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La presa del Pradillo, el cielo en un estanque

Presa del Pradillo

“Pasé mucho tiempo en esta ciudad buscando el cielo en los charcos”. Esta frase del grupo de música Dorian es quizás la mejor descripción que puede hacerse de la Presa del Pradillo, un embalse a las afueras de Rascafría. Las inmóviles aguas de este Rincón del Finde reflejan las nubes del cielo, el color de los árboles y las cumbres de las montañas de la sierra de Guadarrama. Como si de un espejo se tratara, la imagen que proporciona este pequeño rincón de la Comunidad de Madrid seguramente deje al viajero sin palabras. Una postal de la que los urbanitas podrían llegar a pensar que es imposible que quede tan cerca de la capital.

Salto de agua de la presa del Pradillo
Salto de agua de la presa del Pradillo. | Shutterstock

Un poco de historia de la presa del Pradillo

Este rincón, propio de una escena romántica de una película de la Edad Media, se sitúa a unos pocos kilómetros del pueblo de Rascafría, al noroeste de la Comunidad de Madrid. Concretamente, en el valle del Lozoya, dentro de la sierra de Guadarrama y del parque natural de Peñalara. Allí queda un rinconcito conocido como La Isla, un parking junto a un par de restaurantes y muy, muy cerca, la mencionada presa.

La presa del Pradillo se construyó en los años 40 con la intención de servir como fuente de electricidad al pueblo de Rascafría. En la actualidad  retiene las aguas del arroyo de la Angostura, procedentes a su vez de otros muchos arroyos. Una de las fuentes de estas gélidas aguas es la laguna de los Pájaros, meta de una de las famosas rutas de Peñalara. Una vez pasado el embalse, cuyas aguas provocan un salto que cae a un piso inferior formando una serie de cascadas, el curso fluvial se abastece de otros dos riachuelos, el Umbría y Aguilón. En la unión de todos estos arroyos es donde empieza oficialmente el río Lozoya, principal abastecedor del agua potable de la provincia madrileña.

Sendero en los alrededores de la presa del Pradillo
Sendero en los alrededores de la presa del Pradillo. | EG

Las claves de la presa del Pradillo

Para llegar a la presa del Pradillo hay dos formas. La primera y más sencilla es dejar el coche en el parking La Isla. Desde allí el camino a la presa es fácil y rápido. Poco más de medio kilómetro separa al parking del enclave al que se puede acceder por las dos orillas. En el lado derecho, sin cruzar el puente, se obtendrán unas estupendas vistas del salto de agua. Mientras tanto, un poco más arriba, el embalse y el pinar darán la panorámica. Por contra, en el lado izquierdo, al cual se accede atravesando un pequeño puente desde el parking, las vistas de las cascadas no son tan buenas, pero las de la presa son indescriptibles. Lo mejor es obtener la imagen desde ambos frentes.

En la misma presa del Pradillo, en su lado derecho, se encuentra la ruta del puente de la Angostura, un camino que puede alargarse entre 6 y 11 kilómetros (dependiendo de si se elige la opción corta o larga) y que termina en el mismo punto de inicio. En ambos casos se trata de un sendero fácil que discurre a lo largo de un bosque de pinos salpicado de otras especies, como los robles. Las balizas de la R.V.1, coloreadas de amarillo y verde, indican el camino.

Presa del Pradillo
Presa del Pradillo en otoño. | EG

El único inconveniente de la presa del Pradillo es que el aparcamiento se llena enseguida, ya que, además de ser pequeño, los restaurantes guardan plazas para sus clientes. En este caso, la opción a tomar es que el embalse sea la meta de la ruta y no el punto de inicio. Es decir, que se puede llegar a este Rincón del Finde dejando el coche en la zona del monasterio de El Paular o en la misma Rascafría. En este caso la ruta se puede extender hasta unos 14 kilómetros entre ida y vuelta.

Rincones cercanos a la presa del Pradillo

Aunque la presa del Pradillo es un lugar de inconmensurable belleza, no lo son menos los enclaves aledaños. En Rascafría la atracción turística por excelencia es el monasterio de El Paular, declarado Bien de Interés Cultural y considerado un Monumento Histórico Artístico Nacional. Enfrente de este edificio se sitúa el puente del Perdón, cuya historia es bien curiosa. Los reos podían pedir aquí perdón. Si la clemencia les era concedida podían volver a sus casas sanos y salvos. Si no, los alguaciles les conducían hasta la Casa de la Horca, donde eran ejecutados.

El Paular
Monasterio de El Paular. | EG

En la misma zona donde está el monasterio de El Paular se extiende otro hermoso paraje natural, al otro lado del puente del Perdón. Se trata de un bosque de cuento conocido como el bosque Finlandés. Aquí, un amplio sendero se extiende entre altos árboles, entre los que moran los abedules, los chopos, los acebos y los tejos. En su interior, la joya de la corona: un pequeño embarcadero que da a un estanque y que es la imagen que pone rostro al mencionado bosquecillo.

Pero si hay algo que hacer en los alrededores de la presa del Pradillo son rutas. La del Purgatorio es la más célebre y sale del mismo punto que el camino hacia el bosque Finlandés, desde el monasterio de El Paular. El sendero, entre ida y vuelta, es de 14 kilómetros y no presenta gran dificultad. Más rutas hay en la zona de Peñalara, donde se puede subir hasta su cima o ir hasta la laguna Grande o laguna de los Pájaros. Sea cual sea la opción, la guinda al pastel la pone una última parada en el pueblo de Rascafría para reponer fuerzas.

Embarcadero en el bosque del Finlandés
Embarcadero en el bosque del Finlandés. | EG

Por ser un enclave natural de extraordinaria belleza, por eso es nuestro Rincón del Finde

La presa del Pradillo es un rincón perfecto para descubrir en las cercanías de la capital. Sea cual sea la estación, la imagen que presenta es de esas que se quedan fijadas en la retina. En invierno la nieve cubre la estampa de blanco y las cascadas y el estanque llegan, a veces, a congelarse. En primavera el verde rodea al embalse y las flores se convierten en compañeras de viaje. Cuando llega el verano los bosques visten de sombra los senderos y hacen más amable el camino. Y en otoño… En otoño la presa atrapa los tonos ocres de la estación con toda su fuerza. El viajero salió a buscar el cielo en los charcos y lo encontró en la presa del Pradillo.