por encima de todo. Sin embargo, el creciente turismo hizo que primaran las necesidades de abastecimiento. Así, se optó por estos dos en un movimiento rápido y menos costoso.

Montañas en torno al Gorg Blau mallorquín
Montañas en torno al Gorg Blau mallorquín. | Shutterstock

En castellano el nombre quiere decir “poza azul”. Una buena descripción para esta masa de agua, que posee una bonita tonalidad de este color. La denominación es común, como se ha visto, y también se comparte en castellano con un pozo de la provincia de Burgos.  Asimismo, se halla entre los dos mayores desniveles mallorquines, lo que aporta una notable verticalidad a sus laterales. Al oeste queda el Puig Mayor, con 1445 metros. Al lado contrario, el Puig Massanella, con 1364. Casi presenta continuidad con el embalse de Cúber, siendo posible divisar ambos desde varios puntos.

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Una carretera recorre el lateral occidental del lago artificial, en una ruta muy disfrutable y que cuenta con parkings. Esto hace que sea muy sencillo llegar a él desde el lado de Escorca o el de Sóller y Biniaraix. Alargado, con su brillante azul que contrasta con el verde y gris de la montaña, es especialmente adecuado acudir al lugar en invierno. Entonces es cuando más lleno está. Además, es posible encontrar la Tramuntana nevada. En este caso, el espectáculo visual es mayúsculo.

Gorg Blau en Mallorca
Gorg Blau en Mallorca. | Shutterstock

Un embalse polémico en un aclamado torrente

Antes de que se hiciera el embalse ya se aprovechó el potencial eléctrico de Gorg Blau. Así, en 1906 el paraje cercano de Cals Reis acogió una central de generación de electricidad. Por aquella época y hasta que se decidió construir la infraestructura hídrica actual, el torrente de Gorg Blau era famoso por motivos muy distintos. Al igual que ahora, se admiraba su belleza, que era totalmente distinta. En lugar de un lago casi alpino había una profunda garganta. Lo que era común era el azul intenso de las aguas.

El agua de un intenso azul de Gorg Blau
El agua de un intenso azul de Gorg Blau. | Shutterstock

En el extremo norte de Gorg Blau, desde el lado de Escorca, un túnel da acceso al embalse por carretera. Esto genera una sensación impresionante. En aquel punto hubo antes un puente, que se aprovechaba del estrechamiento máximo de la garganta. Así, las descripciones recuerdan a otros puntos de España como Mont Rebei, el Caminito del Rey o la ruta del Cares. Gracias a estar entre las dos montañas más altas de la isla la verticalidad se exageraba. El camino recorría la parte baja, con las rocas sobre la cabeza.

Gorg Blau en 1904
Gorg Blau en 1904. | Miguel Parera

Este torrente, que se origina antes del pantano y continúa luego hasta el de Pareis en un tramo llamado Sa Fosca, atrajo miradas de literatos baleares y peninsulares. Por ejemplo, el escritor y periodista de Barcelona Pau Piferrer i Fàbregas recorrió el paraje junto al litógrafo Francisco Javier Parcerisa. Juntos realizaron los primeros volúmenes de Recuerdos y Bellezas de España. Esta magna obra supone un ejemplo fantástico de la literatura de viajes y arqueológica romántica. Gorg Blau es referenciado como un lugar excepcional, “tranquilo” y hasta cierto punto triste.

Tríptico vitral "La Poza Azul" de Joaquim Mir
Tríptico vitral “La Poza Azul” de Joaquim Mir. | Museo Nacional d’Art de Catalunya

 

Por su parte Joaquim Mir, pintor también barcelonés, usó el Gorg Blau como inspiración para su conocido Vitral Mallorquín o La Poza Azul. Un diseño monumental de 1911 que se guarda en el Museo Nacional d’Art de Catalunya. Se divide en tres partes y representa un entorno digno del Edén, con línea a lo que se percibía del enclave en aquel momento. Otra obra de arte que generó la garganta fue el poema Gorg Blau de Miquel Costa i Llobera. El creador de Pollença, nacido en 1854 y muerto en 1922 en Palma, dedicó varias estrofas a describir el lugar.

Gorg Blau desde su orilla
Gorg Blau desde su orilla. | Shutterstock

Todo esto deja claro el porqué levantó una gran polémica sacrificar buena parte del torrente del Gorg Blau en los 70. Además de todo esto, en el lateral oriental existe el yacimiento talayótico, cultura prehistórica mallorquina, de Almallutx. Parte de él sigue al aire, pero otra quedó bajo las aguas. Por tanto, pese a que hoy la belleza de la poza azul sea evidente, parece ser que en el pasado fue muy superior.

Túnel de acceso a Gorg Blau en Mallorca
Túnel de acceso a Gorg Blau en Mallorca. | Shutterstock

Visitar Gorg Blau

Como se ha comentado ya, el acceso por carretera es sencillo. Además de poder aparcar bien, alrededor del lago artificial hay senderos que permiten rodearlo. Aunque no señalizados, no tienen demasiada pérdida con la ayuda de un GPS móvil. Hay opciones de senderismo sencillas, que se quedan en los bordes del mismo y permiten descubrir el yacimiento de Almallutx. Restos de un par de santuarios separados y dos talayots, pequeñas atalayas, son lo que se puede ver, siempre con el respeto necesario que una visita así requiere.

Pantanos de Cúber y Gorg Blau en Mallorca
Pantanos de Cúber y Gorg Blau en Mallorca. | Shutterstock

También es posible aumentar el tamaño de la caminata, a un nivel más medio que fácil, y ascender al coll de la Massanella. En este caso conviene preparar mejor la ruta, que también admite variantes en BMX. También puede bastar con disfrutar de los miradores accesibles en coche. Por su parte, el pantano de Cúber también deja panorámicas muy bonitas. Cabe resaltar que en ambos embalses hay refugios de montaña. Completar el día es fácil gracias a que Sóller, Inca o Lluc quedan a tiro de piedra en coche. Otra alternativa es visitar las calas cercanas, en la vertiente noroeste de la isla de Mallorca.