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Castillo de Peracense, la fortaleza roja de Teruel

Castillo de Peracense

Aragón es una región que destaca por estar llena de castillos. Dentro de este conjunto, hay uno que no es tan conocido, pero cuya visita merece la pena: el castillo de Peracense, que se encuentra junto a una pequeña población de 89 habitantes en la provincia de Teruel. Los amantes de los castillos disfrutarán de lo lindo de esta escapada a la Edad Media, pues se trata de una de las fortalezas más particulares de la península ibérica, tanto por su historia como por su construcción.

Un castillo de un color original

El castillo de Peracense, que está declarado Bien de Interés Cultural, se encuentra en la terminación sur de Sierra Menera. Se aprovechó una prolongación rocosa de rodeno fuertemente escarpada para construir la fortificación, a unos 1400 metros sobre el nivel del mar. El proceso de construcción no fue precisamente corto, pues comenzó en el siglo XII sobre una antigua fortaleza islámica, pero no acabó hasta el XIV.

Uno de los aspectos más característicos del castillo de Peracense es el tono rojizo que tienen sus muros, ya que en su mayoría fueron construidos con el rodeno que se encontraba en la zona. De esta manera el castillo se mimetiza con la roca, lo que lo convierte en uno de los castillos medievales más curiosos de España. Además, otros edificios del pueblo, como la iglesia o el ayuntamiento, también están construidos con rodeno. Por otro lado, la madera también se usó para vigas y almojayas.

Castillo de Peracense
Castillo de Peracense. | Shutterstock

Aparte de su color rojizo, otra de las curiosidades del castillo de Peracense es su sistema de canalización. El agua de la lluvia se recogía a través de una serie de canales excavados en la roca natural y la transportaban a las cisternas y aljibes también realizados en la roca. De hecho, uno de los aljibes tiene cinco metros de profundidad y una capacidad para 4000 litros.

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Entre los siglos XIII y XV esta ubicación fue de gran importancia, pues era una posición limítrofe entre los Reinos de Aragón y Castilla y de los señoríos de Albarracín, Molina de Aragón y Comunidad de Daroca. A partir de 1469 el castillo de Peracense fue abandonado, pues tras la unión de Castilla y Aragón a través del matrimonio de los Reyes Católicos su uso defensivo ya no tenía sentido. Más tarde, en el siglo XIX, el castillo se usó como cárcel de la Comunidad de Aldeas de Daroca. Por último, entre 1830 y 1833, fue ocupado en la Primera Guerra Carlista por tropas isabelinas.

Un castillo formado por tres recintos

Castillo de Peracense
Castillo de Peracense. | Shutterstock

Se trata de una fortaleza formada por tres recintos concéntricos que se extienden a lo largo de, ni más ni menos, 4000 metros cuadrados. En el recinto exterior destaca su imponente muro, que cuenta con dos niveles superpuestos de aspilleras, su almenado y sus tres torres, que se ubican sobre la roca natural. En este recinto también destacan el patio de armas exterior y las escaleras de madera que llevan al adarve.

Una vez se atraviesa el recinto exterior, se llega al recinto intermedio, donde hay una torre de sillería que servía para el cuerpo de guardia. Se entra en ella a través de un portillo de acceso y se sube a la azotea por unas escaleras de sillería. En la época existieron unas habitaciones donde dormían los defensores. Como curiosidad, en este recinto intermedio se pueden observar los restos de numerosos edificios de todo tipo, como una fábrica, un cementerio, una capilla, una cárcel y un almacén.

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Por último, el recinto superior del castillo de Peracense se encuentra en lo alto de un peñasco rocoso. Está dividido en tres terrazas sucesivas y desde la más alta se puede observar todo el valle del Jiloca. En este recinto están la Torre del Homenaje, varias estancias y el aljibe anteriormente mencionado, aunque en el pasado también albergó la armería y el calabozo primitivo.

Torre del Homenaje
Torre del Homenaje. | Shutterstock

Un auténtico viaje a la Edad Media

Una de las ventajas del castillo de Peracense es que no solo se puede observar su espectacularidad desde fuera, sino que además existe la posibilidad de visitarlo por dentro para disfrutar de un auténtico viaje a la Edad Media. Además, su acceso es muy sencillo a través de la autovía A-23 con salida en Villafranca del Campo.

En el caso de que alguien quiera obtener las mejores vistas del castillo por fuera, es recomendable subir al Cerro de San Ginés. De hecho, existen cinco senderos alrededor del castillo que permiten observarlo desde diferentes ángulos, además de disfrutar de la fauna y flora de la zona. Estas rutas son la subida al mirador de los Panderones, la Ronda del Asalto, el camino de la Villeta, el Camino Viejo del Castillo y la senda de la Peña de la Montera. Por supuesto, también es recomendable la visita a algunos pueblos cercanos, como Peracense, Ródenas, Albarracín o, incluso, Teruel, que se encuentra a menos de una hora en coche.

Castillo de Peracense
Castillo de Peracense. | Shutterstock

Desde 1986 se vienen sucediendo diferentes fases de restauración del castillo dirigidas por el arquitecto Pedro Ponce de León. Al mismo tiempo se están realizando excavaciones arqueológicas dirigidas por José Luis Ona. Además de todo esto, en la actualidad se celebran encuentros de recreación medieval dentro del castillo.

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En definitiva, el castillo de Peracense se trata de un excelente ejemplo de la arquitectura militar bajomedieval de Aragón. Para aquellos viajeros que buscan nuevos castillos que descubrir, desde luego será una visita inolvidable.