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La historia del primer libro impreso en España

La historia del Sinodal de Aguilafuente, el primer libro impreso en España

Cuando Cristino Valverde del Barro (1887-1957) descubrió en la Catedral de Segovia el Sinodal de Aguilafuente, sabía que había encontrado algo importante. Algo gordo. Llegó a escribir, de hecho, que “este incunable será motivo de discusión y tal vez decida (…) para la provincia de Segovia el primer libro hasta ahora conocido impreso en España”. Y así fue. Había estado largo tiempo desaparecido, pero su hallazgo confirmó esta sospecha inicial del que fuera archivero de la diócesis de Segovia a comienzos del siglo XX.

Cristino Valverde del Barro merece una mención en estas líneas. En su Catálogo de incunables y libros raros de la Santa Iglesia Catedral de Segovia, publicado en 1930, dejó una colección de más de quinientos incunables descritos con rigor y precisión. Fue en esta obra donde se habló, por primera vez en siglos, del Sinodal de Aguilafuente.

Así nació el Sinodal de Aguilafuente

El Sinodal de Aguilafuente fue el primer libro no literario que se imprimió en España
El Sinodal de Aguilafuente fue el primer libro no literario que se imprimió en España. | Shutterstock

1472, provincia de Segovia. Juan Arias Dávila, obispo de Segovia, convoca un sínodo, una junta del clero de la diócesis, para tratar diversos asuntos eclesiásticos. Arias Dávila fue un hombre especialmente interesado en desarrollar y reformar la educación tanto del clero como del pueblo. Esta fue su principal motivación para impulsar la imprenta.

Por aquel entonces, Segovia era una ciudad muy activa, sede de la Corte, con un gran desarrollo industrial. En un momento como ese, se instalaba en España el primer impresor que tuvo el país: Juan Párix. Llegaba de Roma, donde la imprenta estaba al completo servicio de la Iglesia. Arias Dávila, consciente de esto y conociendo el trabajo de Párix, se decidió a llamarlo y llevar a cabo un plan editorial: imprimir obras religiosas, así como otras de índole jurídico-canónico, que sirvieran de formación para el clero.

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Así nació el Sinodal de Aguilafuente, una obra que contiene los actos del sínodo celebrado en Aguilafuente en los diez primeros días de junio de 1472. Asistieron 85 hombres, la mayoría pertenecientes al clero pero también algunos representantes laicos. Este libro es, por tanto, una crónica exacta y precisa de la situación de la diócesis a mediados del siglo XV.

Así es el primer libro impreso en España

Representación del Sinodal en Aguilafuente, en 2015
Representación del Sinodal en Aguilafuente, en 2015. | Ángel Luis Alfaro, Wikimedia

El Sinodal de Aguilafuente no tiene portada ni tampoco título, por lo que siempre ha sido conocido con una referencia a su contenido. Es un libro de dimensiones pequeñas, de apenas 48 hojas impresas, con 28 líneas cada una. Se dejaron 14 en blanco, por orden del sínodo, por si surgía la necesidad de añadir anotaciones posteriores. Su tipografía es redonda, una característica que Juan Párix se trajo de Roma. Los primeros incunables españoles siguen esta regla. Solo se tiene constancia del ejemplar que hoy puede verse en el Museo de la Catedral de Segovia, pero se sabe que se imprimieron más.

Segovia puede congratularse, por tanto, de contar con este hecho histórico que sigue celebrándose cada año en Aguilafuente. Desde 2003, la villa recuerda, durante el primer fin de semana de agosto, la celebración de este sínodo que pasó a la historia. En estos días, tienen lugar diversos actos culturales entre los que destaca la escenificación del propio cónclave, así como otras obras de teatro relacionadas con la imprenta.