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La salvitxada, una salsa que combina con muchos platos

salvitxada

Para hacer la salvitxada hay que disponer de ingredientes sencillos, sencillos para crear una salsa perfecta. Perfecta porque vale para casi todo sin destruir ni atenuar sabores. Una salsa que se alía con carnes, pescados y hasta patatas fritas. Pero que, sobre todo, se hermana a la perfección con los calçots, una variedad de cebolla. Una pequeña variante de la salsa romesco, pero algo más ligera, muy típica de Tarragona y, sobre todo, perfecta para eso, aderezar las calçotades.

Ingredientes para la salvitxada

2 kilos de tomates maduros

60 gramos de almendras

50 gramos de avellanas

250 ml de aceite de oliva virgen extra

1 cabeza de ajos

2 cucharaditas de carne de pimiento choricero

5 rebanadas de pan tostado

3 rosegons que aportarán el toque dulce

1 cucharadita de pimentón de la vera dulce

Sal y guindilla al gusto

Preparación de la salvitxada

salvitxada
Un plato de salvitxada en el centro de la mesa, junto a más alimentos. | Shutterstock
  1. Para comenzar con la salvitxada primero han de prepararse los tomates y los ajos. Cortar el pedúnculo y hacer dos cortes en forma de cruz en el culo de cada tomate. Disponerlos en una bandeja amplia con el culo hacia arriba y con un buen chorro de aceite, así como la cabeza entera de ajos sin pelar y bien limpia. Hornear a 180ºC durante una hora y media.
  2. Mientras tanto, y con muy poco aceite, tostar las rebanadas de pan, las almendras y las avellanas en una sartén a fuego medio. Los frutos secos hay que dorarlos ligeramente y el pan deberá quedar bien crujiente.
  3. Una vez se hayan hecho los tomates, algo templados tras sacarlos del horno, pelarlos uno a uno. Sacar también cada ajo de la cabeza.
  4. En un robot de cocina o con una batidora, añadir todos los ingredientes menos el aceite. Los tomates, los ajos, las almendras, las avellanas, el pan, la carne de pimiento choricero, los rosegons (ver aquí la receta), el pimentón, la sal y guindilla al gusto. Batir muy bien hasta que quede una pasta homogénea.
  5. Finalmente, añadir el aceite poco a poco mientras se bate la mezcla. No tiene por qué ser la cantidad detallada en la lista. Puede añadirse más o menos dependiendo de la textura deseada para la salsa. Después de esto, no queda más que reservar en la nevera antes de disfrutarla.