En una época en que la preocupación por el impacto del turismo masivo en determinadas zonas no para de crecer, las vías verdes suponen una alternativa de lo más respetuosa con el entorno. Si, encima, ofrecen kilómetros y kilómetros para saborear un paisaje como el que vamos a ver, son una opción muy atractiva para una escapada.
La reina de las vías verdes
España entera está surcada por estos caminos que hace ya años que se impulsan como una forma diferente de conocer el territorio. Los amantes de la bicicleta o de las caminatas conocen bien esta red, que aprovecha antiguas vías férreas para ofrecer magníficos itinerarios.
Con 183 kilómetros de longitud, la vía verde de Ojos Negros no solo es la que tiene el nombre más bonito, sino también la vía verde más larga de España. Arranca en la localidad turolense del mismo nombre, y es una fuente inagotable de atractivos que vamos a ver con más detalle.
Un poco de historia de la vía verde más larga de España
En 1907, las minas de Ojos Negros producían abundante hierro. Las altas tarifas de transporte que imponía el Ferrocarril Central de Aragón, sin embargo, motivaron que se creara una línea alternativa de ferrocarril. A lo largo de su historia, la principal misión de este otro tren de vía estrecha fue transportar el mineral, pero su capacidad se vio insuficiente cuando se creó en Sagunto la planta siderúrgica, ya en los años 70.
Es así como en 1972 se cierra el ferrocarril minero, y en 2002 se recupera como vía verde. Un proyecto que sigue en desarrollo, con planes de alargar el recorrido aún más y llegar hasta la ciudad de Valencia.
Los tramos de la la vía verde más larga de España
Por su longitud, la vía verde de Ojos Negros suele dividirse en dos tramos, el de la parte turolense y el de la Comunidad Valenciana. El recorrido completo, arrancando en la Sierra Menera, frontera natural entre Aragón y Castilla, y terminando en el Mediterráneo, es una maravillosa aventura.
Naturalmente, quienes la hacen lo dividen en varias etapas, pero el escaso desnivel y el suelo de tierra compactada hacen de la vía verde más larga de España una experiencia deliciosa y asequible para prácticamente cualquiera.
El tramo de Teruel
Una antigua locomotora marca la salida del recorrido, recordando el pasado minero de Ojos Negros. A partir de ahí se suceden varias sorpresas, como el soberbio Castillo de Peracense que domina el Valle del Jiloca, o la Laguna del Cañizar. La vega del río ofrece un paisaje muy bello, con chopos y variadas aves, hasta llegar al pintoresco pueblo de Cella.
El camino bordea Teruel y sus joyas mudéjares, llevándonos a la salida por un elegante viaducto, uno de los 13 con que cuenta este tramo turolense, además de 5 túneles que añaden diversión al recorrido. El paisaje deja atrás una falla y afronta curiosas trincheras kársticas, mientras se eleva hasta el Puerto de Escandón. El primero de los túneles aparece cerca de un paisaje rojizo de pinares. El puerto es el punto más elevado, a 1220 metros de altura.
La buena noticia es que el resto es todo bajada, un agradable descenso entre pastos y monte bajo que sigue ofreciendo el encanto de los variados viaductos, además de algunas vistas excelentes sobre la Sierra de Gúdar. Una de las áreas de descanso pone fin al tramo aragonés, aunque es difícil resistirse a seguir un pequeño trecho más y llegar hasta Barracas, ya en Castellón.
El tramo de la Comunidad Valenciana
La parte valenciana del recorrido permite atravesar pueblos como Caudiel, Jérica y Navajas, este último con una espléndida cascada, el Salto de la Novia, que vale la pena visitar. Poco después aguarda Segorbe, uno de los pueblos más bonitos de la zona.
En la última parte del trayecto, la vía verde más larga de España se va adentrando en paisajes típicamente valencianos, de huertas y naranjos, para finalizar poco antes de llegar a Torres Torres. Aunque la vía verde como tal haya acabado, la tentación de llegar hasta Sagunto es fuerte, y para rematar la aventura no hay nada mejor que darse un merecido baño en las aguas del Mediterráneo.
Algunas cosas a tener en cuenta antes de descubrir la vía verde
A no ser que seamos ciclistas de élite, recorrer la vía verde más larga de España requiere varias etapas y, por tanto, pernoctar por el camino. Conviene mirar con antelación dónde hospedarse, sobre todo en zonas donde hay menos oferta.
Por otro lado, se hace necesario contar con información detallada de cada parte del recorrido, puesto que a veces puede ser necesario desviarse, buscar la continuación y, en definitiva, ubicarse bien para continuar.
Por lo demás, el hecho de que el camino discurra cuesta abajo en gran parte, y la buena calidad del terreno, hacen que de esta vía verde de Ojos Negros un éxito seguro para todo el mundo, incluyendo niños o personas con movilidad reducida.
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