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Las mejores escapadas cerca de Toledo

Las mejores escapadas cerca de Toledo

Es la ciudad de las tres culturas, capital de España durante el reinado de Carlos I y Patrimonio de la Humanidad por su enorme riqueza histórica y artística. Hay mucho que ver en Toledo, pero no solo en la capital manchega. No hay que alejarse muchos kilómetros para llegar a rincones donde la naturaleza permanece inalterada, a escenarios novelescos y a lugares que parecen de otro planeta. Estas son algunas de las mejores escapadas cerca de Toledo.

Los mejores planes en los alrededores de Toledo

Consuegra y otros escenarios cervantinos

Los famosos molinos de Consuegra
Los famosos molinos de Consuegra. | Shutterstock

El Cerro Calderico domina el paisaje de Consuegra. Alineados sobre él, casi en formación, doce de esos gigantes contra los que luchó Don Quijote de la Mancha. La postal de estos molinos es una de la más hermosas de la provincia de Toledo. Y, junto a ellos, el Castillo de la Muela, que un día protegió estas tierras y en el que murió el hijo del Cid Campeador tras una batalla contra los almorávides.

Pero si Consuegra es uno de los pueblos más bonitos de Toledo no es solo por ello. También por su tradicional Plaza de España, en la que destacan los balcones de madera del edificio de los Comendadores, por la iglesia de Santa María la Mayor o la presa romana que hay a las afueras.

Consuegra está a solo 60 kilómetros de Toledo. Y esa cercanía permite a cualquier amante de la literatura alargar la jornada para visitar dos pueblos cervantinos que no están lejos, aunque pertenecen ya a la provincia de Ciudad Real. El primero es Alcázar de San Juan, que rivaliza con Alcalá de Henares por ser lugar de nacimiento de Cervantes. El segundo, Campo de Criptana, con otro interesante conjunto de molinos.

Barrancas de Burujón, un paisaje de otro planeta

Barrancas de Burujón
Barrancas de Burujón. | Shutterstock

Uno de los espacios naturales más sorprendentes que hay que visitar en Toledo está a solo 30 kilómetros de la ciudad. Las Barrancas de Burujón conforman un paisaje inesperado, casi surrealista. Al deslizar la vista por él se descubren unos cortados rojizos que la erosión del viento, de la lluvia y de las aguas del Río Tajo han moldeado durante millones de años. Al atardecer la imagen es, sencillamente, sobrecogedora. Una pequeña ruta señalizada y accesible y varios miradores permiten deleitarse de una imagen que recuerda a la del Cañón del Colorado.

Muy cerca de este singular paisaje se puede visitar uno de los pueblos manchegos más bonitos, La Puebla de Montalbán. Más allá de su plaza típicamente castellana o del Palacio de los Condes de Montalbán, esconde en el subsuelo un tesoro en forma de galerías subterráneas. Esas cuevas se convierten en escenarios teatrales durante el Festival Celestina que cada año se celebra aquí. Tiene su explicación: esta es la localidad natal de Fernando de Rojas, autor de una de las tragicomedias más conocidas de las letras castellanas.

Talavera de la Reina, la ciudad de la cerámica

Talavera de la Reina
Talavera de la Reina. | Shutterstock

La cerámica talaverana es Patrimonio Inmaterial de la Humanidad y la protagonista de cualquier visita a la localidad. Esa cerámica decora sus monumentos, sus plazas y muchos de sus rincones. Para conocer todo de ella hay que visitar el Museo de Cerámica Ruíz de Luna. Y, para disfrutar de una de sus manifestaciones más hermosas, hay que dirigir los pasos a la basílica del Prado, a que han bautizado como ‘Capilla Sixtina de la Cerámica’.

A menos de una hora desde Toledo, hay mucho más que descubrir en Talavera de la Reina: los restos de la vieja muralla árabe, las Torres Albarranas, la Colegial de Santa María la Mayor o los Jardines del Prado, entre otros lugares. Sin olvidar esos puentes que cruzan el Tajo, como el de Castilla-La Mancha, que con 152 tirantes y 192 metros de altura es el puente de sus características más alto de España.

Si queda tiempo, merece la pena hacer unos kilómetros para adentrarse en tierras abulenses y visitar Arenas de San Pedro, admirar su viejo castillo y adentrarse en las Cuevas del Águila. Si hace buen tiempo, un chapuzón en sus piscinas naturales es un plan estupendo, aunque solo para los más valientes, porque la temperatura del agua es realmente fría.

Ocaña y su magnífica Plaza Mayor

Plaza Mayor de Ocaña
Plaza Mayor de Ocaña. | Shutterstock

No es muy conocida, pero la Plaza Mayor de Ocaña podría incluirse entre las más bonitas de España, con sus soportales y arcos de medio punto. Se levantó a finales del siglo XVIII por orden de Carlos III y es la seña de identidad de este municipio, a solo 60 kilómetros de Toledo. La otra gran joya de Ocaña es la Fuente Grande, que se atribuye a Juan de Herrera y que es mucho más que una fuente, es una de las mayores obras de ingeniería hidráulica que se construyeron en el reinado de Felipe II.

Por estas construcciones y por algunos otros rincones cargados de historia, Ocaña se convierte en una de las escapadas desde Toledo más sorprendentes. Sin olvidar que a solo unos kilómetros se encuentra el Real Sitio de Aranjuez, que es una de las visitas inexcusables desde la capital manchega y también desde Madrid.

Un recorrido por la Sagra Alta  

Iglesia de Esquivias donde Cervantes se casó con Catalina
Iglesia de Esquivias donde Cervantes se casó con Catalina. | Shutterstock

Madrid y Toledo se dan la mano en la zona alta de la comarca de la Sagra. Y es ahí donde se puede realizar un singular recorrido que disfrutarán enormemente los amantes de la historia, el arte y la literatura. El punto neurálgico es Illescas, una localidad a la que se llega en apenas media hora desde Toledo y que custodia en el Hospital de Nuestra Señora de la Caridad cinco fabulosos cuadros que El Greco pintó alrededor 1603.

A solo 13 kilómetros se puede visitar el Parque Arqueológico de Carranque. En esta localidad, junto al Río Guadarrama, se conservan los restos de una importante villa romana decorada con espectaculares mosaicos. Aquí es posible descubrir cómo era la lujosa vida de sus propietarios allá por el siglo IV, que disfrutaban de comodidades como calefacción y agua corriente.

No mucho más lejos de Illescas se encuentra Esquivias. Allí se puede visitar la Casa Museo de Cervantes, la misma en la que residió tras su boda con Catalina Palacios. Se cuenta que fue un pariente de su esposa el que le inspiró el personaje de Don Quijote y, de hecho, fue aquí donde ideó su gran obra.

Un día en el Parque Nacional de Cabañeros

Ciervos en el Parque Nacional de Cabañeros
Ciervos en el Parque Nacional de Cabañeros. | Shutterstock

Uno de los recorridos que cualquier amante de la naturaleza tiene que hacer en Toledo es el de este parque nacional, que alberga un bosque mediterráneo perfectamente conservado. Cabañeros es, además, refugio de especies protegidas como el lince ibérico o el buitre negro o el águila imperial. Pero los grandes protagonistas son esos ciervos que a principios de otoño inundan el ambiente con el sonido de la berrea.

El parque, cuyo territorio comparten Toledo y Ciudad Real, está atravesado por una amplia red de senderos. Permiten disfrutar de rutas fantásticas de diferente nivel de dificultad, como la que lleva al Chorro de los Navalucillos o la de la Sierra de Castelar de los Bueyes.

Guadamur y el tesoro de Guarrazar

Castillo de Guadamur
Castillo de Guadamur. | Shutterstock

Para visitar uno de los castillos residenciales más bellos de la provincia no hay que alejarse mucho de la ciudad de Toledo, apenas 15 kilómetros. La esbelta silueta del Castillo de Guadamur nos hace retroceder al siglo XV, momento de su construcción. Y a lo largo de la historia sus muros han sido testigos de vistas ilustres, como las de Juana la Loca y Felipe el Hermoso, el cardenal Cisneros o Carlos V. También tuvo una noble cautiva: la Princesa de Éboli.

Pero Guadamur aún esconde otro tesoro. Es aquí donde se puede visitar el yacimiento de Guarrazar, donde se encontraron las coronas votivas visigodas que se custodian en el Museo Arqueológico de Madrid. El yacimiento y el centro de interpretación del tesoro permiten conocer mucho más del reino visigodo de Toledo y de su famoso tesoro.

Un día de playa en San Martín de Valdeiglesias

Embalse de San Juan
Embalse de San Juan. | Shutterstock

La playa de Madrid está en San Martín de Valdeiglesias, en el Embalse de San Juan. Es uno de los planes cerca de Toledo más entretenidos para disfrutar con niños. Si hace calor, porque esa playa que tiene bandera azul. Y, si no lo hace, hay otros planes perfectos para disfrutar en familia, como visitar el Castillo de la Coracera o perderse en el bosque encantado. Este último es un lugar donde los arbustos se han transformado en animales, seres fantásticos y escenas que invistan a soñar. Todo a solo una hora de Toledo.

Chinchón y Colmenar de Oreja, esencia castellana

Chinchón
Chinchón. | Shutterstock

Chinchón es uno de los pueblos más bonitos de España. Su imagen más característica es la de su plaza abalconada, pero merece la pena perderse sin rumbo por la localidad para descubrir rincones cargados de historia. Un buen punto de partida es la Iglesia de la Asunción, la misma que desde lo alto domina esa Plaza Mayor y que en su interior guarda un cuadro de Goya.

Después, un corto paseo llevará a descubrir la Torre del Reloj, la Casa de la Cadena o el antiguo monasterio de los agustinos, hoy parador de turismo. Y, a las afueras, el Castillo de los Condes de Chinchón, que ofrece una vista magnífica de la localidad.

De Toledo a Chinchón apenas hay 70 kilómetros y en solo cinco kilómetros más se llega a Colmenar de Oreja. En él son paradas imprescindibles su bonita Plaza Mayor, su imponente iglesia o el Arco de Zacatín, que salva el barranco sobre el que se levantó la Plaza Mayor. Pero no hay que abandonar la localidad sin degustar sus fantásticos vinos o sin visitar el museo dedicado a su vecino más ilustre, el pintor Ulpiano Checa.