La gastronomía zamorana cuenta con buenos productos derivados de su agricultura y ganadería.
Si deseas un consejo sobre qué degustar en Zamora te sugerimos comenzar con una sopa -de ajo o la llamada “sopa de boda” con pedacitos de jamón y chorizo-, unos habones a la sanabresa o quizá te atrevas con un arroz a la zamorana que entre sus ingredientes tradicionalmente cuenta con piezas del cerdo como la oreja, el hocico y la pata.
Entre las legumbres son famosas la Lenteja Pardina de Tierra de Campos y el Garbanzo de Fuentesaúco, ambas con I.G.P.
En el apartado de carnes encontrarás buenos asados de cabrito, lechal y cochinillo asado. Como condimento se utiliza el ajilimójili, un aderezo a base aceite de olivas de manzanilla (cultivadas en la zona) aceite de guindilla, ajo y vinagre de las vides locales. El pichón a la rápida goza también de gran popularidad.
En cuanto al pescado que comer en Zamora destaca el bacalao al ajoarriero o a la tranca junto con las truchas del Esla a la brasa surten las mesas de la ciudad. Tampoco hay que olvidar el famoso Queso Zamorano que posee D.O.P.
Durante las Fiestas de San Pedro se celebra en la capital la Feria del Ajo (en la avda. de Las tres Cruces), una hortaliza presente en muchas recetas de la provincia, la más representativa quizá sea la sopa de ajo que se consume tradicionalmente en la madrugada del Domingo de Resurrección de la Semana Santa zamorana.
Riega esta experiencia gastronómica con una gran variedad de vinos con D.O., Vino Arribes, Vino Tierra del Vino de Zamora, el Vino Toro y el Vino de los Valles de Benavente.
Las nuevas tendencias de la cocina también han calado en Zamora y no solo en la actualización de platos tradicionales sino también en las tapas. Si visitas la ciudad a finales de abril y principios de mayo seguramente coincidirás con la iniciativa De tapas por Zamora y tendrás la oportunidad de degustar una enorme variedad de tapas, tradicionales y vanguardistas.
Y para finalizar la hora de comer en Zamora adéntrate en la repostería local. Son típicas las cañas zamoranas (rellenas de crema pastelera), los rebojos (bizcochos borrachos de almíbar, con azúcar y canela) y los dulces de las monjas empiñonados o almendrados.