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Los pueblos más bonitos de Burgos

Los pueblos más bonitos de Burgos

Burgos es una provincia es la que hay mucho por ver, pues tiene una gran riqueza patrimonial, como demuestran algunos de sus pueblos más bonitos. Otros son sencillamente bellos por el paisaje en el que se encuentran o por la arquitectura propia de la zona. He aquí una lista de algunos de sus rincones más destacados, dejando claro desde el principio que cuando uno toma la carretera en esta provincia se encontrará muchos otros pueblos que no esperaba ver.

Los pueblos más bonitos de Burgos, una provincia fascinante

Orbaneja del Castillo

Orbaneja del Castillo
Orbaneja del Castillo. | Shutterstock

Si por algo es conocido Orbaneja del Castillo es por ser un pueblo atravesado por una espectacular cascada de 25 metros de altura que discurre en forma de escalera. Después de la cascada, antes de concluir el Ebro, el agua ha formado pozas de un singular azul turquesa. Sus poco más de 50 habitantes son unos auténticos privilegiados, sobre todo después de conocer su encantador casco histórico. Entre las paredes del cañón del río Ebro, este Conjunto Histórico destaca por sus casas de estilo montañés y sus calles estrechas.

Frías

 

Frías
Frías. | Shutterstock

Frías es, sin dudarlo, uno de los pueblos más bonitos de Burgos. A orillas del Ebro y entre tierras de Las Merindades se encuentra este conjunto monumental caracterizado por su trazado medieval. El pueblo está coronado por el castillo de los Velasco y la iglesia de San Vicente, dominando este Conjunto Histórico-Artístico. Las casas también son de lo más peculiares, pues algunas se adosan entre sí y otras cuelgan de la roca. Para completar la estampa, una muralla rodea parcialmente el conjunto urbano, donde se conservan dos de las antiguas tres puertas, la puerta de Medina y la puerta del Postigo.

Sasamón

Sasamón
Sasamón. | Shutterstock

Con casi mil habitantes, es uno de los grandes desconocidos de Burgos, sobre todo en lo que respecta a su rico patrimonio. Situado en la comarca de Odra-Pisuerga, su origen es de lo más curioso. Conocida por Segisamone y Segisama, “la más fuerte”, en época de los turmos o turmódigos, más tarde en este lugar se asentó una legión romana al mando de Octavio Augusto. En cuanto a arquitectura civil, destacan dos puentes romanos, el arco de entrada a la villa y muralla, la plaza mayor con la casa consistorial… También llama la atención la iglesia de Santa María la Real, que data de los siglos XII-XIII y presenta un estilo gótico.

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Covarrubias

Covarrubias
Covarrubias. | Shutterstock

Las calles, monumentos, casas y entorno natural en el que se encuentra Covarrubias la han convertido en Conjunto Histórico-Artístico. Con esencias que datan de los celtíberos, romanos, visigodos, el medievo y el barroco, Covarrubias, en la comarca de Arlanza, es uno de los pueblos más bonitos de Burgos y también de los más interesantes. Entre su patrimonio monumental sobresale el torreón de Fernán González, pues se conoce por ser la primera construcción defensiva castellana, ya que data del siglo X. En su interior se encuentra una espléndida exposición de armas de asedio de la Edad Media. Por si esto no fuera suficiente, en el casco histórico de Covarrubias conviven siete monumentos catalogados como Bien de Interés Cultural. Por ejemplo, el Torreón de Doña Urraca, del siglo X, o la ex-colegiata de San Cosme y San Damián de Covarrubias, entre otros.

Lerma

Lerma
Lerma. | Shutterstock

A solo dos horas en coche de Madrid se encuentra Lerma, por eso es uno de los destinos más populares entre los madrileños para una mini-escapada. Conocido por sus buenos asadores, en Lerma hay también mucho que ver. Su casco histórico está situado sobre las laderas de una colina y a día de hoy mantiene espacios del antiguo recinto medieval. Por ejemplo, la plaza de la villa o el arco de la Cárcel. Destacar además el edificio del que antes era el palacio Ducal, actualmente parador. Fue construido en 1617 en estilo herreriano. Importantes son también el convento de San Blas, de 1627, y la colegiata de San Pedro, con su bonita planta de tres naves.

Oña

Monasterio de San Salvador de Oña
Monasterio de San Salvador de Oña. | Shutterstock

Sobre el meandro del río Oca se sitúa Oña. Aún conserva algunas de sus murallas y de sus puertas. No obstante, su espectacularidad está asociada al Real Monasterio de San Salvador de Oña. Una edificación en piedra que cuenta con una iglesia de origen medieval. Aquí es común el estilo gótico burgalés, aunque todavía se encuentran elementos de la construcción románica original. Dentro del monasterio descansa el panteón de los últimos condes de Castilla. Además del Real Monasterio de Oña, se recomienda pasear por la parte antigua del pueblo, cuyo origen se remonta al medievo. Para los amantes del arte románico, visitar la iglesia parroquial de San Juan.

Mahamud

Mahamud
Mahamud. | Shutterstock

Mahamud es parte del partido judicial de Lerma y está asentado en la comarca de Arlanza. Con tan solo poco más de 100 habitantes, es uno de los pueblos más curiosos de Burgos. Su historia comenzó en el siglo X, cuando algunos mozárabes se dispusieron en la zona dando nombre a la población. Paseando por Mahamud se llega hasta la iglesia parroquial de San Miguel, que data de los siglos XV y XVI, combinando los estilos gótico tardío y el renacentista. Dentro del templo se esconden obras como la pila bautismal románica del XIII y el retablo mayor. El Rollo de la plaza mayor, con sus cinco metros de altura, sitúa el lugar en el que tenían lugar los ajusticiamientos públicos.

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Santo Domingo de Silos

Santo Domingo de Silos
Santo Domingo de Silos. | Shutterstock

En cuanto al turismo se refiere, Santo Domingo de Silos forma con las localidades vecinas de Covarrubias y Lerma el denominado “Triángulo del Arlanza”. Aquí es famoso el monasterio de Santo Domingo de Silos, del que algunos investigadores apuntan que está ligado a la historia del Cid Campeador, pues junto con su esposa donaron algunas de sus pertenencias al monasterio. Actualmente, Santo Domingo de Silos forma parte del Camino del Cid. Además del monasterio benedictino, también hay que ver el desfiladero de la Yecla así como la iglesia de Santo Domingo de Silos, construida sobre otra más antigua de la que conserva un museo medieval en el que se halla el cáliz de Santo Domingo, del siglo XI.

Peñaranda de Duero

Peñaranda de Duero
Peñaranda de Duero. | Shutterstock

Al sur de la provincia se encuentra otro de los pueblos más bonitos de Burgos, Peñaranda de Duero. El conjunto, declarado Monumento Histórico Artístico, está formado por el pueblo, el castillo y el palacio de Avellaneda. El casco urbano con restos de la antigua muralla es uno de los puntos más interesantes de Peñaranda de Duero. No obstante, si por algo es conocido es por el palacio, uno de las mansiones nobiliarias más célebres de la arquitectura renacentista en España. Por su parte, el castillo de Peñaranda se erige sobre lo alto de una peña, dominando de esta manera el horizonte. En el pueblo también hay que ver el convento de San José, la iglesia excolegial de Santa Ana y la botica de los Jimeno, donde se atesora una botica tradicional del siglo XII.

Puentedey

Puentedey
Puentedey. | Shutterstock

En la comarca de Las Merindades se encuentra uno de los pueblos más desconocidos de esta selección: Puentedey. El puente es uno de los enclaves más llamativos del pueblo, sobre todo por la historia que tiene. Realmente se trata de un puente natural, creado por el incansable paso del río Nela, que a lo largo de millones de años ha excavado en la roca un arco natural, continuando su camino hacia el Ebro. Los primeros pobladores atribuyeron esta obra natural a Dios, denominándolo Puente Dei, es decir, puente de Dios. Además de esta maravilla natural, en Puentedey destaca el palacio de los Brizuela y la iglesia de San Pelayo, que combina estilos muy dispares como el gótico y el románico. En la portada se puede observar una tosca imagen de San Jorge combatiendo a un dragón. En los alrededores no hay que perderse el impresionante complejo kárstico de Ojo Guareña.

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Castrojeriz

 

Castrojeriz
Castrojeriz. | Shutterstock

Castrojeriz es una parada significativa del Camino de Santiago, pues cruza el pueblo longitudinalmente durante más de 1500 metros, siendo la travesía más larga de esta ruta jacobea. Catalogada como Bien de Interés Cultural, Castrojeriz llama la atención por la riqueza de su patrimonio. Los restos del castillo de Castrojeriz coronan el paisaje dotándolo de especial carácter. A sus pies, la imponente iglesia de Nuestra Señora del Manzano, que comenzó a construirse en 1214. Otro templo que ver en Castrojeriz es la iglesia de San Juan con espacios sobresaliente como su claustro del XVI. Imperdibles son las ruinas del convento de San Antón, a las afueras del pueblo. Del convento queda en pie el arco que daba forma a un túnel por el que los peregrinos entraban y salían.

Gumiel de Izán

Gumiel de Izán
Gumiel de Izán. | Shutterstock

En la comarca de la Ribera del Duero se halla también Gumiel de Izán. Catalogada como Conjunto Histórico Artístico, conserva vestigios de su fortaleza medieval así como parte de la muralla que rodeaba el pueblo. El arco de los Mesones es una de las cinco puertas por las que se entraba a Gumiel de Izán, reformada en 1786. Pasear por sus calles empedradas, mientras se observan las casonas de piedra con sus escudos heráldicos, es toda una delicia. Entre sus atractivos, uno muy significativo es la iglesia de Santa María de la Asunción, situada en la plaza mayor. Bien de Interés Cultural, está construida sobre una anterior de la que se mantiene una puerta. Aunque este templo es de estilo gótico, las escalinatas y la fachada son barrocas. Alrededor del núcleo urbano existen varias ermitas de interés. Estos son algunos de los pueblos más bonitos de Burgos.