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Jaén fascinante: sus pueblos más bonitos

Pueblos más bonitos de Jaén

Jaén es un municipio para comérselo. Para sumergirse en paisajes idílicos y monumentos históricos. Jaén es para recorrerlo una y otra vez y siempre descubrir algo nuevo. Algo más. Algo fascinante. Como los hermosos pueblos que lo envuelven. Pequeñas joyas medievales que contienen toda la esencia del municipio. Que enamoran al visitante con sus pintorescas callecitas, su arquitectura medieval y las imponentes murallas de sus castillos. Las siguientes líneas pretenden trazar un recorrido por los pueblos más bonitos de Jaén.

Cazorla, primera parada

Río Cerezuelo, Cazorla
Río Cerezuelo, Cazorla. | Shutterstock

Primera parada obligatoria para todo aquel que quiera descubrir los pueblos más bonitos de Jaén. Declarado Bien de Interés Cultural, este pueblo se ubica en pleno valle del río Cerezuelo, a las faldas de la Sierra de Cazorla. Un hermoso escenario natural que combina a la perfección con sus blancas casitas. Cazorla fue en sus tiempos hogar de romanos, visigodos y musulmanes, por lo que su riqueza cultural es infinita.

Su pintoresco casco antiguo enmarca joyas arquitectónicas que merece mucho la pena conocer. Como el castillo de Yedra, los palacios de las Cadenas y sus impresionantes iglesias. Y, por supuesto, algo que no puede faltar en esta visita es la deliciosa gastronomía jienense. Un auténtico regalo para el paladar.

La Iruela, el pueblo panorámico

Muralla del castillo
Muralla del castillo. | Shutterstock

A pocos kilómetros de Cazorla se encuentra esta maravilla que, de entrada, ofrece unas vistas panorámicas espectaculares de la sierra. La Iruela es un pequeño oasis inmerso en la naturaleza que cautiva inmediatamente. Perfecta para detenerse, pasear por sus estrechas calles y probar alguna que otra tapa. Lo primero que llama la atención de esta encantador villa son las ruinas de su imponente castillo. Altas murallas se interrumpen por la vegetación que aflora en la zona. Su torre restaurada permite acceder a su cima para contemplar el pueblo desde las alturas.

Segura de la Sierra, herencia árabe

Castillo de Segura de la Sierra
Castillo de Segura de la Sierra. | Shutterstock

Continuando la ruta por la Sierra de Cazorla se encuentra esta pequeña perla rural. Situada a 1440 metros de altitud, esta villa de origen musulmán está considerada Conjunto Histórico-Artístico. No es para menos. La riquísima arquitectura que conforma sus callecitas exhibe casas nobles, como la Casa de Jorge Manrique, el castillo, construido durante el periodo musulmán, la iglesia de Nuestra Señora del Collado y los baños árabes. Unos de los pocos que aún se conservan en Jaén.

Quesada, el pueblo de los arcos

El pueblo de Quesada
El pueblo de Quesada. | Shutterstock

Otra de las joyas que alberga la Sierra de Cazorla. En esta ocasión, un pueblecito blanco rodeado de naturaleza, montañas y una herencia cultural fascinante. Quesada también es conocido como el pueblo de los arcos debido a la gran proliferación de estos en sus construcciones. Por ejemplo, el arco de la Manquita de Utrera y el arco de los Santos una de las antiguas entradas al centro histórico.

Entre sus animadas terrazas y las alegres conversaciones de sus locales, destacan edificios como la iglesia de San Pedro y San Pablo, el Museo Zabaleta, dedicado a la vida y obras del pintor jienense y la iglesia del Hospital. En sus alrededores se ubican imperdibles como la villa romana de Bruñel y la cueva del Agua, una formación rocosa de cuyas grietas nace una cascada.

Hornos de Segura, tranquilidad y naturaleza

Atardecer en Hornos de Segura
Atardecer en Hornos de Segura. | Shutterstock

La bella estampa de este pueblo en la distancia es una de las primeras cosas que llama la atención. Un pueblecito inmerso en el Parque Natural de la Sierra de Cazorla, Segura y Las Villas que se alza sobre un cerro. Un pueblecito perfecto para desconectar del ajetreo del día a día y pasear por sus tranquilas calles sin ningún tipo de prisa hasta llegar a la Torre del Homenaje, la parte mejor conservada de su castillo. Otro monumento que merece la pena conocer es la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, construida en el siglo XVI en estilo gótico.

Baños de la Encina, el pueblo amurallado

Interior del castillo Burgalimar
Interior del castillo Burgalimar. | Shutterstock

En un paisaje precedido de encinas y olivos se enmarca este peculiar pueblecito. Baños de la Encina sorprende por varios motivos. Uno de ellos es el espectacular castillo Burgalimar, declarado Monumento Nacional. Las impresionantes murallas de piedra reciben al visitante sumergiéndolo en un entramado de callecitas empedradas que conducen hasta su hermoso casco antiguo.

Considerado Bien de Interés Cultural, el centro histórico de Baños de la Encina es un bellísimo lienzo para ir conociendo poco a poco. La iglesia gótica de San Mateo, la ermita de la Virgen de la Encina, la torre antigua y las plazas son algunos de los imperdibles de este pueblecito.

Aldeaquemada, naturaleza por doquier

La Cimbarra
La Cimbarra. | Shutterstock

La gran particularidad de este pueblo es el impresionante paraje natural en el que se ubica. El corazón de la Sierra Morena Oriental acoge a esta pequeña villa de gran interés monumental. Para empezar, sus afueras están decoradas con una impresionante cascada conocida como la Cimbarra. Una bellísima cascada a 40 metros de altura declarada Paraje Natural. Sin duda, el mejor recibimiento para todo aquel que se dirija al interior del pueblo.

No solo eso. En sus proximidades también se encuentran diversas pinturas rupestres declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Su pintoresco casco antiguo no tiene nada que envidiar. La iglesia de la Purísima Concepción, la Casa del Comandante y el Pósito de Diezmo son algunos de los grandes iconos de Aldeaquemada.

Guarromán, un destino particular

Iglesia de Guarromán
Iglesia de Guarromán. | Shutterstock

Peculiar como su propio nombre. Guarromán es un pueblecito que atrapa nada más visitarlo. Situado en la Sierra Morena, este pintoresco escenario es el lugar ideal para desconectar en un ambiente rural muy relajante. Para empezar, sus plazas empedradas y sus calles proponen paseos muy agradables. Como la plaza Nicolás Kerche, llamada así en honor a la primera persona que nació en el pueblo. La fuente de las generaciones, la iglesia de la Inmaculada Concepción y el monumento a los Mineros son sus principales atractivos.

Martos, la Peña de Jaén

Panorámica de Martos
Panorámica de Martos. | Shutterstock

Situado en lo alto de un cerro, la peculiaridad de Martos es que es un pueblo que se ha sabido adaptar perfectamente a su demografía. Sus pintorescas casitas se amontonan en sentido ascendente desembocando en el castillo de la Peña y las torres de la Almedina y el Homenaje. Las vistas desde este impresionante monumento son espectaculares. Su centro histórico, aderezado con calles empedradas y casas blancas, alberga reliquias como la cárcel del Cabildo, la fuente Monumental y el santuario de Santa María de la Villa.

La Guardia de Jaén, pueblo milenario

La Guardia de Jaén
La Guardia de Jaén. | Shutterstock

Destino rico en historia donde los haya. Según apuntan algunos documentos, la Guardia de Jaén podría haberse constituido como asentamiento en el Neolítico, considerándose pueblo de gran importancia hasta la Reconquista. Una curiosidad, y prueba de su relevancia histórica, son los 35 Bienes de Interés Cultural que se extienden en los alrededores de sus calles.  Algunos de ellos son su hermoso castillo de origen árabe, el antiguo convento de Santo Domingo, la iglesia parroquial Nuestra Señora de la Asunción y la pintoresca plaza de Isabel II. ¿Lo mejor? La gran oferta gastronómica que incluyen sus restaurantes y bares. Por supuesto, otro de sus imperdibles es el precioso paisaje natural que envuelve a Guardia de Jaén: las inmediaciones de Sierra Mágina.

Sabiote medieval

Atardecer en el castillo de Sabiote
Atardecer en el castillo de Sabiote. | Shutterstock

Los atardeceres en Sabiote son de otro color. De una paleta de acuarelas que enamora el alma. Sabiote es la viva imagen de la Andalucía medieval y renacentista. Una combinación arquitectónica que detiene el tiempo. Tras sus murallas se alza el castillo de Sabiote, una imponente construcción del siglo XVI. El primer ejemplo de la maravillosa arquitectura del pueblo.

Un tranquilo paseo por su casco antiguo es la mejor carta de presentación para conocer joyas como la iglesia de San Pedro Apóstol, el ambiente medieval del barrio de Albaicín y el convento de Santa María. Sabiote también es conocido por sus fiestas medievales en las que se representan antiguos oficios, se organizan mercadillos artesanales y se degusta gastronomía típica. La mejor manera de sumergirse en la fascinante cultura andaluza.