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Los pueblos amurallados más bonitos de España

Pueblos amurallados más bonitos de España

Buscando escapadas inolvidables por los pueblos más bonitos de España nos hemos encontrado con un muro. O, más bien, con unas cuantas murallas. Los pueblos amurallados de España tienen ese aire medieval que convierte en mágico cualquier plan de fin de semana. Porque no es un viaje común, es un viaje en el tiempo donde la Edad Media se convierte en presente. Piedras centenarias que podemos tocar y muros que nos permiten traspasar las barreras de la historia. Nos vamos a conocer los pueblos amurallados más bonitos de España.

Los pueblos con muralla más bonitos de España

Albarracín, Teruel

Albarracín
Albarracín. | Shutterstock

Considerado uno de los pueblos más bonitos de España, Albarracín no solo destaca por sus imponentes murallas. A 40 minutos de Teruel y dentro de un entorno natural que impacta al viajero se encuentra esta joya medieval situada en lo alto de una colina bajo la que hace una curva el río Guadalaviar. Como lugares imprescindibles podemos señalar la torre del Andador, del siglo X, la curiosa Casa Torcida en la calle del Chorro y el mirador desde la Catedral.

Urueña, Valladolid

Urueña
Urueña. | Shutterstock

Con menos de 200 habitantes, la actividad cultural en Urueña sorprende al visitante. A unos 45 minutos de Valladolid nos encontramos con una muralla del siglo XII, y hasta con las ruinas de un castillo, que podemos recorrer entera para adentrarnos en unas callejuelas medievales que enamoran a primera vista. Nos va a llevar un tiempo recorrer todas sus calles, porque Urueña fue la primera localidad española en ser reconocida como Villa del Libro. De hecho, tienen más librerías que bares.

Morella, Castellón

Morella
Morella. | Shutterstock

A 100 kilómetros de la ciudad de Castellón nos encontramos con un pueblo amurallado que mantiene las huellas no solo de la Edad Media sino de épocas más antiguas de íberos, romanos y visigodos. Aún más allá si nos adentramos en las cuevas prehistóricas con pinturas rupestres que son Patrimonio de la Humanidad. Sus 2 kilómetros de muralla se empezaron a construir en el siglo XIV, al mismo tiempo que su acueducto, pero un siglo más tarde que su famoso castillo. Con todo esto, Morella es uno de los pueblos amurallados más bonitos de España.

Olivenza, Badajoz

Olivenza
Olivenza. | Shutterstock

Esta localidad fronteriza situada en Extremadura se encuentra a tan solo media hora de la ciudad de Badajoz. España y Portugal han tenido varios conflictos a lo largo de la historia por este lugar, por lo que no nos extraña su perímetro amurallado, ni su fortaleza o castillo. Si nos adentramos por alguna de sus antiguas puertas, nos encontramos con una villa medieval que parece un escenario de película.

Niebla, Huelva

Niebla
Niebla. | Shutterstok

Una de las escapadas más fascinantes la encontramos a media hora de la ciudad de Huelva. Llegamos a Niebla, una localidad de unos 4000 habitantes que se enorgullece de poseer el recinto amurallado mejor conservado de España. La muralla de Niebla tiene un perímetro de 2 kilómetros, cuenta con ni más ni menos que 40 torreones y alguna de sus 4 puertas nos deja pasar al interior para descubrir, entre otras cosas, el castillo de los Guzmanes.

Buitrago de Lozoya, Madrid

Buitrago de Lozoya
Buitrago de Lozoya. | Shutterstock

La vista panorámica de Buitrago de Lozoya impresiona tanto o más que su recinto amurallado y su casco urbano. Esta localidad, que se encuentra a 75 kilómetros al norte de Madrid, está a los pies de la sierra de Guadarrama y la rodea el río Lozoya en una estampa de cuento. Sus murallas son de origen musulmán y tienen un perímetro de unos 800 metros. No le falta ni un detalle defensivo con sus torreones, su barbacana y su foso. Y en su interior, por supuesto, el castillo o alcázar, una construcción gótico-mudéjar del siglo XV. Es uno de los pueblos amurallados más bonitos de España.

Burgo de Osma, Soria

Burgo de Osma
Burgo de Osma. | Shutterstock

Buscando pueblos bonitos cerca de Soria no tardamos ni 40 minutos en encontrarnos con Burgo de Osma. Su recinto amurallado es uno de sus principales atractivos y algunos tramos se mantienen en muy buen estado. La muralla fue construida en el siglo XV por orden del entonces obispo Pedro de Montoya y se mantuvo intacta más de tres siglos. Solo queda una de sus puertas, la puerta de San Miguel, que nos posibilita la entrada a esa época medieval para disfrutar de la catedral de la Asunción, del antiguo hospital de San Agustín o de la Universidad de Santa Catalina.

Sos del Rey Católico, Zaragoza

Sos del Rey Católico
Sos del Rey Católico. | Shutterstock

Aunque está en la provincia de Zaragoza, a Sos del Rey Católico se llega antes desde Pamplona, a unos 45 minutos del pueblo. Esto nos anticipa el papel de localidad fronteriza que jugó en su día entre los reinos de Navarra y de Aragón, y de ahí su recinto amurallado del que se conservan 7 puertas. Pero Sos del Rey Católico no es conocido precisamente por sus murallas, sino por ser el lugar de nacimiento de Fernando el Católico.

Entrar en el casco histórico de Sos del Rey Católico es una experiencia mágica y muy intensa, a pesar de ser un lugar pequeño y recogido. Allí la historia se encuentra más presente que nunca y así podemos disfrutar de la judería, de la Lonja Medieval o del palacio de los Sada, el lugar donde dicen que nació el monarca y que hoy acoge un Centro de Interpretación dedicado a la figura del rey.

Peñíscola, Castellón

Peñíscola
Peñíscola. | Shutterstock

Es casi inevitable asociar el nombre de Peñíscola al turismo de sol y playa y tampoco vamos a negar que viajar a esta localidad de la provincia de Castellón en temporada alta puede deslucir su carácter medieval. Pero lo cierto es que lo tiene, pues Peñíscola tiene uno de los cascos históricos más interesantes de España. Es muy conocido por su castillo, al que llaman el castillo del Papa Luna y que fue construido en el siglo XV.

Donde hubo castillo, hubo muralla, y tampoco en esto nos defrauda Peñíscola. El recinto amurallado es muy particular porque se pueden distinguir perfectamente las diferentes épocas históricas en las que se iba construyendo la muralla acorde a las necesidades. En su día, una de sus puertas, la de Sant Pere, conectaba el castillo directamente con el mar a través de un embarcadero, algo poco usual en este tipo de fortificaciones.