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Anaju: “Aragón lo tiene todo”

Entrevista con Anaju

Anaju (1994) nació en Alcañiz, una histórica localidad de Teruel, en 1994. En sus palabras se percibe el amor por su tierra, por Aragón. También el amor por la música. De su primer disco de larga duración, Rayo, publicado el pasado 28 de abril, habla con cariño, pasión y un enfoque siempre reflexivo. No en vano, es un disco que nace “de la espiritualidad, desde muchos ángulos y desde muchos puntos”, como nos cuenta ella misma. Charlamos sobre su proceso de creación y sobre su grabación en el paraíso natural que es Asturias, solo para regresar a esa tierra de la que viene y que, se nota, no deja atrás.

Cuéntanos de qué trata Rayo, tu primer disco. 

Mi primer disco largo, porque sí que es verdad que había hecho un EP de seis canciones anteriormente. Pero ahora he tenido todo el tiempo del mundo para saber de qué quería hablar, de qué lo quería hacer, cómo quería plantear el siguiente paso de la carrera. Ese primer disco salió a finales de 2020. En verano de 2021 este nuevo ya estaba hecho. En junio hará dos años. La verdad es que realmente, si lo veo con perspectiva, tampoco pasó tanto tiempo desde que salió el anterior hasta que empecé a hacer este, pero es como que la poca experiencia que ya había adquirido me dio nociones de “vale, por aquí sí, por aquí no, me apetece experimentar esto o me apetece experimentar lo otro”. Porque, otra cosa no, pero en este nuevo disco hay mucho juego y bastante experimentación, porque era algo en lo que me apetecía meterme.

Realmente en este disco lo que hay es eso: jugar con muchos estilos, con muchos sonidos, con muchos tipos de escritura también, porque no todas las canciones siguen la misma temática, o la escritura es similar. Hay cosas que son experiencias muy cercanas, otras que son más como superfigurativas, o incluso como si fuera una oración, porque el tema principal, de lo que trata, es la religión. O la espiritualidad, desde muchos ángulos y desde muchos puntos. Ha sido como una investigación hacia dentro, un “este tema me interesa”. Creo que tiene una sensibilidad y muchas cosas muy bonitas que extraer para crear canciones y tocar fibras muy sensibles. Da para contar muchas historias, pero también quería ver dónde encajaba en mí, en mí como artista, en mí como persona y en mí como compositora.

Cuando empecé a hacer al álbum, aquel verano, fue en un retiro espiritual en Asturias, durante diez días, con dos amigos también compositores. Hicimos diez canciones. El salir de nuestras vidas y el estar apartados de todo fue muy inspirador. Y tenemos muy claro, porque yo ya había experimentado que este era el camino, que meternos allí, estar allí rodeados de esa energía y de todos esos símbolos terminó de darle esa magia. Sobre esto va Rayo.

Portada de Rayo
Portada de Rayo.

Tendemos mucho a hablar de inspiración, pero creo que se nos olvida un poco hablar de cómo se trabaja después esa inspiración. Cómo es ese trabajo en el estudio.

Realmente depende del artista, y también depende de con qué gente te rodees en el estudio, porque para trabajar una canción, o para trabajar en una idea para convertirla en una canción, no hay un único sistema. No es: coges, metes un algoritmo y te genera algo. Va mucho por intuición.

Sí que es verdad que para hacer este álbum no sacamos todas las canciones a guitarra y voz, porque íbamos con alguien que es productor y mientras estaba haciendo la canción visualizó la forma, o construimos el esqueleto. Entonces, lo primero que salía era la idea, el sobre qué tenía que ir, como una nube de palabras que tenía que abarcar la canción, o de sensaciones de las que tenía que hablar, y a partir de ahí íbamos bajándola un escalón más hasta ponerla en tierra.

Por ejemplo, con Mal de ojo. Yo tenía en mente una historia que me interesaba mucho, que se me había ocurrido, de la que quería hablar, que es la cosa esta que tiene el gato negro. Esta cosa que a los humanos nos ha dado por que un gato negro tiene una superstición X y que si lo cruzas va a pasar X. Vale, pero… ¿y si no es un animal y es una mujer morena, de ojos negros, a la que le pasa esta cosa? ¿Qué pasaría? Entonces empezamos a imaginar: el lazo rojo, la superstición, ay mi morenita, como si fuera una tercera persona a la que quieres consolar porque le está ocurriendo esto.

A partir de ahí se van generando una serie de frases, se va generando un discurso, lo vas bajando a una métrica y toda esa métrica… Al final, las palabras tienen una cosa muy bonita. Cuando tú las dices, cuando tú las hablas, ya tienen una métrica en sí misma, a nivel de ritmo, entonces eso te lleva a la melodía y al ritmo que quieres crear. Es muy complicado de explicar, y es lo que te digo, no tiene una ciencia cierta. Depende de cada uno. Pero en este caso la mayoría de las canciones surgieron así. El concepto es este, vamos a ir bajándolo. A partir de ahí sale todo.

Me siento bastante orgullosa de que las hiciéramos todas a raíz de eso casi patentado. En plan: esto nos funciona, vamos a hacerlo así. La forma de trabajarlas en el estudio es muy de sensaciones: qué funciona, qué no funciona, qué te chirría. Has hecho algo, pero llevas diez horas en el estudio y ya no sabes lo que estás oyendo, vete a casa, descánsala, y la oyes mañana con ojos limpios y claros. Va por sensaciones totalmente.

Y tú, ¿qué buscas en una canción? ¿Cuándo sientes que está terminada, que está lista para salir?

Yo creo que hay canciones donde te queda claro y luego hay muchas que abandonas. No recuerdo qué artista dijo que los discos no se acaban, se abandonan, porque tú realmente puedes estar cambiando algo hasta el infinito, porque lo que hoy piensas, tal vez mañana piensas otra cosa, piensas que lo puedes mejorar, y en algún momento tienes que parar. Entonces, no sé, yo creo que vuelve a ser lo mismo: sensaciones. Cuando tú crees que la base de una canción, lo que quieres que te haga sentir, está, y te provoca eso, ya está, todo lo demás ya puede ser más técnico. Muchas veces las canciones se abandonan, pero cuando tú sabes que lo básico existe y está, ya está, la puedes dejar.

Y después, ¿qué esperas que encuentre la gente en esas canciones, qué te gustaría que encontrase?

Sinceramente, yo lo que quiero que encuentren es lo que yo he encontrado en ellas, porque a mí una cosa que me ha ocurrido y que no me había ocurrido hasta ahora es que yo misma escucho mis canciones. Y es algo que nunca me había pasado porque, no sé la razón, será alguna cosa mía mental, alguna cosa que nos pasa a los artistas, yo en mi día a día no escucho mi música, me pienso que es algo como de ego, que hay una parte de mí que dice bueno, vamos a separar esto, pero estas canciones sí, me entran ganas de escucharlas, y de ponérmelas en mi día a día, y al final se han convertido como en parte de mi banda sonora de mi día a día. Quiero que ocurra eso, quiero que les acompañen en su día, porque me parece bonito.

¿Cómo crees que encaja tu estilo, que es como muy rompedor y muy ecléctico, ahora mismo en España?

Sinceramente yo creo que cada vez, a nivel España, a nivel general dentro de la música, hay menos miramiento, menos miedo, a romper con según qué estereotipos, o a innovar un poco más, o a un experimentar, entonces yo creo que este disco está llegando en una época donde eso está bien visto, y ya no es tan raro ver una canción “rara” en una buena posición de una playlist, o de un chart, o del boca a boca, simplemente, pero porque lo básico que puede haber en muchas canciones que ya existen… ya existen, entonces ahora la gente entiendo que lo que busca es cosas nuevas, entonces el hacer cosas distintas está como en boga, y es lo mainstream ahora. Tampoco sé hasta qué punto este disco va a ser algo tal, pero creo que llega en un momento que es favorable.

Yo creo que nos apetece que nos pongáis un poco en el límite. No es que estemos cansados de lo de siempre, porque, además, ¿qué es lo de siempre? Pero sí nos apetece que nos llevéis un poco más lejos. Creo que estamos abiertos a ello.

Yo creo que ocurre como en todo. Es muy complicado crear cosas que no existen. Se lleva haciendo música millones y millones de años, entonces cuando ahora hablamos de innovar es experimentar con unir cosas, cosas que a priori no tienen un punto de unión básico. Yo creo que el momento es este, es ahora.

Y en estos próximos meses, ¿dónde te va a poder ver el público?

Estoy todavía trabajando en una gira muy bonita que ojalá en algún momento del futuro próximo pueda decir. De momento, el primer lugar donde voy a estar es el festival de O Son do Camiño, en Galicia. Me voy a poner de tortilla de Betanzos hasta arriba, y de pulpo.

De todos esos lugares a tu tierra de origen. Háblanos de ella.

Alcañiz, Teruel.
Alcañiz, Teruel. | Shutterstock

Yo he vivido toda mi vida en Alcañiz, un pueblecito de Teruel, Aragón. Hay una cosa muy bonita tanto de la tierra como de la gente de Aragón. Siempre se dice que somos muy cabezotas, pero también hay una cosa como de orgullo, pero a nivel bien. No de puño apretao, sino de gente maja. De gente buena. Y, de hecho, mucha gente de Madrid que ha venido aquí me ha dicho: “Qué gusto entrar en un sitio y que te saluden y se despidan de ti”. Esta cosa tan cercana… Siento que está en todo Aragón. Aragón es una tierra muy cercana.

Es como un universo en muchos sentidos, porque tenemos toda la zona de Huesca y del Pirineo que tiene esos paisajes preciosos, verdes, esas montañas, esos puertos de montaña… Es que se te va la olla. Cada vez que veo fotos de los Alpes suizos o no sé qué, pienso: “Pero sí tenemos los Pirineos, que es de lo más bonito que hay en España“. Y, además, yo tengo la suerte de que uno de mis familiares tiene una casa en Jaca. Es una calidad de vida increíble.

Una cosa que tiene Aragón es muy buena calidad de vida. Está muy mal comunicado del resto de cosas de España, pero comes bien, es barato, es bonito y la gente es majísima, es que no sé qué más quieres. Y luego tienes Zaragoza, que es una ciudad grande y, sin embargo, cuando estás ahí y vives ahí te sientes como en un pueblo, en el sentido bueno de las cosas, porque tienes esa cercanía. Es una ciudad muy grande, pero enseguida lo tienes todo a mano.

Plaza del Torico, Teruel
Plaza del Torico, Teruel. | Shutterstock

Y luego está Teruel, el gran olvidado. Me da mucha rabia, no sé cómo está ahora en cuanto a todo el tema de la España vaciada. Yo recuerdo ir de pequeña por muchos viajes por allí abajo y encontrarme pueblos abandonados, preciosos además. Tiene como toda esta zona tan seca, pero a la vez tan bonita, como de monte.

Yo creo que Aragón lo tiene todo. Tiene de todo y no hay tanta gente que vaya a visitar Aragón. Y tiene puntos tan bonitos… Las pozas que tiene, los paseos que tiene, el propio Pirineo, la zona de Teruel, los pueblos pequeños, la zona del Maestrazgo. Bueno, y mi pueblo… No digo nada, pero tiene las plazas más bonitas que te vas a encontrar.

Y una de las cosas más bonitas que se hacen en Aragón, y sobre todo en Alcañiz, es la Semana Santa. Que, de hecho, por la zona del Bajo Aragón hay una cosa que se llama la Ruta del Tambor. En todos los pueblos que conforman esa ruta, cuando es Semana Santa, es muy común tocar el tambor, y cada pueblo tiene un toque distinto. Llega un momento que la gente de un pueblo se va a otro pueblo, se comparten el toque, y es un momento de unión. Es muy estético, muy bonito, muy cercano.

¿Y algún lugar secreto que digas “esto la gente no lo conoce”?

Pues una ruta… La ruta del Parrizal de Beceite. La había hecho muy de pequeña. Es básicamente un valle de estos que está enterrado entre dos montañas y tiene un río, una garganta, y es un caminito que tiene unas pasarelas como clavadas en la montaña. Vas pasando por un riachuelo, por un camino… Y es respirar paz. Las pozas son chulísimas. Es que tenemos esto en Aragón, no hace falta que te vayas a ningún lado.

¿A ti qué lugares te han sorprendido de España?

Calella de Palafrugell
Calella de Palafrugell. | Shutterstock

Yo estuve viviendo cuatro años en Barcelona. Sin embargo, cada vez que iba a la playa me quedaba por la zona de Tarragona, lo típico que los de Aragón nos vamos allí a veranear. Siempre me había movido de Barcelona hacia abajo y allí las playas son de arena muy fina, doradita, así como muy Mediterráneo. Ese tipo de playas que son muy guays. Mi concepción de playas españolas era esa. Sin embargo, hace como un par de veranos, lo típico que vas con amigos, coges un coche y dices: “Vámonos a toda la zona de Barcelona hacia arriba”. A la zona de la Costa Brava, con estas calitas, con este agua cristalina… La belleza de todo aquello. Los pueblecitos. Eso me gustó mucho.

Y una cosa que me da mucha rabia: todavía no he tenido oportunidad de ir, pero siento que me va a sorprender mucho toda la zona de las playas de Cantabria. Cuando estuve haciendo el disco estuve en Asturias, durante todo ese año hice algún concierto por Galicia, y esa zona del norte más o menos… No es que la haya descubierto, pero me flipa, estoy completamente enamorada del norte. O de repente San Juan de Gaztelugatxe, que te deja como “ah, que esto es verdad, que no está hecho por ordenador”. Hay muchas zonas en el norte que te dejan como… La mayoría son algo relacionado con el agua, porque es lo que más me fascina, igual es porque soy de secano. Las creaciones en la roca, me parecen paisajes muy bellos. Y tengo muchos que ver. Lo siguiente que quiero es Cantabria.

Si tuvieras qué elegir un lugar del que escribir una canción, ¿qué lugar sería y cómo crees que sería esa canción?
Yo creo que sería, por ejemplo, de Calella. De alguna historia de amor que surgiera allí. La titularía simplemente Calella, por ser crípticos.