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La preciosa iglesia conocida como la ‘Petra española’

La Petra española

Gumiel de Izán es uno de esos pueblos pequeños con un pasado esplendoroso, pero inmerecidamente caído en el olvido. De aquel pasado conserva algunas construcciones monumentales. Sin embargo, no parecían suficientes para convertirse en parada en ese camino siempre transitado que es la Nacional I. Hasta que alguien hizo una llamativa comparación y Gumiel de Izán volvió a destacar en el mapa de la provincia de Burgos. Aquí se esconde la ‘Petra española’.

La ‘Petra española’, una joya del Barroco burgalés

La ‘Petra española’
La ‘Petra española’. | Shutterstock

La imagen más icónica, y la que primero ve el viajero cuando se aproxima a Petra, es la de una majestuosa fachada tallada en la roca. El Tesoro, que así se llama ese monumento funerario, es la gran maravilla de la antigua capital nabatea. La joya de Gumiel de Izán es su iglesia parroquial que, salvando las distancias, ofrece uno de esos parecidos razonables con lugares lejanos que a veces nos permiten viajar por el mundo sin salir de España.

La Iglesia de Santa María se levantó entre los siglos XIV y XVII, en una época en la que esta era una villa de relevancia que incluso estaba completamente amurallada por su posición estratégica. El templo se construyó sobre otro más antiguo y fueron los maestros Bartolomé de Herrera y Pedro Díaz de Palacios los responsables de esa magnífica portada barroca que a muchos les hace viajar con la imaginación a tierras jordanas.

Fachada de la iglesia
Fachada de la iglesia. | Shutterstock

Estamos ante una obra maestra que lo es no solo por sus dimensiones, no muy inferiores a las de ese tesoro que se alza a miles de kilómetros. Lo es también por la exquisitez de su diseño, por la belleza de sus formas y por la delicadeza de cada uno de los tres niveles dan forma a una portada con forma de retablo pétreo.

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En el cuerpo inferior, la puerta adintelada culmina en un frontón, mientras que columnas corintias enmarcan las figuras de los cuatro evangelistas. El cuerpo central alberga un relieve de la Asunción de la Virgen y en el superior se representa su coronación. Un remate en el que se aprecian las llaves y la tiara papal corona una fachada que es una de las más bellas representaciones del estilo barroco burgalés.

Bella por fuera y también por dentro

Nave central de la Iglesia de Santa María
Nave central de la Iglesia de Santa María. | Wikimedia

Esa portada, ensalzada por una magnífica escalinata también barroca, merece una mirada tranquila para deleitarse con cada uno de sus detalles. Pero hay que atravesarla para descubrir un templo de tres naves que esconde otros tesoros, como un refinado retablo mayor de principios del siglo XVI. Tallado en madera policromada y dorada, sus bellos relieves narran escenas de la vida de Jesús y de la Virgen María.

En los ábsides laterales destacan dos retablos idénticos dedicados a San Pedro y Santiago, obra de Juan de Arteaga, discípulo de Juan de Juni. Y, entre las capillas laterales, mención especial merece la de la Virgen del Rosario, en la que se exponen una antiquísima pila bautismal y capiteles románicos del ya desaparecido Monasterio de San Pedro.

Qué más ver en Gumiel de Izán

Gumiel de Izán
Gumiel de Izán. | Shutterstock

Merece la pena desviarse del camino, o incluso planear escapadas desde Burgos o desde Madrid a propósito solo para admirar la Iglesia de Santa María de Gumiel de Izán. Pero la visita no debe quedar ahí, porque hablamos de un pueblo que, a pesar de tener apenas 500 habitantes, guarda un buen número de rincones excepcionales. De hecho, su viejo trazado urbano es Conjunto Histórico Artístico.

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Son sus calles y edificaciones las que nos recuerdan los tiempos de gloria de Gumiel de Izán, mucho antes incluso de que se alzara esa iglesia parroquial que hoy atrae todas las miradas. Ya en 1326 adquirió el título de villa realenga y a lo largo de los siglos posteriores pasó a formar parte de diferentes señoríos, sin olvidar la presencia de la Orden de Calatrava en estas tierras.

De aquella muralla que rodeaba la villa y del castillo apenas quedan algunos restos, solo la planta de la fortaleza, una de las puertas de acceso al recinto amurallado y un pequeño fragmento de su muro. Pero conserva otros muchos testigos de su historia. Los puentes de San Pedro y de San Antonio recuerdan que en tiempos romanos por aquí pasaba la vía que conectaba las ciudades de Tarraco con Asturica Augusta, es decir, Tarragona y Astorga.

Arco de los Mesones en Gumiel de Izán
Arco de los Mesones en Gumiel de Izán. | Wikimedia

De su patrimonio religioso destacan la Ermita de la Virgen del Río y, especialmente, la de San Roque. Es en esta última donde se aprecia la mano de Juan de Arteaga, el mismo artista que realizó el retablo de la Iglesia de Santa María. Y volvemos a ella, pero no para fijarnos en su portada, sino en esa Plaza Mayor que preside y en la que se ha conservado ese estilo arquitectónico tan típico como es el de soportales y entramados de madera.

Dos pequeñas curiosidades. La primera, que en una de esas casas vivió durante un tiempo Santo Domingo de Guzmán, fundador de la orden de los dominicos y patrón de la provincia de Burgos. Aunque nació en la cercana Caleruega, pasó parte de su niñez y adolescencia en esta localidad, bajo el cuidado y enseñanzas de su tío, entonces arcipreste. La segunda curiosidad se esconde bajo esas casas otras muchas del pueblo, no es otra cosa que bodegas y lagares.

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Gumiel de Izán y la tradición vitivinícola

Bodegas Portia
Bodegas Portia. | Shutterstock

Gumiel de Izán ha sido un gran desconocido hasta que alguien hizo esa singular comparación entre su iglesia y el Tesoro de Petra. Pero no lo era para los amantes de los buenos vinos. La localidad se halla en territorio de la Denominación de Origen Ribera de Duero y tiene una larga tradición vitivinícola.

Pero más allá de esas pequeñas bodegas que horadan su subsuelo, hay una muy especial que destaca por la calidad de sus caldos y también por su arquitectura. Se encuentra casi a las puertas del pueblo y es otro de sus edificios singulares, aunque notablemente más moderno que cualquiera de los que hemos mencionado. Son las Bodegas Portia, diseñadas por el arquitecto Norman Foster. En ellas la protagonista no es la piedra, como en los monumentos y callejuelas de Gumiel de Izán, sino el hormigón, el vidrio y el acero. Es arquitectura de vanguardia en un pequeño pueblo de aires medievales.