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La Ermita de Escardiel, un templo para celebrar la tierra

Ermita de Escardiel

Por alguna razón, el ser humano se empeña en compararlo todo. Según esta máxima en España hay infinidad de Capillas Sixtinas. Una en Valencia, otra en Extremadura e incluso la Movida Madrileña tendría su propia Capilla Sixtina de arte pop en un bar de Malasaña. Vamos, que a casi cualquier techo o cúpula pintado se le puede llamar así. Siguiendo este mantra, en Sevilla encontramos también una ermita parecida al techo que pintó Miguel Ángel: la Ermita de Escardiel. Sin embargo, este templo presenta sus propias características, unas características que lo hacen único.

La Ermita de Escardiel se ubica en la Sierra Norte de Sevilla, a apenas cinco kilómetros del pueblo de Castilblanco de los Arroyos. En concreto, ocupa una explanada bautizada como Chaparral de la Virgen o Chaparral de Escardiel. Su ubicación fue muy privilegiada en el pasado, cuando el Camino Real de Extremadura, junto al que se encuentra, era uno de los ramales más frecuentados entre los que unían Andalucía con Portugal. La antigua Vía de la Plata.

Exterior de la Ermita de Escardiel
Exterior de la Ermita de Escardiel. | Ermita Nuestra Señora de Escardiel

Desde fuera, la ermita presenta un aspecto austero, casi insulso. Apenas una fachada blanca y lisa repleta de arcos y un tejado anaranjado. Sin embargo, el interior del templo destaca por las pinturas que ascienden desde la base hasta la cúpula, constituyendo una especie de cielo que envuelve a la virgen del mismo nombre. Con ellas, el pintor quería aunar la leyenda y el costumbrismo de la romería que se viene celebrando en Escardiel desde al menos el siglo XVI, sin olvidarse, por supuesto, de su carácter devocional.

Un templo que enaltece la figura de la mujer

Según la Hermandad de Nuestra Señora Santa María de Escardiel, en su parte inferior “la pared del Santísimo Cristo de los Vaqueros representa el momento en el que las tres Marías, junto a Juan Evangelista, vuelven del Gólgota”. Añaden, además, que se trata de “un homenaje a la figura, a veces olvidada, de la mujer, una ermita Mariana que enaltece su figura como pilar fundamental de la historia”.

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Después de pasar por una zona más intermedia, consagrada a los patrones de Castilblanco de los Arroyos, las pinturas se vuelven de colores verdes. “El verde de nuestras encinas”, señala la Hermandad. Se trata de una parte dedicada a la tierra y al pueblo sevillano. Por último, la cúpula representa, cómo no, lo celestial: “Tonos de septiembre con ángeles que sostienen una oración”.

Interior de la Ermita de Escardiel
Interior de la Ermita de Escardiel. | Ermita Nuestra Señora de Escardiel

La Ermita de Escardiel, un lugar de tradición

Aunque por lo que es célebre la Ermita de Escardiel es, sobre todo, por acoger cada año, durante el mes de septiembre, la romería de Nuestra Señora de Escardiel. Una fiesta de la que se tiene constancia desde mediados del siglo XVI, aunque probablemente empezó mucho antes. Asimismo, cada lustro tiene lugar la Venida de la Virgen, fiesta en la que se traslada a la virgen desde la ermita hasta la Huerta del Portillejo. Desde el 13 de agosto, la talla pasa por diferentes lugares de los alrededores hasta que el día 12 de septiembre regresa a su sitio.

La Ermita de Escardiel es, por tanto, un lugar de culto y tradición para los habitantes de Castilblanco de los Arroyos. Un rincón sagrado que ha sobrevivido al terremoto de Lisboa de 1755, las desamortizaciones del siglo XIX y a la Guerra Civil, cuyo cielo es un reclamo turístico que no hay que dejar de visitar.