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Los paisajes más bellos de la Vuelta Ciclista a España 2024

Los paisajes más bellos de la Vuelta Ciclista a España 2024

No hace falta tener mucha afición a la bicicleta para admitir que la Vuelta Ciclista a España tiene algo que atrapa. Los fanáticos del ciclismo a menudo acuden en persona a alguna de las etapas y consiguen insuflar vitalidad y emoción en parajes que suelen estar tranquilos. Pero la retransmisión televisiva tiene otro gran aliciente, y es el gozar de magníficas panorámicas a vista de pájaro sobre nuestra geografía.

Los mejores paisajes de la Vuelta Ciclista a España

Queda claro, entonces, que la Vuelta es ideal para apreciar el paisaje y comparar la rica variedad de escenas de España. El recorrido en este 2024 se centra especialmente en Andalucía y en todo el norte, de Galicia a La Rioja, así que la belleza del terreno está asegurada. Con todo, vamos a ver qué etapas pueden ofrecer mejores vistas, escenarios de lujo para esos titanes en bicicleta.

Etapa Plasencia – Pico Villuercas

Vistas desde el Pico Villuercas.
Vistas desde el Pico Villuercas. | Shutterstock

Después de unas primeras etapas en Portugal, la vuelta entra en España por Extremadura. La monumental ciudad de Plasencia da comienzo a un recorrido que permite saborear el hermoso norte de Cáceres, desde los Montes de Traslasierra hasta la justamente famosa comarca de La Vera, pasando por Piornal, el pueblo más alto de la región. Las zonas bajas están cubiertas por la incomparable dehesa, símbolo de amplias zonas de España, pero el final de la etapa nos lleva de nuevo a la sierra, en este caso Las Villuercas, una zona de gran personalidad cuya cumbre promete fastuosas vistas.

Etapa Úbeda – Cazorla

Sierra de Cazorla.
Sierra de Cazorla. | Shutterstock

Si Úbeda es una ciudad para disfrutarla a pie, mientras se admira su extraordinario legado renacentista, Jaén se vuelve salvaje en cuanto pisamos el campo. El típico paisaje quebrado de esta agraciada provincia irá acercando a los ciclistas (y al público) hasta el corazón de la España más agreste: la Sierra de Cazorla, comarca legendaria y parte de la mayor reserva natural del país. El macizo aguarda con su fronda de pinares, sus sorprendentes formaciones rocosas y fascinantes castillos como el de La Iruela.

Etapa Motril – Granada

Sierra Nevada.
Sierra Nevada. | Shutterstock

Una ocasión para admirar la increíble diversidad de Granada es esta ruta que arrancará de la famosa Costa Tropical granadina, en uno de sus núcleos de población más importantes, para ir ascendiendo por algunas de las montañas más imponentes de la Península. Sierra Nevada despliega sus formas inmensas, salpicada de vestigios nazaríes y pueblos blancos en las laderas lejanas de la Alpujarra. Por estos andurriales veremos algunas de las mayores alturas de la Vuelta, como el Puerto de El Purche o el Alto de Hazallanas, nombres que imponen respeto, antes de regresar a la siempre bella capital.

Etapa Ourense – Manzaneda

Manzaneda.
Manzaneda. | Shutterstock

El paso de los ciclistas por Ourense mostrará varios de los tesoros de esta provincia, comenzando por el paisaje excelso de la Ribeira Sacra, allí donde el río Sil serpentea entre unos montes cargados de misticismo. En esta zona fascinante aguarda también el Castillo de Castro Caldelas, enhiesto sobre los tejados de pizarra de la localidad. El final de etapa se ubicará a 1500 metros, en la estación de montaña de otro de los pueblos más bonitos de Ourense, Manzaneda, la única estación de esquí de toda Galicia.

Etapa Villafranca del Bierzo – Villablino

Alrededores de Villafranca del Bierzo.
Alrededores de Villafranca del Bierzo. | Shutterstock

El Bierzo es de esas comarcas llenas de resonancias. Su emplazamiento entre el ámbito gallego y el leonés hace de ella una tierra única, reconocible además por el gigantesco caldero orográfico de su fisonomía. Villafranca, con su Puerta del Perdón, es un hito importante en el Camino de Santiago, pero en esta etapa ciclista la suceden otros puntos tan notables como Ponferrada o Bembibre, antes de asomarse a la Puerta de Asturias que es Cangas del Narcea. El verde intenso acompaña hasta llegar a Villablino, donde el Valle de Laciana añade una hermosura arrebatadora y una reserva de la biosfera de enorme valor.

Etapa Luanco – Lagos de Covadonga

Lagos de Covadonga.
Lagos de Covadonga. | Shutterstock

Asturias luce siempre espectacular desde el aire, y esta etapa exhibe buena parte de sus encantos. Desde el litoral envidiable del Principado, en Luanco, pasando por Gijón y Villaviciosa hasta adentrarse en el corazón de esta tierra. Cangas de Onís, la primitiva capital asturiana, es la puerta de entrada a la entraña montañosa de la comunidad, y el resto del itinerario es un delicioso ascenso hasta los míticos Lagos de Covadonga, la maravilla de agua, roca y pastizal que puede eclipsar fácilmente a los sufridos ciclistas.

Etapa Vitoria – Parque Natural de Izki

Vistas desde la montaña de San Tirso, Álava.
Vistas desde la montaña de San Tirso, Álava. | Shutterstock

Encontramos más verde seductor en el avance de la Vuelta por el norte. A su paso por Álava, el torneo tiene uno de sus hitos paisajísticos en el Parque Natural de Izki, una majestuosa altiplanicie con un solo núcleo habitado, y en la que sin embargo hay elevaciones de más de mil metros. El parque se encuadra en la llamada Cuadrilla de la Montaña Alavesa, y es uno de los parajes mejor conservados de todo el País Vasco, con extensos melojares y accidentes del terreno tan sugerentes como los Montes de Bernedo, que semejan olvidadas fortalezas.

Etapa Logroño – Alto de Moncalvillo

Santo Domingo de la Calzada es parte del Camino de Santiago.
Santo Domingo de la Calzada es parte del Camino de Santiago. | Shutterstock

El paisaje riojano enseguida evoca la imagen de viñedos que se extienden hasta la lejanía en medio de armoniosas ondulaciones del relieve. A su paso por La Rioja, la Vuelta visitará villas de renombre como Haro, Ezcaray o Santo Domingo de la Calzada, esta última en pleno Camino de Santiago, para acabar con una incursión en el monte. El Alto de Moncalvillo es uno de los fantásticos miradores del espacio natural de La Hermedaña, una atractiva zona boscosa que, además de ciclistas, atrae a entusiastas del senderismo por ser un pulmón verde a escasos kilómetros de Logroño.

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