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El noroeste de España disfruta de grandes tradiciones, cultura y gastronomía. Para aquellos que quieran descubrir todo ello y mucho más, un recorrido por los pueblos más bonitos de Zamora será un viaje muy especial. Uno que da la posibilidad de hallar preciosos rincones, no siempre bajo el amparo del turismo tradicional. Tranquilidad y ruralidad combinadas en espacios que muchas veces parecen atrapados, en el mejor de los sentidos posibles, en el tiempo.
Villalpando
Esta villa medieval se encuentra muy bien conservada. Villalpando está al noreste de la provincia y destaca por los restos de su recinto amurallado. La puerta de San Andrés, construida en el siglo XVI, se eleva para ofrecer paso a otros monumentos de la localidad. Un recorrido por sus calles permitirá descubrir diferentes iglesias, así como una plaza mayor muy representativa de la arquitectura local.
Granja de Moreruela
Con apenas 300 vecinos, Granja de Moreruela está ubicada en el centro de la provincia de Zamora. Este pueblo siempre se ha asociado con el monasterio de Santa María de Moreruela, de la Orden del Císter y construido en el siglo XII. Sus preciosos restos siguen recordando su belleza original. Además, muy cerca también se encuentra el abrigo de El Portalón, con pinturas prehistóricas. Cabe destacar, asimismo, que en este punto el Camino de Santiago de la Vía de la Plata se divide en dos opciones, la clásica hasta Astorga y la Sanabresa.
Benavente
Otro de los pueblos más bonitos de Zamora es Benavente, con un grandísimo patrimonio histórico. Cruzado por el río Órbigo y también jacobeo, es imprescindible un paseo por su barrio judío, así como un recorrido por sus edificios religiosos. Para los amantes de la Semana Santa, también tiene un museo dedicado completamente a este evento cultural. También es recomendable descubrir lugares como los jardines de la Rosaleda y el parque de la Pradera, preciosos en la época adecuada del año.
Toro
Seguramente Toro suene por la D.O. de sus vinos, pero tiene muchas más alternativas que disfrutar. Para comenzar, la colegiata de Santa María la Mayor mantiene su policromía original, siendo un vestigio del pasado que deja boquiabierto. Tanto el alcázar como el monasterio de Sancti Spíritus el Real también son geniales para visitar. Y si gusta pasear, los alrededores de la localidad tienen un patrimonio natural impresionante.
Alcañices
El pueblo de Alcañices es conocido sobre todo por el tratado que lleva su nombre. Y es que el Tratado de Alcañices fue el que delimitó las fronteras entre Portugal y Castilla y León en el siglo XIII. Pero aparte de este hecho histórico, la población tiene lugares tan bonitos como la torre del Reloj, de estilo románico. Sus alrededores son preciosos, para perderse entre viñas.
Mombuey
Creado tras la Reconquista, Mombuey es uno de los pueblos más bonitos de Zamora. Se ubica en la comarca de Sanabria y está muy cerca del embalse de Valparaíso, siendo un lugar fantástico para hacer senderismo. Forma parte del Camino Sanabrés, así que también es usual ver a peregrinos disfrutar del lugar. A nivel arquitectónico, el lugar posee una torre fortificada, popularmente asociada a la Orden del Temple. Sus casas de piedra terminan de componer una escena encantadora.
Puebla de Sanabria
Ubicada muy cerca del lago de Sanabria, Puebla de Sanabria goza de unos paisajes impresionantes que la convierten en uno de los pueblos más bonitos de España. Pero explorar sus alrededores es tan alucinante como descubrir su conjunto histórico y artístico. Este abarca el castillo de los Condes de Benavente, del renacentista palacio Consistorial o la maravillosa iglesia de Santa María de Azogue. Sin lugar a dudas, una visita imprescindible en la provincia de Zamora.
Santa Cruz de los Cuérragos
Con apenas unos 11 habitantes viviendo de forma permanente en esta localidad, Santa Cruz de los Cuérragos mantiene un legado histórico y arquitectónico envidiable. Su paraje natural, que forma parte del Espacio Natural de la Sierra de la Culebra, combina a la perfección con las casas de piedra, madera y pizarra que permanecen atemporales entre sus callejuelas. Está considerado conjunto etnológico y puede visitarse lugares tan curiosos como el puente de los Infiernos o el antiguo molino de la villa.
Fermoselle
También llamada el Balcón del Duero, Fermoselle tiene un entorno inigualable. Localizada dentro del Parque Natural de Arribes del Duero, esta población es perfecta para aquellos visitantes que gozan de las rutas de senderismo y perderse por la naturaleza. Es posible acercarse a la Casa del Parque Natural de Arribes de Duero para obtener más información y disfrutar de los mejores rincones. Además, dentro de la población se puede hacer un recorrido de edificios barrocos, románicos y góticos, incluyendo los restos del castillo de Doña Urraca.
Tábara
Con alrededor de unos 800 vecinos, Tábara se encuentra en un espectacular valle rodeado por los montes de la Sierra de la Culebra, de la Sierra de las Cavernas y de las Carvas. Su patrimonio histórico está compuesto por varias iglesias y santuarios, destacando la de Santa María. Se elevó sobre un monasterio mozárabe en el que trabajó la enigmática iluminadora Ende. También es posible visitar algunos yacimientos arqueológicos curiosos con pinturas rupestres y ver pasar a peregrinos jacobeos.
Salto de Castro
Salto del Castro ya no está habitado, pero eso no quita que sea un lugar espectacular. Es más, está a la venta. Se trata de una población abandonada que servía para los ingenieros y otros trabajadores de la construcción del salto hidroeléctrico del río Duero y Brandilanes. Se encuentra en el Parque Natural de Arribes, siendo un legado interesante para conocer el patrimonio industrial e hidroeléctrico de mediados del siglo XX.
