Las pasarelas del río Vero es uno de esos sitios que deben de visitarse al menos una vez en la vida. Por muchas razones. Porque es uno de los lugares más bonitos de la naturaleza tanto en la provincia de Huesca como en España. Porque es el lugar idóneo para el turismo de aventura, con el barranquismo como actividad estrella. También porque Alquézar, pueblo junto al que se ubica, está considerado como uno de los más bonitos del país.
Un recorrido para todos los públicos en un entorno idílico
Las pasarelas del río Vero se ubican en el municipio oscense de Alquézar, a apenas 51 kilómetros de la ciudad de Huesca. Este pertenece, a su vez, al Somontano, una comarca de la Comunidad Autónoma de Aragón que se ha dado a conocer en los últimos años por sus excelentes vinos.
Pero lo que en realidad interesa en este artículo es la ruta de las pasarelas del río Vero, un recorrido de montaña apto para toda la familia, ya que apenas consta de tres kilómetros de longitud y 180 metros de desnivel enmarcados en el Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara. En total, el recorrido consta de una hora y media en formato circular, aunque sin contar con las múltiples paradas que el camino, seguro, reclamará, ya sea para contemplar el paisaje, para descansar o para hacer fotografías.
Los tramos de la ruta de las pasarelas del río Vero
Esta hermosa ruta se divide en cuatro partes. Pero, antes de empezar a andar, el viajero debe de adquirir un ticket en las cercanías de la plaza Rafael Ayerbe, justo al lado del Ayuntamiento de Alquézar. Son cuatro euros para el público general, que permiten a los visitantes acceder al camino y que se invertirán en la conservación del paisaje. Después, el excursionista comienza su primer tramo, que se inicia en la plaza y se extiende a través del centro histórico del pueblo hasta llegar al inicio de la verdadera ruta. Todo esto se indica mediante varias señales repartidas a lo largo del pueblo.
En este punto comienza el segundo tramo, que consiste en un descenso al río Vero a través del barranco de la Fuente. Después, el tercer punto del recorrido se extiende a lo largo del cauce del río, pasando por lugares como la cueva de Picamartillo, la antigua central hidroeléctrica o el mirador de Vero. Ahora ya solo queda el último tramo, un descenso por una pista algo empinada que desemboca de nuevo en Alquézar, en el parking que hay junto a la iglesia de San Miguel.
Es un recorrido familiar, pero, sin embargo, sí que hay que tener en cuenta que a determinadas personas estas pasarelas les pueden producir vértigo, aunque raramente se da la sensación de altura o vacío. No obstante, todo está previsto. Aquellos aventureros que sí tengan estas sensaciones podrán tomar un camino alternativo en los tramos que están situados entre cinco y diez metros de altura.
Las posibilidades de la comarca de Somontano
Antes o después de hacer la ruta, el viajero puede entretenerse en las delicias del propio Alquézar. La iglesia de San Miguel Arcángel o las ermitas de Nuestra Señora de las Nieves, de San Gregorio y de San Antón son algunos de sus sitios de interés.
También la plaza Mayor, hoy llamada de Mosén Rafael Ayerbe, donde se inició la excursión, es una visita interesante, o el portalón gótico, las puertas que daban acceso al interior de la villa. La escultura y el mirador de la “Sonrisa del Viento” es otro de los lugares imprescindibles de Alquézar, donde se puede disfrutar de una bonita vista de la villa y del último tramo del cañón del río Vero.
Asimismo, la comarca del Somontano dispone de numerosos lugares de interés turístico. Sus viñedos y bodegas, de la variedad Garnacha, predominante prácticamente en todo Aragón, son los que mayor fama tienen en el momento. A los amantes de la naturaleza tampoco les puede faltar una vista al salto de Bierge, una cascada imponente y de fácil acceso perfecta para un chapuzón. Obligatorio, antes de dejar la comarca de Somontano, es visitar también su capital: Barbastro. Su catedral, su Museo Diocesano o su núcleo antiguo son algunos de sus puntos más importantes.
