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Ourense fascinante: sus pueblos más bonitos

Pueblos más bonitos de Ourense

Ourense es todavía una provincia a descubrir, en buena medida por esos bonitos pueblos que la convierten en una opción fantástica para los amantes del turismo rural. Es guardiana, además, de varios de los bosques más profundos y bellos de Galicia, y de una tradición termal que todavía hoy asegura tranquilidad y descanso. Por no mencionar esa tierra sagrada, la Ribeira Sacra, de la que uno nunca siente que pueda decirlo todo. En esta naturaleza, que en la comunidad gallega es siempre una naturaleza auténtica, aguardan pequeños rincones que prometen historia, encanto y esa cultura arraigada a esta tierra.

Allariz

Allariz
Allariz. | Shutterstock

Es casi obligatorio empezar por Allariz porque está considerado no solo uno de los pueblos más bonitos de Ourense, sino de toda Galicia. Además de los paseos junto al río Arnoia, no hay que dejar de prestar atención a enclaves concretos como el convento de Santa Clara, fundado a mediados del siglo XIII. Es de clausura, por lo que solo puede visitarse el museo de Arte Sacro, pero merece la pena. La iglesia de San Pedro sí puede visitarse al completo. Es de estilo románico, levantada en el siglo XIII y guarda un bello retablo barroco del siglo XVIII. Con todo esto en mente, se entiende que Allariz fuera declarado Conjunto Histórico Artístico y además Premio Europeo de Urbanismo, por la recuperación de su casco histórico. Tampoco hay que olvidar que aquí se grabó una de las películas más importantes del cine español: La lengua de las mariposas.

Ribadavia

Ribadavia
Ribadavia. | Shutterstock

Este rincón gallego, cuyo nombre significa a orillas del río Avia, fue capital del medieval Reino de Galicia. Tiene uno de los cascos antiguos mejor conservados de la comunidad y también una antigua judería en la que hay que detenerse, terminando este paseo en el Museo Sefardí. En Ribadavia hay que ver la plaza Mayor, el castillo de los Condes de Sarmiento, de finales del siglo XIV, y la iglesia románica de San Xoán, construida en el siglo XII por los caballeros de la Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén. Para terminar de relajarse están las termas Prexigueiro, que recogen esa envidiable tradición antes mencionada.

Castro Caldelas

Castro Caldelas
Castro Caldelas. | Shutterstock

No solo es un pueblo muy bonito: es también una buena oportunidad para descubrir la Ribeira Sacra que queda en la parte ourensana, la que está condicionada por el discurrir del Sil. Este núcleo de población se asentó en una colina que domina la ribera de otro río, el Edo. Destaca el castillo del siglo XIV, así como las calles que conducen al mismo, empedradas y empinadas. En la fortaleza se puede descubrir el Museo Arqueológico y Etnográfico, que reúne en un mismo lugar diferentes restos del pasado que hablan bien de la importancia que Castro Caldelas ha tenido en la zona.

Parada de Sil

Monasterio Santa Cristina de Ribas de Sil, muy cerca de Parada do Sil
Monasterio Santa Cristina de Ribas de Sil, muy cerca de Parada do Sil. | Shutterstock

Aún más cerca de los impresionantes cañones del gran río de la Ribeira Sacra, se descubre un pueblo que lleva su nombre: Parada de Sil. Otro fantástico lugar para descubrir la zona, su inmensidad y los pueblos que rodean al río. Todos reúnen características similares: pequeños núcleos de población con casas dispersas y rodeados de naturaleza. Muy cerca de Parada do Sil se encuentra el monasterio de Santa Cristina de Ribas de Sil, uno de los templos románicos más impresionantes de la zona. Con esa fotografía a distancia puede apreciarse bien el lugar único en que está enclavado.

As Ermidas

As Ermidas
As Ermidas. | Shutterstock

La parte más oriental de la provincia es todavía uno de los rincones más desconocidos de Galicia y es ahí donde As Ermidas se alza como uno de los pueblos más bonitos de Ourense. Encajado entre los macizos de las sierras de Queixa, do Eixo y San Mamede, contemplando desde las alturas los bellos paisajes que forma el río Bibei, As Ermidas tiene su origen, dice la historia popular, en siete ermitaños que vivieron en esta zona en el siglo VII. Hoy en el pueblo se pueden ver casas de estilo tradicional y, sobre todo, el santuario da Nosa Señora das Ermidas, un impresionante templo que con un primer vistazo deja sin palabras a cualquiera. Está considerado Bien de Interés Cultural.

Entrimo

Entrimo
Entrimo. | Shutterstock

Uno de los pueblos más coquetos de Galicia, pequeño y sencillo, con un espectacular paisaje en torno al asentamiento. Muy cercano a la frontera con Portugal, este pueblo es perfecto para todos los viajeros que busquen un turismo lento y tranquilo. El que permite recorrer las calles sin prisa, disfrutar de la gastronomía y la cultura local o animarse con las rutas de senderismo propuestas, sin necesitar mucho más. El principal monumento de este pueblo es la iglesia de Santa María La Real, un templo de dimensiones considerables cuya imagen precede estas líneas.

Boborás

Iglesia de San Martiño de Cameixa
Iglesia de San Martiño de Cameixa. | José Antonio Gil Martínez, Wikimedia

Boborás es un municipio semejante al anterior: un pueblo pequeño en un entorno envidiable que cuenta, además, con un par de monumentos que merece la pena visitar. Por ejemplo, la iglesia de San Martiño de Cameixa, de estilo románico rural. Fue reformada entre los siglos XVIII y XIX, pero todavía transmite una fuerte sensación medieval. También es interesante conocer la historia del antiguo puente de piedra que había sobre el río Avia, del que solo quedan ruinas por, dice la historia, las intensas luchas de la población contra el ejército francés acaecidas durante la guerra de la Independencia.

Manzaneda

Porta da Vila
Porta da Vila. | Antonio Costa, Wikimedia

La medieval Manzaneda es uno de los pueblos más cautivadores de Ourense, incluso de Galicia al completo. Se tiene constancia de la existencia de este lugar desde el siglo XIV, aunque las ruinas de su castillo anuncian que este ya existía desde el siglo XII. Situado en la parte más alta de la localidad, queda muy poco de esta fortaleza que, al parecer, fue destruida durante la revuelta Irmandiña. Lo que sí puede verse todavía es la Porta da Vila, la puerta de entrada a un lugar anteriormente amurallado. Como sucede con otros rincones ourensanos, Manzaneda es un enclave perfecto para disfrutar de los alrededores.

Vilanova dos Infantes

Vilanova dos Infantes
Vilanova dos Infantes. | Shutterstock

Otra bella villa medieval es Vilanova dos Infantes. Este origen puede advertirse en sus calles y prácticamente todas sus construcciones. El conjunto ha seguido creciendo pero siempre adaptándose a lo que marcaban los edificios más antiguos. El monumento más relevante de este pueblo es la torre medieval que se alzó en el siglo XII, hoy la única prueba que existe de que antaño hubo aquí una fortaleza de cierta importancia. Vilanova dos Infantes, además de ser un bonito lugar de descanso y recreo, tiene mucha historia sosteniendo su presente.

Oseira

Monasterio de Oseira
Monasterio de Oseira. | Shutterstock

Oseira está situado en el municipio de San Cristovo de Cea y guarda un tesoro de gran valor: el monasterio de Oseira, que lleva en pie desde el siglo XII, habiendo tenido siempre una enorme influencia en la zona. Su iglesia, construida entre los años 1200 y 1239, está considerada una de las obras maestras de la arquitectura cisterciense en la península. Como curiosidad, actualmente lo habita una comunidad trapense que elabora un peculiar licor llamado Eucaliptine, además de cerveza y chocolate. Además de este rincón excepcional, el pueblo de Oseira puede y debe pasearse, disfrutando sobre todo de la presencia del río homónimo.

Celanova

Monasterio de San Salvador, en Celanova
Monasterio de San Salvador, en Celanova. | Shutterstock

Celanova no puede faltar en toda lista de pueblos más bonitos de Ourense, por su bonito casco antiguo y por su principal monumento. El monasterio de San Salvador de Celanova fue fundado en el siglo X por una de las personas más influyentes de la época: San Rosendo, obispo de Mondoñedo y Santiago de Compostela. De esta etapa medieval solo se conserva la pequeña capilla de San Miguel. Por lo demás, es de estilo mozárabe y su importancia fue tal durante un periodo de tiempo que, dice la tradición, el mismísimo Carlos V pensó en pasar sus últimos años de vida en este lugar. Lo cierto es que algo así inspira Celanova, la provincia de Ourense y Galicia en general. Paz y descanso.