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9 escapadas a menos de dos horas de Valencia

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Valencia es una ciudad de un atractivo indiscutible. Su historia, sus monumentos, su variada oferta cultural y de ocio y sus playas prometen al visitante una estancia inolvidable. Pero alejándose algunos kilómetros de ella se descubren rincones fascinantes que también merece la pena descubrir y disfrutar. Estas son escapadas a menos de dos horas de Valencia realmente inolvidables.

Propuestas de viaje sin salir de la Comunidad Valenciana

Peñíscola (Castellón), haciendo parada en Sagunto y La Vall d’Uixó

Peñíscola
Peñíscola. | Shutterstock

El castillo templario donde el empecinado Papa Luna se mantuvo en sus 13 dispuesto a no renunciar al papado se eleva dominando el paisaje. La que fuera sede pontificia no es lo único que hay que ver en Peñíscola. El viejo casco urbano está formado por un laberinto de callejuelas estrechas y casas encaladas. Rodeándolo se conserva la vieja muralla con tres magníficos portales de entrada y, en lo más alto, la iglesia de Santa María.

Llegar a Peñíscola desde Valencia supone una hora y media de viaje. En el camino, dos paradas interesantes. La primera, Sagunto, donde es posible sumergirse en su pasado romano visitando su teatro del siglo I y su interesante Museo Arqueológico. Tampoco hay que perderse su castillo de origen árabe.

La segunda parada, ya en la provincia de Castellón, es en La Vall d’Uixó para visitar la cueva de San José. Es un tesoro en las entrañas de la tierra que esconde el ría navegable más largo de Europa.

Fanzara (Castellón)

Mural Fanzara
Fanzara. | Flickr

Fanzara es una de las escapadas a menos de dos horas de Valencia más pintorescas. Y lo es por su pasado más reciente. A poco más de una hora de la ciudad del Turia, Fanzara es el ejemplo de cómo el arte puede cerrar heridas y hacer resurgir un pueblo condenado a ser uno más de la España vaciada. No hace falta remontarse muy atrás en el tiempo. Hace unos años, el proyecto de construcción de un vertedero dividió a sus habitantes. Lo que para unos era una oportunidad de desarrollo, en otros provocó un profundo rechazo.

La buena vecindad perdida se recuperó gracias al arte urbano y a un experimento que salió bien. Hoy sus fachadas, sus muros y rincones dan forma al Museo Inacabado de Arte Urbano (MIAU), formado por decenas de murales de extraordinaria calidad. Fanzara tiene ahora su hueco en el mapa turístico de la Comunidad Valenciana y una inesperada fuente de ingresos. Por cierto, aquel vertedero de la discordia nunca llegó a construirse.

Chulilla (Valencia)

Chulilla
Chulilla. | Foto: chulilla.es

Un viaje de apenas una hora desde Valencia lleva a uno de esos lugares que buscan con ansias los amantes del senderismo y la escalada. El de Chulilla es un entorno tan abrupto y escarpado como hermoso. Aquí el río Turia ha moldeado un profundo cañón que se puede atravesar gracias a puentes colgantes. Seguir los senderos habilitados es sumergirse en un paisaje casi virgen de agua y roca. La recompensa al esfuerzo es la visión del Charco Azul, una poza de aguas turquesas rodeada de imponentes paredes rocosas.

Esa poza la construyeron los árabes para regar las huertas. Este mismo pueblo también construyó la fortaleza que aún se alza en la parte alta del pueblo, un pueblo en el que hay que recorrer su entramado urbano de aires medievales y visitar su iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles. Y, alejándose de nuevo del casco urbano, otro gran tesoro: las pinturas rupestres del barranco de Vallfiguera, incluidas en la lista del Patrimonio de la Humanidad.

Guadalest y la Fuentes del Algar (Alicante)

Castell de Guadalest
Castell de Guadalest. | Shutterstock

A algo menos de dos horas de Valencia, Guadalest es de esos pueblos que sorprenden de mil maneras diferentes. Lo hace por su emplazamiento, en lo alto de una escarpada roca, con las montañas rodeándolo y un embalse a sus pies. También por sus dos castillos o sus ocho museos, entre ellos alguno tan curioso como en de Saleros y Pimenteros o el de Microminiaturas. Pero la lista de atractivos continúa: la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, la Casa Orduña, el túnel excavado en la roca que une el barrio alto con el bajo, su gastronomía…

Y solo a 15 kilómetros se encuentran las Fuentes del Algar. Un conjunto de cascadas caen entre las rocas y van formando a sus pies piscinas naturales de aguas cristalinas y también algo frías. Forman un escenario casi hipnótico donde relajarse en invierno y darse un chapuzón en verano.

Parque Natural Sierra Mariola (Alicante y Valencia) y Bocairent (Valencia)

sierra mariola
Parque Natural Sierra Mariola. | Shutterstock

En hora y media de camino se llega desde Valencia a la Sierra de Mariola. Sus 16 000 hectáreas esconden una enorme riqueza paisajística, vegetal y faunística. Es un auténtico tesoro para los amantes de los recorridos al aire libre. Su red de senderos invita a perderse en ellos y olvidarse del tiempo mientras en el camino se descubren manantiales y antiguas cavas para almacenar nieve. Así se alcanzan rincones idílicos, como el nacimiento del Vinalopó, en el que se suceden pequeñas pozas y cascadas.

Y a los pies de Sierra Mariola, la localidad de Bocairent, otra de las habituales en los listados de pueblos más bonitos de la Comunidad Valenciana. La suya es una postal de casas apiladas que ascienden por un peñasco de callejuelas estrechas y de fachadas de aires medievales. Y, ocultas a las miradas, sus cuevas. No hay que perderse las Covetes dels Moros ni su monasterio subterráneo, totalmente excavado en la roca.

Elche y Alicante (Alicante)

Castillo de Elche
Castillo de Elche junto al palmeral. | Shutterstock

La ciudad de la dama más famosa de España puede presumir de tener dos bienes incluidos en el Patrimonio de la Humanidad. Por un lado, el Misterio de Elche, un drama musical religioso que se celebra desde el siglo XV. Por otro, su magnífico palmeral, herencia de la época de dominación árabe. Antaño las palmeras eran claves para el desarrollo de la agricultura intensiva, hoy forman un auténtico oasis perfectamente integrado con el entorno, aunque amenazado por el cambio climático y las plagas.

Pero paseando por Elche se descubren otros lugares de enorme interés, como la basílica de Santa María, el Palacio de Altamira o el Ayuntamiento. Un poco más alejado está el Yacimiento de l’Alcudia. Fue aquí donde se encontró a la Dama de Elche, que hoy se expone en el Museo Arqueológico de Madrid.

Por el camino más corto son 174 kilómetros los que separan Elche de Valencia, 1 hora y 45 minutos aproximadamente. A la vuelta, merece la pena tomar el camino más largo, apenas un cuarto de hora más, y hacer parada para conocer la ciudad de Alicante, visitar el castillo de Santa Bárbara y dar un paseo calmado por la Explanada de España y el casco antiguo.

Escapadas a menos de dos horas de Valencia adentrándose en otras comunidades

Hay escapadas a menos de dos horas de Valencia que llevan a comunidades autónomas vecinas. Escapadas rurales que permiten descubrir espacios naturales asombrosos y algunos de los que se encuentran entre los pueblos más bonitos de España.

Alcalá del Júcar (Albacete)

Alcalá del Júcar
Alcalá del Júcar. | Shutterstock

Situado a 1 hora 40 minutos de Valencia, las casas de este pueblo se encaraman a una ladera rocosa que muere en un meandro del río Júcar. Desde su orilla, la imagen que se tiene es la de un pueblo de fachadas blancas y calles empinadas que se elevan hacia un castillo de origen árabe. Es hermoso lo que se ofrece a la vista y singular lo que no se ve, puesto que tras muchas de esas fachadas lo que se oculta no son construcciones, sino cuevas.

El caso urbano de Alcalá del Júcar ofrece un paseo tan agradable como a veces cansado. Sin embargo, merece la pena ascender por sus callejuelas, desde el puente sobre el río hasta la fortaleza cuyos orígenes nos llevan al siglo XII. Y, en el camino, una parada para admirar la iglesia de San Andrés o entrar a alguna de las cuevas que están abiertas al público.

Alarcón y las hoces del río Cabriel (Cuenca)

Hoces del río de Cabriel
Aguas turquesa en las hoces del río de Cabriel | Shutterstock

Alarcón es una pequeña localidad que se asoma también al río Júcar. Su castillo, que conserva una imponente torre del homenaje, domina un paisaje de hoces y barrancos de enorme belleza. Pero no solo hay que detenerse en la fortaleza para admirar su arquitectura y el paisaje que la rodea. También hay que hacerlo para conocer su historia, ya que en él vivió el infante Don Juan Manuel y entre sus muros escribió algunas de sus obras.

Ya fuera de los dominios de la fortaleza, es imprescindible callejear por el pueblo, que aún conserva su trazado medieval. El casco urbano es pequeño, pero está salpicado de pequeñas joyas como la plaza que lleva el nombre de Don Juan Manuel, la Casa Palacio Parroquial o la iglesia de San Juan Bautista.

Alarcón está a 1 hora y 45 minutos de Valencia. De ida o de vuelta, un pequeño desvío para admirar la belleza de las hoces del río Cabriel, el mayor espacio protegido de la Comunidad Valenciana.

Rubielos de Mora y Mora de Rubielos (Teruel)

Arco en Mora de Rubielos
Arco en Mora de Rubielos. | Shutterstock

Los pueblos de Rubielos de Mora y Mora de Rubielos son dos de los pueblos con más encanto de Teruel. Separados entre ellos por apenas 12 kilómetros, llegar a ellos desde Valencia no lleva más de 1 hora y 20 minutos.

De Rubielos de Mora se dice que es el Pórtico de Aragón. Antiguo cruce de caminos, su situación privilegiada le dio prosperidad. Una prosperidad que hoy se aprecia en sus magníficas casas solariegas y la antigua colegiata de Santa María la Mayor. Hay mucho más que ver: la renacentista casa consistorial, los portales de la antigua muralla, el convento de las carmelitas y varias ermitas, entre otros tesoros.

Mientras, el conjunto monumental de Mora de Rubielos sorprende e impresiona a partes iguales. Su castillo de líneas góticas levantinas es uno de los más espectaculares de Aragón. Y es el mayor tesoro, al menos en dimensiones, de esta localidad, pero no el único. La otra joya gótica es la vieja colegiata de la Natividad de Nuestra Señora. Más modestas, pero no menos hermosas, son sus casonas y palacetes, su ayuntamiento y los restos en forma de portales de la muralla. A Mora de Rubielos solo le separan de Valencia poco más de 100 kilómetros.