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El olivo de Gorga, una casa-árbol bimilenaria

Olivo de Gorga

El pequeño pueblo de Gorga se constituye como punto de unión. Punto de unión entre los valles de Seta y Travadell. Punto de unión entre las sierras de Alfaro y de Serrella. Es el río Gorga, con el mismo nombre, el que a su vez conecta al pueblo con el valle Travadell. Allí, en ese valle, reflejo del más puro paisaje Mediterráneo, hay un olivar. Nada extraordinario en realidad, teniendo en cuenta la de olivos que se extienden por las tierras de Alicante. Sin embargo, entre estos ejemplares sí hay uno insólito y singular. Se trata del conocido como olivo bimilenario de Gorga.

Un poco de historia de un árbol que sirvió de vivienda

Bimilenario. Ese es el primer apellido de este extraordinario árbol. Esa palabra ya lo dice todo. Más de 2.000 años lleva en pie este árbol. Más de 2.000 años en los que ha visto cambiar esta tierra de unas civilizaciones a otras, de unos vecinos a otros. Más de 2.000 años en los la orografía del valle ha sido modificada por naturaleza y ser humano. Pero el olivo de Gorga ha sobrevivido a todo, incluso a su propia transformación.

A principios del siglo XX esta planta bimilenaria fue ocupada por una familia. Después de ampliar las estancias añadiendo una pequeña cabaña al tronco, los inquilinos excavaron también una puerta y varias ventanas en el interior del olivo. Vivieron allí durante años, como prueban algunas fotografías de la época. Todas estas peculiaridades hicieron que el viejo árbol fuera premiado en el año 2010 con el premio al mejor olivo monumental de España.

Las claves del olivo de Gorga

Aunque este árbol no destaque por sus dimensiones, tampoco hay que desdeñarlas, pues éstas son de nada menos que 13 metros de diámetro y siete de altura, lo que no está nada mal. De hecho, su propietario, Juan Ferrandiz Soriano, señalaba que en su interior cabían hasta 15 personas sentadas. Porque, así es, este peculiar olivo también dispone de bancos en sus entrañas, entrañas que están abiertas al público. Las ventanas tampoco faltan, oquedades a través de las cuales contemplar el paisaje del valle Travadell, donde se ubica.

Olivo de Gorga
Olivo bimilenario de Gorga iluminado por dentro. | Jesús Alenda

A pesar del uso que se le ha dado y de la cantidad de años pasados, el olivo de Gorga sigue, sorprendentemente, en funcionamiento. Es decir, ¡aún produce unos 200 kilos de aceitunas al año! Pero, además de fabricante de aceitunas, el árbol bimilenario sirve como refugio de tormenta a los pastores.

Rincones cercanos al olivo de Gorga

Lo primero y más cercano al olivo es el pequeño pueblo del que forma parte: Gorga. Situado en un terreno compuesto de barrancos, fallas y depresiones, las rutas son, sin duda, el mejor plan que hacer aquí. Una de ellas podría ser la que asciende hasta el pico de Pla de la Casa. Coronando la sierra Serrella, esta cumbre alcanza los 1.379 metros de altura y ofrece unas vistas espectaculares del entorno. Aunque este es tan solo uno de los muchos senderos que se pueden recorrer en el valle de la Seta. Un poco más lejos, internándose en la sierra de Alfaro, está la ruta del barranco de Malafí, también célebre en la zona.

Asimismo, en el valle de Travadell, donde se asienta el olivo, hay más planes que hacer. Travadell viene del nombre de un castillo situado en el municipio de Millena, a tan solo 20 minutos andando del viejo olivo. Se trata de una fortaleza en ruinas situada en la superficie de un escarpado cerro. En este terreno la historia dejó vestigios tanto de la Edad de Bronce como de la Edad Media. En este último periodo es cuando se construyó el castillo y cuando parece que más uso se le dio. ¿Qué hacer entonces después de ver el curioso olivo de Gorga? En resumen: rutas en un enclave rodeado de sierras, pueblos mediterráneos y castillos.

Camino en la sierra Serrella
Sendero en la sierra Serrella. | Shutterstock

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Las peculiaridades del olivo de Gorga, acompañadas de una bonita ruta, o de un ascenso al pico Pla de la Casa para los más atrevidos, hacen de esta excursión un plan especial, diferente… ¿Cuántas veces se puede visitar una casa-árbol de 2.000 años? No muchas, desde luego.