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9 pueblos no turísticos que vas a querer visitar

Pueblos no turísticos de España

En los pueblos calificados como “no turísticos” no significa, ni mucho menos, que no haya turismo. Lo que significa, más bien, es que son localidades cuyo foco de actividad o de vida no está puesto en el ir y venir de viajeros, como puede suceder con otros pequeños lugares que con el paso del tiempo han pasado a recibir miles de visitas al año. Siempre hay turismo, en cualquier parte, en cualquier momento, siempre hay movimiento e interés de quien se está moviendo por descubrir este u otro lugar, tenga renombre o no. Pero no es masivo.

Hay muchos pueblos que todavía no han recibido esa gran atención por parte del turismo general, pueblos a los que todavía puede uno referirse como desconocidos y que, sin embargo, tienen todo para gustar. He aquí 9 ejemplos de este tipo de pueblos no turísticos que todo buen viajero querrá visitar.

Pueblos bonitos de España… sin turismo masivo

Planes (Alicante)

Situado en el norte de la provincia de Alicante, Planes se encuentra en un valle rodeado de montañas. Puede uno, a partir de aquí, imaginar no solo el maravilloso paisaje que se gasta este pueblo sino las muchas rutas de senderismo que parten desde sus calles. A partir de ellas se pueden conocer parajes naturales como el del barranco de la Encantada, donde disfrutar de pozas o cascadas.

Planes es un pueblo de casas de colores y calles estrechas, custodiado por un castillo que las vigila desde lo alto. Mientras que los pueblos colindantes fueron villas moriscas durante la Edad Media, Planes se mantuvo como un reducto cristiano, y esto explica que su iglesia de Santa María sea la más antigua del municipio. Junto a esta, otros monumentos a destacar son las Cruces de Término, levantadas a finales del siglo XVI para proteger los cruces de los caminos. También un acueducto de principios de este siglo o finales del anterior. Alicante, ya se ve, no es todo costa.

Muel (Zaragoza)

Muel, Zaragoza
Muel, Zaragoza. | LBM1948, Wikimedia

De esta localidad zaragozana puede destacarse su tradición alfarera, conservada desde el siglo XI y responsable de que hoy en día pueda disfrutarse del Taller Escuela Cerámica. A partir de este taller, que conserva buena parte de historia alfarera de la provincia, han salido obras de gran valor. En su sala de exposiciones pueden descubrirse muchos de los trabajos realizados.

Por lo demás, Muel es un pueblo de pasado árabe, lo que explica sus calles laberínticas y estrechas. Conserva las casas-palacio de estilo renacentista y la iglesia de San Cristóbal, que si bien pertenece a un estilo barroco tardío tiene también elementos mudéjares. Aunque la joya artística de la corona llega de la mano de uno de los reyes del arte español: Francisco de Goya, natural de Fuendetodos, a apenas 25 kilómetros de distancia. Un joven artista decoró la cúpula de la ermita de Nuestra Señora de la Fuente, situada en un entorno muy agradable que aúna arte y naturaleza.

Brañosera (Palencia)

Brañosera
Brañosera. | Shutterstock

Este pueblo palentino está considerado por muchos el pueblo más antiguo de España. Fue el primero, sin duda, en tener su ayuntamiento. Sucedió en el año 824, cuando Munio Núñez, conde de las tierras, concedió a este lugar la Carta Puebla, naciendo de esta manera el Fuero de Brañosera y con ello el primer ayuntamiento.

De este pasado medieval sigue conservando restos, así como dos monumentos románicos agradables de ver: la iglesia de Santa Eulalia y la ermita de San Miguel. Las casas tradicionales, construidas con piedra y madera, hablan de la posición de Brañosera en Palencia: es una arquitectura de montaña porque es ahí donde se encuentra, en pleno parque natural Montaña Palentina.

Hita (Guadalajara)

Hita
Hita. | Shutterstock

Este lugar sufrió, como muchos otros, las consecuencias de la Guerra Civil, pero el tiempo le ha devuelto su esplendor. Situado en la comarca de la Alcarria, Hita está declarado Conjunto Histórico-Artístico. A su casco antiguo se accede por la puerta de Santa María, la única que sobrevive de su antigua muralla. Es del siglo XV, como la Torre del Homenaje que todavía se intuye entre las ruinas del castillo. Debió ser uno de los más importantes de la zona en su tiempo.

Hita puede sonar a quien lo escucha porque de este pueblo es natural el autor del Libro de Buen Amor, de comienzos del siglo XIV. Al Arcipreste está dedicada su plaza principal, mientras que consagraron a San Juan Bautista su iglesia parroquial. Bajo este casco histórico pueden hallarse cuevas que en tiempos medievales fueron usadas, en su mayoría, como bodegas, aunque también existen las llamadas casas-cuevas. En las afueras, el antiguo monasterio de Santa María de Sopetrán, del siglo VII, sorprenderá a quien lo visite, a pesar de su estado ruinoso. Como puede verse, Hita es uno de los pueblos no turísticos más visitables de España.

Os Peares (Ourense)

Os Peares
Os Peares. | Shutterstock

En plena Ribeira Sacra gallega, uno de los parajes más asombrosos de la península, Os Peares se presenta como un punto de encuentro ineludible si alguien desea conocer esta tierra sagrada. Aquí se unen los ríos Miño, Sil y Búbal. Este último puede presumir, además, de formar una interesante playa fluvial.

Os Peares se encuentra en un entorno bellísimo y tiene, además, una idiosincrasia peculiar. Se habla de este lugar como el lugar que no pertenece a nada, o que pertenece a todo. Se encuentra entre cuatro ayuntamientos, Carballedo y Pantón, de la provincia de Lugo, y Nogueira de Ramuín y A Peroxa, de Ourense. Lo dicho: es punto de encuentro. De hecho, ese peares tiene que ver con las pequeñas piedras que, colocadas en hileras en los ríos, servían para atravesarlos.

Alájar (Huelva)

Alájar
Alájar. | Shutterstock

Situado en el Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche, Alájar está declarado Conjunto Histórico-Artístico. Rodeado como está de montañas, las rutas de senderismo entre árboles y los senderos que conducen a otras localidades son múltiples. Y preciosos.

En Alájar, el viajero encontrará varios templos religiosos de interés, como la ermita de San Bartolomé, del siglo XV. Un paseo por este bonito pueblo de Huelva, todavía alejado del turismo masivo, descubrirá los llamados llanos: mosaicos elaborados en la entrada de las casas, de formas y colores preciosos, y también muy prácticos. Muy cerca de Alájar pueden visitarse cuevas de interés y también el mirador de la Peña de Arias Montano, desde donde se obtienen unas vistas preciosas.

Carmona (Cantabria)

Carmona
Carmona. | Shutterstock

Este pequeño pueblo de Cantabria es en realidad inmenso, porque contiene todo el imaginario de un típico pueblo de montaña del norte. La arquitectura típica de la zona está presente en cada una de sus edificaciones, incluyendo las casonas-palacio, el verde lo invade todo y además está atravesado por el río Quivierda.

A Carmona se va a disfrutar de la calma y la tranquilidad que proporciona la montaña, de sus rutas de senderismo, del suelo empedrado de sus calles, que transportan de alguna manera a otro tiempo. Los oficios de siempre todavía tienen presencia. En el día a día de sus habitantes (en torno a 150) y también en la escultura más llamativa de la localidad: una dedicada a la vaca tudanca, raza autóctona de Cantabria.

Granja de Moreruela (Zamora)

Monasterio de Santa María de Moreruela
Monasterio de Santa María de Moreruela. | Shutterstock

En plena comarca de Tierra de Campos, Granja de Moreruela es un pueblo ligado al Camino de Santiago. A partir de este punto, el peregrino debe decidir si continúa por los senderos del Camino Sanabrés o si, en cambio, se decide por la Vía de la Plata, que más adelante, ya en Galicia, conecta con el transitado Camino Francés. Eso por un lado.

Por otro lado, esta pequeña localidad zamorana no puede explicarse sin el monasterio de Santa María de Moreruela. Hoy en ruinas, este antiguo convento del siglo XII perteneció a la orden del císter. Su monumentalidad y su valor arquitectónico, que a pesar de su estado todavía puede entenderse, le valieron para ser declarado Bien de Interés Cultural. Tras una imprescindible visita, Granja de Moreruela es un lugar perfecto para descansar y desconectar sin prisa y sin mapa.

San Carlos del Valle (Ciudad Real)

San Carlos del Valle
San Carlos del Valle. | Shutterstock

Este pueblo de Ciudad Real es conocido como “el Vaticano manchego“, y razones no faltan para que así sea. Su plaza Mayor, de 50 metros de largo y 20 de ancho, es una de las más interesantes de la geografía. Rodeada de galerías, fue obra de Juan Alejandro Núñez de la Barrera. Está declarada Bien de Interés Cultural.

En esa plaza brilla con luz propia la iglesia del Santísimo Cristo del Valle, un sobresaliente templo barroco construido en 1729 sobre los restos de un viejo santuario. Esta iglesia se proyectó con el objetivo de exaltar el poder de la Corona Española, impulsada por la leyenda que aseguraba que una imagen del Cristo del Valle concedía milagros a quien peregrinara hasta ella. Las cuatro torres y la gran cúpula de este templo, así como la monumentalidad y su historia, le han valido ese sobrenombre del “Vaticano manchego”.