fbpx

Las murallas más bonitas de España

Las murallas más bonitas de España

Las murallas de España han sido testigos mudos de episodios épicos. Sus muros han resistido ataques, han contemplado victorias y también derrotas. Muchas no fueron capaces de vencer al peor de los enemigos, a esa amenaza que no se ve, pero que ataca sin piedad: el paso del tiempo. Otras, sin embargo, se mantienen en pie orgullosas. Atravesarlas o pasear por sus adarves son experiencias que nos sumergen de lleno en la historia y nos permiten revivir sus épocas más gloriosas.

Murallas de España que fueron testigo de un pasado bélico

Murallas de Ávila

Panorámica de Ávila y sus murallas
Panorámica de Ávila y sus murallas. | Shutterstock

Las murallas de Ávila han visto pasar impertérritas mil años de historia, y en ese largo periodo de tiempo no han dejado de provocar la admiración de quien las contempla por primera vez. Imaginar los tiempos en los que esta era una ciudad inexpugnable no resulta complicado cuando lo que se abre ante la vista son las murallas medievales mejor conservadas de Europa.

Tienen más de 2,5 kilómetros de perímetro, 90 torres y 9 puertas de acceso. Pero no hay que conformarse con admirar el conjunto desde la distancia o bordearlo en un tranquilo paseo. Su adarve se puede recorrer casi por completo para disfrutar de unas vistas espectaculares tanto de una ciudad que es Patrimonio de la Humanidad como del valle de Amblés.

Murallas de Lugo

Murallas de Lugo
Murallas de Lugo. | Shutterstock

De aspecto algo tosco pero robusto, son las únicas murallas de la época romana que han llegado hasta nuestros días prácticamente completas y eso las convierte en un monumento de excepcional valor. Las murallas de Lugo, Lucus Augusti en época imperial, rodean la ciudad con sus dos kilómetros de perímetro. Un recorrido salpicado por 71 torres defensivas y diez puertas de acceso.

De muros completamente macizos, tienen una anchura media de más de cuatro metros, en algunos puntos prácticamente el doble. Gracias a ello, su camino de ronda se ha transformado en un paseo elevado espectacular que ofrece las mejores vistas de la ciudad. Un tesoro que es Patrimonio de la Humanidad y del que puede disfrutar todo el mundo, puesto que ese amplio adarve es accesible gracias a un ascensor.

Murallas de Albarracín

Albarracín
Albarracín. | Shutterstock

El recinto amurallado de Albarracín, en Teruel, parece serpentear para adaptarse a una orografía nada fácil protagonizada por un pronunciado meandro del río Guadalaviar. Su origen hay que buscarlo en tiempos de ocupación árabe, en el siglo X, aunque aquella primitiva muralla se fue ampliando y modificando a lo largo del tiempo.

De forma triangular, su kilómetro y medio de longitud da forma a uno de los recintos defensivos más espectaculares de Aragón. Ascender hasta su punto más elevado requiere de un pequeño esfuerzo, pero la panorámica que se observa es inolvidable.

Murallas de Tossa de Mar

Murallas de Tossa de Mar
Murallas de Tossa de Mar. | Shutterstock

Una de las postales más idílicas de la Costa Brava es la de las murallas de Tossa de Mar. Sus lienzos se encaraman a un promontorio rocoso y están jalonados por elegantes torres cilíndricas que miran al mar.

En su momento el recinto amurallado sirvió de protección contra piratas y corsarios que atacaban sin piedad las costas mediterráneas. Su trazado se conserva casi intacto y abraza la Vila Vella, el casco antiguo de la localidad. Hubo también un castillo, pero de él solo se conserva el recuerdo.

Murallas de Buitrago del Lozoya

Buitrago del Lozoya
Buitrago del Lozoya. | Shutterstock

A los pies de la Sierra del Guadarrama, Buitrago del Lozoya recuerda que la Comunidad de Madrid también tiene un pasado medieval. Su muralla es de origen árabe, aunque se amplió ya bajo el dominio de la Corona de Castilla.

Tiene un trazado triangular que se adapta al meandro que dibuja el Lozoya. Muros de escasa altura mirando al río y mucho más altos en el resto completan 800 metros de perímetro amurallado que se pueden recorrer en buena parte por su adarve y permiten admirar una de las postales más bellas de la Sierra de Madrid.

Muralla de Peñíscola

Peñíscola
Peñíscola. | Shutterstock

La historia de Peñíscola se refleja en cada uno de sus muros, en los del viejo castillo templario que fue hogar del Papa Luna y en los de una de las murallas más bonitas y singulares de todo el Levante. De trazado sinuoso y algo abrupto, en su parte más visible no pasa desapercibido su estilo renacentista, salpicado de baterías y baluartes en lugar de altas torres y almenas. Mención especial merecen algunos de sus accesos, como el Portal de Felipe II, monarca que encargo su construcción, o el Portal del Papa Luna, de época medieval.

Muralla de Granadilla

Granadilla
Granadilla. | Shutterstock

No es una de las murallas de España más conocidas, quizá por su diseño modesto, pero es especial. De origen árabe, rodea una localidad condenada a desaparecer bajo las aguas de un pantano.

Sus habitantes tuvieron que abandonar sus hogares y Granadilla pasó a ser un pueblo fantasma. Sin embargo, esa muralla no dejó de cumplir su función, mirando a ese enemigo en forma de líquido elemento que la rodeaba y que nunca llegó a alcanzarla. Gracias a ello, el recinto amurallado de Granadilla ofrece una de las estampas más idílicas de la provincia de Cáceres.

Murallas de Morella

Morella
Morella. | Shutterstock

Junto al castillo, las murallas de Morella son el mejor testimonio del pasado de una localidad de enorme importancia estratégica en la época medieval. Una ciudad que fue testigo de episodios históricos de gran trascendencia y del paso por estas tierras del Cid.

El origen de estas murallas hay que buscarlo en el siglo XI, aunque las que han llegado a nuestros días se construyeron algo después, en el siglo XIV. En sus dos kilómetros de recorrido se reparten 10 torres y 7 puertas que protegen el que es uno de los pueblos más bonitos de Castellón.

Cerco de Artajona

Cerco de Artajona
Cerco de Artajona. | Shutterstock

Levantado muy cerca de Pamplona, sus murallas protegieron la capital de un reino independiente de Navarra. Este fue efímero, pero no su recinto fortificado, que es una magnífica muestra de arquitectura militar medieval.

El Cerco de Atajona se alza sobre un pequeño promontorio. Tiene un perímetro de 700 metros y desde sus torres se podían controlar decenas de kilómetros a la redonda. Todo en él estaba preparado para soportar largos asedios, como lo demuestra el diseño del tejado de su iglesia, que permitía canalizar el agua de lluvia hacia un aljibe subterráneo.

Murallas Reales de Ceuta

Murallas Reales de Ceuta
Murallas Reales de Ceuta. | Shutterstock

Era habitual que castillos o recintos amurallados estuvieran rodeados por fosos. Con 300 metros de longitud, el foso de las murallas de Ceuta es navegable y es el único de estas características en España. El recinto defensivo amurallado se componía de varias líneas defensivas, algunas de ellas desaparecidas. No ha perdido por ello un aspecto imponente gracias a sus baluartes, bastiones, espigones y dos puentes levadizos que permitían aislar por completo la fortificación.

Sigue nuestro canal de WhatsApp para descubrir lo más fascinante de España.