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8 escapadas impresionantes en los alrededores de Huesca

Mallos de Riglos, escapadas Huesca

Dicen que la provincia de Huesca es la puerta de entrada a los Pirineos y los amantes de la montaña hace tiempo que han descubierto la magia del lugar. Pero no nos queremos venir arriba, tan arriba como hasta los Pirineos, así que dejamos la naturaleza imponente para otra aventura. Porque en esta ocasión nos quedamos con las mejores escapadas en los alrededores de Huesca, esa capital casi desconocida que promete muchas sorpresas y mucho encanto. Pernoctamos en Huesca y nos vamos en busca de lugares cercanos tan fascinantes que estamos seguros de repetir la escapada.

Los mejores planes cerca de Huesca

Castillo de Loarre

Atardecer en el Castillo de Loarre
Atardecer en el Castillo de Loarre. | Shutterstock

A 35 minutos de Huesca se encuentra el castillo románico mejor conservado de Europa. La visita al castillo es impresionante, tanto como su ubicación en un cerro a 1000 metros de altitud en la comarca de la Hoya. Se podría hacer toda una ruta de castillos por esta zona de Aragón y Navarra, pero el de Loarre, construido en el siglo XI, es sin duda el que nos permite más fácilmente imaginarnos cómo era la vida en aquella época de conquistas y reconquistas, cuando las fortalezas eran imprescindibles para la supervivencia. Y hablando de supervivencia, cuidado, porque el castillo cuenta con sus propios fantasmas.

Ayerbe

Balcones de Ayerbe
Balcones de Ayerbe. | Shutterstock

Muy cerca de Loarre y a tan solo 28 kilómetros de Huesca podemos hacer una visita a uno de los pueblos más curiosos de la provincia. El entorno natural sigue siendo de postal, a orillas del río Gállego, y está tan cerca de la capital que el plan merece la pena aunque solo sea por visitar el lugar donde creció el Premio Nobel Santiago Ramón y Cajal. Evidentemente no es su único atractivo; en Ayerbe nos encontramos edificios y monumentos en una mezcla de gótico y renacentista muy particular. Especial atención merece la iglesia de San Pedro, el Palacio de los Luna o la Casa Normante.

Los Mallos de Riglos

Mallos de Riglos
Mallos de Riglos. | Wikimedia

Seguimos por la misma zona de la comarca de la Hoya y a unos 40 minutos de la capital nos encontramos con una de las visitas en Huesca imprescindibles. Se trata de los Mallos de Riglos, esas formaciones geológicas en forma de gigantescas paredes que hemos visto tanto en las guías de viaje, especialmente en las de turismo activo. Los Mallos de Riglos son un paraíso de la escalada, pero también se pueden hacer rutas de senderismo accesibles para todos. Agüero y Peña Rueda forman parte del Monumento Natural de los Mallos de Riglos y podemos ir conociéndolas poco a poco en un recorrido circular de unos 5 kilómetros.

Castillo de Montearagón

Castillo de Montearagón, escapadas desde Huesca
Castillo de Montearagón. | Shutterstock

Después de haber visitado el castillo de Loarre, tal vez la visita al castillo de Montearagón, que no está ni de lejos tan bien conservado, sorprenda un poco. Pero no nos hemos podido resistir porque nos encantan los castillos y el de Montearagón se encuentra a tan solo 9 kilómetros de la capital. Es más, las ruinas de un castillo son tan elocuentes o más sobre el pasado que en un castillo perfectamente reconstruido. Sancho Ramírez mandó construirlo en el año 1086 y lo convirtió en su residencia habitual, pero es una fortificación de marcado carácter defensivo que en su día tuvo una enorme influencia en la zona. Llegó a ser abadía en el siglo XII con más de 100 iglesias de la zona a su cargo.

Fonz

Iglesia de Fonz
Iglesia de Fonz. | Shutterstock

Con menos de 1000 habitantes, es uno de los pueblos más monumentales de la provincia. Se encuentra a unos 50 minutos al este de Huesca, pero es una de las escapadas que más se disfrutan. Su propio nombre, Fonz, ya nos adelanta que nos vamos a encontrar un gran número de fuentes y manantiales. Lo que no nos esperamos es que, a pesar de su tamaño, cuente con 10 palacios y una de las iglesias de estilo renacentista más importantes de Aragón, la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. La sorpresa aumenta cuando nos encontramos con una casa palaciega llamada Mercromina. Se llama así porque aquí nació la farmacéutica Irene Monroset, que descubrió este desinfectante que todos conocemos.

Almudévar

Bodegas de Almudévar
Bodegas de Almudévar. | Shutterstock

Almudévar es uno de los pueblos más bonitos de Huesca y no nos cuesta llegar más de 20 minutos desde la capital. La villa lleva habitada desde tiempos prehistóricos y en la localidad se notan los vestigios de todas las épocas históricas. Aquí tenemos también un castillo, de tiempos de los árabes y con forma redondeada que dio nombre al lugar: Almudévar significa “el redondo”. Desde el cerro donde se encuentran los restos del castillo vamos bajando hasta el núcleo de población y vamos descubriendo iglesias, ermitas, fuentes… Tal vez lo más pintoresco del lugar sea el Centro de Interpretación El Bodegón, donde nos cuentan todo sobre la tradición vinícola de la zona.

Barbastro

Barbastro, escapadas desde Huesca
Barbastro. | Shutterstock

Y hablando de vinos, nos vamos hasta la comarca de Somontano, a 40 minutos de Huesca, para uno de los mejores planes de enoturismo en Barbastro. Imprescindible la visita al Museo del Vino y participar en algunas de las propuestas que las bodegas ofrecen para disfrutar del vino Denominación de Origen Somontano. Pero en Barbastro hay mucho más que vino, ya que nos encontramos en el punto exacto en el que surgió la Corona de Aragón. Aquí se celebró el matrimonio entre Ramón Berenguer y Petronila de Aragón, por lo que no nos queda más que perdernos entre sus calles, sus casas señoriales y sentir todo el peso y el paso de la historia.

Alquézar

Alquézar, escapadas desde Huesca
Alquézar. | Shutterstock

Alquézar es una de las escapadas imprescindibles en Huesca. Se encuentra en la comarca de Somontano, a 48 kilómetros de la capital y el entorno natural es de lo más impactante. El río Vero rodea la villa y es una de las entradas al Parque Natural de la Sierra y Cañones de Guara, todo un paraíso para los amantes del turismo activo. Es cierto que a Alquézar no le falta patrimonio cultural para visitar, pero su principal atractivo son las pasarelas, que se recorren en una ruta de senderismo de unas 2 horas sobre el cañón del río Vero. Un espectáculo natural al alcance de cualquiera.